|61: "Soy Feliz"|

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Iana Bennett.

¡Dios Mío, tu cabello huele increíble! ¿Que producto utilizaste? — preguntó uno de los estilistas que se encargaba de mi cabello e inevitablemente solté una leve carcajada.

— No quisieras saberlo — contesté mirando su rostro curioso a través del espejo. El recuerdo de Max dándome masajes en el cabello dentro de la bañera me hizo sonreír.

— Deberías compartirlo conmigo, al ser mi primera clienta exclusiva... — murmuró comenzando a recoger mi cabello perfectamente — porque imagina que te hagas aún más famosa por el tratamiento del cabello, O sea nena serías la reina del estilismo y de los negocios como dicen en las calles — fruncí mi ceño confusa.

— ¿Hablan de mí en las calles? — hizo una mueca de sorpresa mientras su compañero solo se limitaba a maquillar mi rostro.

— ¡Oh sí! — pauso — Eres un tema de hablar muy grande. Las personas de allá afuera hablan mucho de la esposa de Max Davis. Imagínate que en su Instagram siempre coloca fotos de tí o de ambos — esbocé una sonrisa mirándolo a través del espejo — E incluso se rumorea que será la próxima mujer que alcance los negocios de hombres — murmuró en mi oido y negué severa.

— No creo que digan éste tipo de cosas, yo solo estoy en casa — confesé pero entonces negó con una expresión de estupefacta.

— No necesitas salir para ser la mujer que eres. Todos te conocen por Max pero también por los hoteles y la gran suma de dinero que le has generado a los empresarios de Seattle. No necesitas salir en la televisión para ser lo que eres guapa. Eres digna de admirar por todo lo que has hecho — terminó con mi cabello al igual que su compañero y luego se retiraron en silencio para darme mi espacio.

Mi cabello estaba perfectamente recogido con algunos mechones sueltos, mi maquillaje era sencillo con unos llamativos labios rojos y entonces les sonreí.

— Gracias.

— No tienes que agradecer guapa, fue un placer para nosotros realizar nuestro trabajo contigo — se despidieron saliendo de mi habitación y rápido tecleé mi móvil avisándole a Max que me encontraba lista.

Una vez sola dentro de la habitación me deshice de mi bata de baño quedando desnuda y observando ese juego de Victoria's Secret que Max me habia dicho. Era negro llamativo y discreto para el vestido. Me lo coloque en silencio seguido de los tacones y luego solo me coloqué el vestido. Se me era muy comodo caminar con el vestido porque lo que al llegar al recibidor y encontrarme con esa sonrisa ladina y esos ojos brillosos supe que el vestido y la forma en que me encontraba lo habia cautivado.

— Está usted muy admirable y maravillosa ésta noche — murmuró colocando su mano en mi mejilla con delicadeza y solo pude cerrar los ojos ante el contacto caliente.

Al abrirlos respiré severa encontrándome con sus ojos fríos demostrándome adoración. Max seguía igual de guapo y su barba solo me hacía sentir lo afortunada que era de tener a éste hombre solo conmigo. Max se inclinó hacia mí y presionó sus labios con los míos varias veces.

— Nadie va arruinar ésta noche Iana. Nadie — afirmó en un susurro separándose de mi para luego solo caminar fuera de la suite sintiendo la alegría y esa sensación de cosquilleos dentro de mí.

Más Que Amor ✔3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora