Capítulo 5

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- ¿Me queda alguna otra opción?

Sonrío

-No lo sé, ¿Qué quieres hacer a partir de ahora?

Me encogí de hombros.

-Supongo que podemos seguir haciendo esto por unas semanas.

-Sí, me parece lo más normal – revoleé los ojos, ¿qué era normal?

-Vamos, hay que volver al caos – dijo levantándose.

Realmente este lugar estaba tan fuera de la ciudad que me había calmado el dolor de cabeza constante.

- ¿Qué es, exactamente lo que tengo que hacer ahora? – pregunté aterrada mientras caminábamos hacia la puerta del lugar.

-Solo caminar a mí lado y mirar para abajo – asentí obediente.

Caminó de prisa hasta la camioneta. Yo agradecí al cielo mis zapatillas, no había podido seguirlo de otra manera. El flash y un ruido constante me dieron la bienvenida al mundo de la fama.

"Qué tengan una buena noche, chicos"

Se escuchó. Reí.

Me senté en el asiento y cerré la puerta. Un golpe de adrenalina abandonó mi cuerpo. Levanté la mirada. Jorge me miraba sonriente.

-No fue tan malo, ¿verdad?

Bueno, no. La verdad es que no. Un último flash mientras nos reíamos dentro del gran auto y emprendimos la vuelta a la realidad.

"¿Quién es la misteriosa chica?"

"Se trata de Danna Paola, cantante y actriz mexicana que actualmente pertenece a Universal"

"Es la segunda vez que se los ve juntos"

"¿Nuevo romance en puerta?"

Releí en el IPad. Era increíble como a los medios y a la gente les gustaba consumir chismentos.

-Buen trabajo – exclamó Abraham. Me sonreía victorioso -. ¿Tienes algo para comunicarme? – preguntó irónico.

-Supongo de Cristina ya te lo habrá dicho

Asintió

-Me alegro que aceptaras esto, Danna. Créeme, será lo mejor para tu carrera.

-Eso espero – dije, y solté un suspiro. Le eché un vistazo a la oficina de Abraham. No tenía ganas de hablar con él.

-¿Puedes sacar tu celular así actualizamos tu agenda? – me preguntó leyendo papeles. Puse mi móvil en la mano para teclear -. Ubícate en el viernes.

Lo miré asintiendo.

-04:00 pm: Photoshop para Cosmopolitan

Aclaré mi garganta sorprendida.

-¿Es una broma? – grite. Él sonrió

-No, Danna, te dije que todo esto te traería beneficios.

-No puedo creerlo- exclamé atónita. ¿Cuánto faltaba para el viernes? Tres malditos días.

-Mira a tu derecha – dijo, me miré en el gran espejo -. ¿Qué cosa no puedes creer? Solo mírate, mujer.

Sonreí. Luego de un poco más de gritos y hasta un abrazo, Salí de la oficina con una cara de feliz cumpleaños terrible.

Puse un pie fuera del lugar y la inmensa camioneta llamó mi atención. El vidrio del asiento acompañante bajó y me estremecí al verlo.

-Hey, felicitaciones chica de tapa – exclamó con una sonrisa en la cara.

- ¿Qué haces acá?

-Vengo a llevarte a casa – habló mientras me llamaba con su mano. Me subí a la camioneta mientras escuchaba a lo lejos el ruido de una cámara. Hice un gran esfuerzo para no volver a mirar. Me ponía nerviosa. Lo saludé con un beso en la mejilla y él se acomodó en su asiento – creo que de ahora en adelante seré tu chofer u algo así.

Reímos juntos.

-Y bien, ¿estás emocionada? – preguntó poniendo en marcha la gran nave.

- ¡Muy! – exclamé feliz mi primera tapa en una revista española. Él me sonrió con una mano en el volante. Levantó la otra en el aire para chocarla con la mía. Solté una risa ante nuestro festejo.

- ¿Cómo te enteraste?

-Cristina me comentó que las repercusiones estaban yendo bien y sólo le pregunté a lo que se refería – asentí, tenía sentido.

Luego de unos minutos su tan disimulada camioneta estaba en el frente de mi edificio.

Durante todo el viaje me carcomí la cabeza ¿debería preguntarle? ¿o estaría fuera de lugar? ¿podíamos tener ese trato fuera de... del contrato? ¿tendríamos un contrato?

Sin pensarlo mucho, dije.

- ¿Quieres bajar?

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