Capítulo 34

649 42 10
                                    

La sesión de fotos había estado siendo un embole. Todo estaba bien al principio, cuando entré al estudio entusiasmada y con mucha energía.

Después de dos, sí, dos horas.

Preparándome ya ni ganas tenía de posar ante las cámaras. Había una tipa que lo único que hacía era dar ordenes y exigirle cosas a todo el mundo. Me había irritado por completo.

Estaba esperando mientras dos mujeres discutían que hacer con mi cabello para el ultimo cambio cuando mi celular vibro.

"¿Qué estas haciendo? Me aburro"

Sonreí. No quería admitirlo, pero lo extrañaba. Me había acostumbrado a pasar tantas horas a su lado.

"Fotos"

Tecleé y abrí la cámara para tomarme un selfie con mi bata, revoleando los ojos.

"¿Puedes escaparte? Considero que estas con derecho de almorzar con tu novio antes de ir a la radio"

Las dos líneas azules aparecieron en la foto y mi corazón palpito. Se notaba que debajo de la bata no traía mucha ropa, y no tenia ganas de discutir con él por estas fotos. De hecho, ni le había dicho que esta sesión era para la marca de ropa interior. Seguramente su cabeza de pendejo hormonal solo creía que era una foto para provocarlo.

"Me des un celular: el mío esta por explicar con esa foto"

Ahí vamos.

"Y no es lo único que esta por explotar"

Reí y lo bloqueé para continuar con la sesión. Unos minutos después esta estaba vistiéndome y saliendo del estudio.

Sonreí al encontrarme con la Range Rover en la puerta. Subí rápidamente y lo vi. Una polera blanca, con algunos botones en el cuello, un jean casi negro y muy ajustado. Sus lentes infaltables. Increíblemente lindo.

-No sabía que tenías una sesión hoy

- ¿A dónde vamos? – pregunte, esperando que mi pregunta lo distraiga

- ¿A dónde quieres ir?

Ninguno de los dos decidió un lugar para almorzar y la hora paso volando. Se le hacía tarde para ir a la entrevista en la radio así que compro un poco de comida en un lugar de fast-food de pasada.

Estaba tan nerviosa que no podía concentrarme en comer. Había decidido no pensar en eso en toda la mañana, pero, ahora en camino, la idea no podía salir de mi cabeza.

Y sí, había aceptado e iba a acompañarlo, solo para ayudarlo a él. Tampoco estaba muy cómodo con todo esto. ¿Qué tan malo podía ser? Al menos no era un programa de televisión, donde millones de personas podrían ver mi falsa sonrisa cuando él dijera que tenía novia.

Quería autoconvencerme, pero no, todo era increíblemente malo.

-No creo poder hacer eso. No soy buena mintiendo y mucho menos si tengo que convencer a alguien – dije cuando frenó en un semáforo.

-Danna – intentó tranquilizarme

Recién en ese momento me di cuenta de que su mano había viajado en mi pierna todo este tiempo. La miré antes de cerrar los ojos.

-Hey – me llamó apretando su mano.

-No, Jorge, en serio

¿En que estaba pensando? Todavía no podía entender como había aceptado firmar un contrato con él y ahora pretendía actuar frente a los demás. Estaba segura que, con los nervios y la incomodidad que sentía en esos momentos, nada bueno iba a salir de mí.

FakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora