Capítulo 45

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Me levanté del sillón con una ceja en alto. Miré el reloj, eran la doce de la noche.

¿Quién se creía tan importante como para interrumpir mi momento de serie y café en el sillón?

Abrí la puerta y lo vi.

Tenía sus anteojos negros puestos, en la media noche. Me perdí unos segundos en su pantalón negro, ajustado, y su camisa a rayas blanca. Tan lindo como siempre.

-Hola – murmure y su aroma me inundo.

Me acerque a su cuerpo para inclinarme hacia él. Le quite los anteojos solo para verle los ojos y comprobar que está completamente ebrio.

-Bueno, por un momento creí que ibas a besarme. Ahora me siento estafado – dijo

Solté una pequeña risa.

- ¿Condujiste en este estado? – le pregunte enseguida, atemorizada.

- ¿Cuál estado? Estoy perfecto – se justificó.

Me apoye sobre el borde la puerta para mirarlo extrañada en cuanto comenzó a palparse los bolsillos.

-No recuerdo donde deja las llaves de la camioneta

"Estoy perfecto", y no podía recordar donde había metido las llaves del auto que, un minuto atrás, manejaba.

Continuó palpándose los bolsillos durante unos segundos. Yo lo admiré, recostada sobre el marco. Levantó su mirada en cuanto las encontró. Me sonrió cuando nuestros ojos se cruzaron.

-Hola – dijo con ternura, como si yo hubiese aparecido en ese momento

-Hola – le respondí con un tono dulce

- ¿Tienes ganas de dar una vuelta?

Se rascó la nunca nervioso. Me crucé de brazos para ponerme, otra vez, frente a él y mirarlo divertida.

-En serio, estas muy borracho

-Creerías que estoy loco si te dijera que vine a buscarte solo para dar una vuelta en la camioneta, juntos y con los vidrios bajos. Prefiero que pienses que estoy ebrio – explicó hablando rápido.

Me derretí al escuchar sus pensamientos.

-Entonces, ¿en serio puedes manejar así? ¿es seguro? – pregunte divertida

-Es completamente seguro. No te subiría a mi camioneta si no lo fuera – hizo una pausa -. Espera, ¿eso fue un sí?

-Se siente justo como se escuchaba la canción – dijo no se porque mientras sostenía el volante con ambas manos y cerraba sus ojos.

Dejo caer su cabeza sobre el asiento, al igual que yo.

Estaba increíblemente relajada, con el viento chocando contra mi cara, con la música no tan alta y Jorge a mi lado. Algo tan simple se convertía en una maravilla cuando esta con él.

-Se que sabes que confió en ti, de hecho, no me hubiera subido a la camioneta si no lo haría. Pero, al menos, procura mantener tus ojos abiertos mientras manejas – bromee

Los abrió para regalarme una sonrisa enorme. Nota mental: hablar como él para hacerlo sonreír.

Se acomodo solo un poco en su asiento. Su cabeza continuaba relajada. Al parecer, estaba disfrutando esto tanto como yo.

Estire mi mano para acomodar su cabello y lo acaricie durante unos segundos. Para ser franca, no tenía ningún problema en continuar haciéndolo por el resto de mis días.

- ¿Por qué estas tan arreglado? – pregunte después de unos minutos, no me había dado cuenta de que llevaba zapatos.

-Fui a un evento de la revista Seventeen – explico

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