Capítulo 27

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Nunca lo había visto tan vulnerable.

Su rostro estaba relajado en su totalidad. Me revolví en la cama, intentando no moverme tanto para no alterarlo. Apoye mi mentón con suavidad sobre su hombro desnudo. El calor que su cuero largaba me hizo estremecer.

Había sido fácil quitarnos la ropa y tener sexo. Pero... abrir tu alma, dejar que se tranquilice para que otro descubra tus miedos, tu futuro, tus sueños. Dormir juntos, dejar que el otro te vea en un estado increíble de.... Sensibilidad. Eso era estar realmente desnudos.

No sabía bien que era lo que había ocurrido anoche. Pero Jorge, sin decir ninguna palabra, me había aclarado un par de cosas.

Nunca imagine verlo así. Jamás me imagine ver a la súper estrella en ese estado. Pero el no dejaba de sorprenderme.

-Bonita vista, ¿no? – pregunto de golpe e hizo que me sobresaltara.

¿Por qué siempre tenía que adivinar todo? Solté un suspiro irónica, pero no me moví un solo centímetro.

Vaya. Sin darme cuenta lo estaba mirando como una acosadora.

Hizo una mueca de dolor y levanto su cuerpo de la cama. Al segundo lo dejo caer otra vez. Lo mire extrañada.

- ¿Qué pasa?

-Preciosa... - exclamo en un susurro y se me puso la piel de gallina -. Dormir contigo es una tortura. No tienes una idea de lo que está pasando allí abajo – finalizo mirando su entrepierna.

Me relaje: la celebridad estaba de vuelta.

Negué con la cabeza divertida mientras me alejaba un poco. Se tomó unos minutos para observarme. Me sonroje al recordar que estaba vistiendo solo una camiseta suya.

Pensé por un momento, ¿tenía que preguntar sobre lo ocurrido en la madrugada? ¿él iba a querer contarme algo de eso? O ¿estaba pretendiendo mucho?

- ¿Cómo amaneciste?

-Bien – me limite a responder. Él asintió con a cabeza y se rasco su nuca -. ¿Cómo amaneciste tú?

- Con una terrible erección y un humor de perros.

Reí solo por dentro. Intente no demostrarle que me gustaba, exactamente todo de él.

-Suena como un mal comienzo

-No te imaginas cuanto – negó con su cabeza y me miro -. Podría ser peor, podría haber amanecido solo con el humor de perros.

No puse evitar soltar una carcajada. Lo odiaba por ser tan espontaneo. Sonrió de costado.

- ¿Y?

Estaba ansiosa y no podía disimularlo.

-Y, ¿Qué? – pregunto arqueando la ceja

- ¿Qué fue lo que hizo que te levantes con un humor de perros? – indague y su rostro automáticamente se tensó.

Trago saliva y miro hacia el techo.

-Cristina quiere que confirme nuestra relación.

Wow. Me acomode a su lado y lo imite. Quizás en el techo encontraríamos la solución a todo esto.

-No quiero hacerlo – susurro

¿Cuál era con exactitud el plan? No había ni siquiera leído el contrato.

No tenía idea si lo que querían era que saliéramos un par de veces, que fuéramos vistos por ahí pasando un rato juntos. O si pretendían una relación al estilo novela romántica, donde yo vaya detrás del culo de Jorge a donde él quiera.

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