Capítulo 41: Cobarde

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—Sígueme.

Y sin mas, los pies de Jimin empezaron a levantarse uno del otro para empezar a caminar, su cuerpo quería seguirlo, pero su mente le gritaba que parase para exigir alguna explicación de lo que pasó ayer, pero eran dos contra uno.

Jimin también quería seguirlo sin importar que.

Estrujando sus dedos con fuerza, seguía a Yoongi hasta llegar a la casi parte trasera de la facultad, donde había solo campo y algunas bancas abandonadas. El caminar se hacía cada vez mas lento suponiendo al menor que ya habían llegado al lugar donde hablarían, su corazón latía cada vez con mas fuerza y su mente lo regañaba por haberlo seguido, pues no esperaba cosas buenas.

Llegando a una de las bancas bajo la sombra del techo de la facultad, Yoongi retiene su paso y de la vuelta disimuladamente para mirar a Jimin y comenzar su conversación, pero para no hacerlo mas tenso, intenta sonreír y hablar relajado.

—Ah... —sonríe— veo que pasaste clases.

—¿Por qué no fuiste? —pregunta curioso y relajado para no parecer ansioso, se moría por dentro.

—Me levanté tarde y...

—Pero si ayer nos fuimos temprano de aquel lugar —desvía su mirada algo seria.

—Jimin... sobre lo de ayer... —hace un alto para pensar— entiendo si ya no te acuerdas por lo mareado que estabas, descuida yo... yo no me siento mal por el beso que me diste, así que si tu ya lo olvidaste yo también... 

—¿Crees que no recuerdo el beso que te di? —empieza a exaltarse— pues si me acuerdo y muy bien, y lo hice porque me gustas maldita sea, ¿como crees que me sentí cuando después de eso no quisiste ni devolverme la mirada? ¿no pensaste cuan mal me sentía? vaya forma de lavarte las manos. Yo solo... —baja su mirada y su voz— quería saber tu respuesta.

El plan de Yoongi había fallado, pues quería salir fácil de aquel problema, sabía que el menor no lo había olvidado, pero de algún modo quería intentarlo por lo menos, simplemente no quería hacerle daño con sus palabras,  ya que este es algo torpe para expresarse con ellas.

—Yo no puedo...

Algo caliente empezó a nacer sobre el pecho de Jimin, que poco a poco empezaba a crecer hasta llegar a su cabeza, tal vez solo era una pesadilla la que estaba viviendo.

—Yo... en verdad lo siento si en algún momento hice algo para que tu te enamoraras de mi, nunca lo he estado  tampoco, pero ahora no puedo corresponderte, yo...

—Los abrazos que me dabas, ese pequeño beso en mi mejilla, las veces que dormimos juntos en mi habitación... nada de eso cuenta ¿verdad? —habla con su expresión seria y a la vez dolorosa.

—Me agradas Jimin...

—Pero solo como tu amigo ya veo —su rostro cambia a una seria— eres un idiota, yo también lo soy, y espero no volver a cruzarme contigo, ni siquiera en clases —trataba de permanecer estable por mas difícil que fuese.

—Descuida que no lo harás, se que sientes dolor en estos momentos pero... te prometo que todo esto pasará —observa lagrimas en el rostro del menor saliendo sin piedad como si sus ojos fueran el nacimiento de dos cascadas, como forma de impulso intenta acercarse al menor para darle un abrazo, pero de manera brusca Jimin lo aparta con sus brazos.

—¿¡Qué crees que haces!?

—Solo... quiero darte un abrazo. Te prometo que será el último.

—¿No comprendes la situación? deja ya de hacerme mas daño —rompe a llorar— incluso con tu tan sola presencia —intenta  limpiarse el rostro con las mangas de su chaqueta, y de manera inmediata se da la vuelta listo para escapar de aquel lugar, del cual nunca debió llegar.

¿Por qué tenía que sentirse así? en su mente todo esto era menos doloroso, ¿por qué su corazón también duele? si el pensaba que el único dañado sería Jimin y no... el. Entonces ¿por qué lo hizo? confusiones empezaban a estallar de su mente, pero este de manera inmediata las hizo todas a un lado, lo hecho hecho está y ya no hay manera de volver atrás, su tiempo en la tierra terminaba y el dolor que causó en las personas se borrarían para siempre, así como todos los recuerdos que ocasionó, volvió a su semblante serio y tomó otro rumbo para salir de aquel lugar que ya no volvería a pisar.

***

—No entiendo, el dijo que ya me seguiría.

—Tal vez se quedó hablando con alguien por el camino —dijo Taehyung abriendo sus brazos para posarlos sobre los hombros de Kookie— oye, ¿a la vuelta quieres ir a tu casa? ¿seguirá Yoongi allí? —lo dijo tratando de oler su cuello.

—Yoongi —abre sus ojos de repente— ¿no estará pensando en...

¿Jimin? —pregunta alejándose de Kook— ¿esta llorando? —desde la banca de donde ellos estaban sentados, Taehyung se sorprende al ver a su mejor amigo  saliendo de un rincón de su facultad a paso acelerado, tratando de limpiarse el rostro con sus mangas, por instinto suyo, este se levanta de inmediato dispuesto a correr hacia el pero, una mano agarra su muñeca.

—Taehyung, déjalo solo un momento ¿si?. Maldito...

No puedo, necesito saber que tiene, es mi mejor amigo —rogaba con la mirada— ¿y si le fue mal en clases? o... ¿le hicieron sentir mal? 

—No te preocupes —se para para agarrarlo de su cintura y aprisionarlo hacía el— después hablaremos con el y se pondrá bien ¿si?. Yo me encargaré.

—Hablas como si sabes lo supieras lo que pasa —corresponde el abrazo de su menor— esta bien, hablaré con el luego.

—No te preocupes, al principio será difícil pero, todo el dolor pasará. No te irás tan fácil de este mundo sin antes de yo matarte Min Yoongi. Maldito cobarde.

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(*.* )/ gracias por la lectura.

30 DÍAS, RECUÉRDAME | [Ym, Vk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora