En el pasillo casi oscuro se encontraba un pobre joven llorando desconsoladamente por la vida de su mejor amigo, el de toda su vida, torturándose a si mismo si tal vez pudo haber hecho algo mas por el, si tan solo hubiese avisado antes a sus amigos, si lo hubiese apoyado desde el principio... todo.
Solo podía estar apoyado en aquella pared de cristal empañada y empapada de sus lágrimas que los separaba a ambos.
—Lo siento Tae... lo siento tanto —sus lágrimas trababan su hablar.
Con su vista casi opaca, sintió su cuerpo poco a poco aflojarse hasta dejarse caer en el piso, como si ya nada le importase quedándose solo en silencio, hasta que sintió la presencia de alguien a su lado.
—Jimin... lo siento.
—Yoongi.
Este lo miró a su rostro acercándose mas con las intenciones que este último le respondiera con un abrazo, y así fue, Yoongi acercó sus brazos hacia su cuerpo empezando a acariciar su cabello y espalda, expresando ánimo con su lenguaje corporal.
—No tienes que decirme nada Yoongi, no es tu culpa.
—Tampoco tuya... pero ¿sabes? aún no te derrumbes.
—Yo... ya no tengo nada.
—No digas eso, tu no eres así.
—Me siento lastimado. Me duele tanto —lágrimas secas ya se veían en su rostro.
—Yo me encargaré de sanarte ¿si?
Y así este aprisionó mas a Jimin a su pecho, como todavía estaban en el suelo, se acomodó de tal forma para que este descansara un poco, minutos después se dio cuenta que ya se encontraba dormido, con mucho cuidado agarró sus piernas y añadiendo un poco mas de fuerza en los hombros, este lo alzó de manera lenta, quitándole un poco de su respiración, pues Jimin si pesaba. Mientras caminaba por el pasillo, le daba algunas miradas a su rostro y al camino, pues no sabía nada de Jungkook, le daba miedo lo que aquel chico enamorado fuera a hacer.
Sería incómodo tomar un taxi, tampoco portaba dinero extra, así que prefirió caminar con aquel chico en brazos, pasando cerca de la plaza del lugar, decidió caminar a una banca para acostarlo y acomodarlo de mejor manera en su espalda; rogando en su mente a que Jimin no se despertara, este empezó a darse la vuelta para tomar los brazos del contrario y rodearlos sobre su cuello. Hasta que sintió algunos ronroneos.
—Shh, sigue durmiendo ¿si? —lo acomoda mejor en su espalda.
—Ah... —sale un leve gemido de su boca al sentir como su cuerpo cae sobre la espalda de alguien.
—¿Eh? —Yoongi se sintió algo avergonzado por ello.
Y con un leve sonrojo en las mejillas del mayor, ambos ya estaban listos para partir, caminando por las calles casi llenas de gente, pues la noche aun estaba en su buen punto; pasando por algunas tiendas miro a su derecha y pudo ver su reflejo junto con Jimin a cuestas, durmiendo como si fuese un bebé, pues tenía sus labios y mejillas abultadas debido al peso que ponía sobre aquella espalda al dormir. Haciendo que este de un pequeño salto por acomodarlo mejor, siguió con su camino.
Mientras veía que ya llegaban a la casa de su menor, pensaba en que explicación dar a sus padres o a la persona que le abriese la puerta, sintió nervios por unos por unos momentos; haciendo el esfuerzo de tener una mano libre, tocó la puerta con cuidado y dio un paso atrás para esperar. Pero eso no duró ni diez segundos.
—¿Si? ¡¿Jimin?!
—Descuide el solo esta dormido por el cansancio y no quise despertarlo, buenas noches soy Min Yoongi, su compañero de la universidad.
—Creo que te había visto una vez aquí, pasa por favor.
—Gracias señora, subiré a su habitación para recostarlo.
—Esta bien, cuidado con las gradas.
—Si —empieza a alejarse.
Viendo el camino que ya sabía, nuevamente levanto la mano para girar la perilla de la puerta que ya tenía en frente y abrirla, viendo que todo estaba oscuro, solo se acercó a la cama con cuidado y dejarlo reposar allí, pues no sabía donde estaba el botón para encender las luces y no veía bien en la oscuridad, acomodó su mejor su cuerpo quitando sus zapatos extendiendo las sabanas que allí se encontraba. Terminando su labor, lo vio por unos segundos antes de partir a su casa.
—Buenas noches Jimin.
Estaba ya apunto de alejarse de la cama pero sintió una leve prisión en su muñeca derecha, este volteo a ver que era, y se dio cuenta que era el brazo de Jimin que estaba levemente levantado, aunque sus ojos parecían estar cerrados, pues de verdad no podía ver bien y verificar que pasaba.
—Hyung...
—¿Jimin? ¿estás despierto?
—Ah... lo estuve desde que llegamos a mi casa, lo siento.
—Pude haberte echo caer en las escaleras, me hubieses avisado.
—Confío en ti hyung.
—No digas nada, ahora descansa —se aleja.
—¡Espera! no me siento bien por lo que esta pasando... ¿podrías acompañarme por lo menos hasta que me duerma?
—Ah... pero solo un momento, acomódate mejor.
Sin mas, Jimin desdoblo mas sus sábanas, metiendo sus piernas dentro de ella y acomodándose en la parte izquierda de su cama, haciendo campo para alguien mas, dejando desnuda la parte de la derecha.
—Si quieres... puedes sentarte aquí hasta mientras, para que no te canses.
—Bien.
Yoongi miró la cama y se sentó en la parte de la derecha, posicionando su pierna izquierda sobre la derecha, miró el rostro de Jimin que reposaba sobre su almohada viendo como algunos de sus mechones tapaban sus ojos, con sus dedos largos tomó de ellos llevándolos hacia atrás queriendo que queden atrapados en su oreja; para Jimin fue como una caricia, una que te hace dormir, pues sus párpados ya empezaban a pesar.
—Hyung...
—¿Si?
—Quisiera que esto solo sea una pesadilla... muchas cosas malas me pasan. Es doloroso.
Yoongi sintió un remordimiento al oír esto —No te preocupes, veras que todo esto es pasajero—movió de nuevo su mano para dirigirla al rostro de Jimin y darle leves caricias, haciendo que el contrario caiga en un profundo sueño. Cerrando sus ojos por esa noche.
—Eres muy fuerte Jimin, puedo sentir tu tristeza y cuanto te pesa. Yo no hubiese podido.
Mirando hacia la nada, este dejo deslizar un poco su cuerpo, y por el buen ambiente que vivía cerró sus ojos también sin querer.
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30 DÍAS, RECUÉRDAME | [Ym, Vk]
FanfictionLIBRO FINALIZADO Min Yoongi es un espíritu lanzado a la tierra para cumplir un deber, encontrar su felicidad con un mortal ¿Que tanto te puedes tardar en descubrir que lo que sientes es amor? Tienes un cronómetro de vida. No tardes. Una historia ll...