Hugo
No sé exactamente en que momento me quedé dormido. Estaba agotado la verdad, y simplemente en algún punto de nuestra agradable conversación que habíamos tenido en bajito Eva y yo, me dormí en los brazos de Morfeo.
Abro el ojo cuando la luz proveniente del exterior comienza a molestarme. Me encuentro en una posición un poco incómoda e inmediatamente siento que me pica la nariz por algo que la está rozando.
Hago un esfuerzo para enfocar y veo una mata de pelo castaña reposar a mi lado. Me siento y observo como Eva duerme plácidamente a mi lado. Está tumbada boca-arriba y los brazos los tenía apoyados suavemente en el pecho. Me hizo gracia. Estaba guapa hasta cuando dormía.
No tengo ni idea de que hora es y no sé si irme y dejarla durmiendo o despertarla. La vuelvo a mirar y decido que no voy a despertarla para que siga descansando así que cojo la libreta de Anne y un boli y garabateo rápidamente:
Estabas dormida, no quería despertarte. Gracias por dejarme quedarme a dormir aquí.
Decido añadir algo sarcástico solo para picarla.
Pd: limpia la baba que has dejado en el sillón.
Me río internamente.
Cojo mi ropa mojada del pequeño tendedero y con la ropa de mi mejor amigo puesta, intento abrir la puerta de entrada sin hacer ruido, pero mis intentos son inútiles. La puerta chirría bastante y me tenso cuando oigo a Eva moverse.
—¿Hola?
"Mierda"
—Buenos días.
—¿Hugo? —Se pone de pie con dificultad. Frota sus ojos y clava sus ojos azules en mi —Ah es verdad, te quedabas a dormir... Espera. Me quedé dormida también. Ósea que ...
—Sí, hemos dormido juntos. Puedes fardar por ahí, no todas pueden decir lo mismo.
Me fulmina con la mirada.
—Cállate idiota.
Cierro la puerta entrada.
—Alguien se levanta de muy mal humor por las mañanas.
—Otra cosa que has aprendido de mí —Me responde suavizando el tono —. ¿Qué hora es?
—No he encendido el móvil todavía. Cuando lo encienda significará volver a la realidad ósea, tener que encarar a Aurora. No sé si estoy listo para que me salte a la yugular.
—Estoy empezando a rezar por ti ya —Se inclina para coger su móvil de la mesa central y se da cuenta del papel mal recortado que le he escrito. Comienza a leer la pequeña nota —. Que riquiño, El Niño me ha dejado una nota — Continúa leyendo y de pronto cambia de expresión y mira al sillón horrorizada—. Como que babeo.
Me río fuertemente.
—Era broma. Tenía que dejarte algo que te molestase un poco, si no no soy yo.
—Que gracioso eres... pues te iba a dar algo para desayunar pero te quedas sin ello.
Me acerco rápidamente, y me pongo enfrente de ella. De un impulso la agarró y la acercó hacia mi. La envuelvo en mis brazos y noto como se resiste un poco pero al final cede.
—Perdóname, Eva. Por favor, no deje que me muera de hambre.
Noto su risa. Entre mis brazos se nota tan pequeña.
—Esta bien, quita tus sucios brazos de encima.
—Oye, ayer me duché.
Nos reímos y nos quedamos mirándonos. Da igual que esté recién levantada, está preciosa. Al no tener nada de maquillaje veo como recorren su nariz pequeñas pecas. Sus ojos están más azules que nunca y noto como ellos me analizan el rostro también.
Carraspeo un poco y me obligo a apartar la vista de ella y ella también aparta la mirada.
No ha pasado nada aquí.
—Te iba a preguntar que si quieres café, pero eres bastante enérgico sin café para que sea responsable de lo que pueda pasar si te doy cafeína así que, ¿Cola-Cao?
—Soy de Nesquik.
Eva se gira y me mira con sorpresa.
—Me estás vacilando.
Yo niego con la cabeza.
—Es verdad.
—Hugo, acabas de ofenderme que lo sepas.
Me río.
—No te rías es un tema serio. Si quieres que esta amistad funcione, yo te voy a enseñar lo que es bueno.
Voy a reclamar, pero la veo tan puesta en lo que dice que decido limitarme a hacerla caso.
—Tu mandas.
—¿No te gustan los grumos o...?
—A ver, sinceramente me da igual, lo que pasa que en mi casa se toma Nesquick.
Eva da vueltas con la cucharita rápidamente hasta crear una especie de espuma de chocolate.
—Prueba está delicia. ¿A que Nesquick no hace esto, eh?
La miro divertido y doy un sorbo. La verdad es que está muy rico y eso pero en fin el cacao en polvo es cacao en polvo. No se por que tanta discussion.
—Esta muy bueno, sí.
Eva aplaude enérgicamente.
— A que sí. Mira, yo también tengo el mío — Le da un sorbo — Fantasía.
— Eres tan rara.
—Y tu tan básico.
Me ofrece un paquete de galletas y seguimos tomando nuestro desayuno.
—Al final no hemos mirado que hora es.
—Es verdad voy a ver, un momento —Eva va a coger su móvil — Vaya, son casi las doce de la mañana. Creía que- —Pero se ve interrumpida por una melodía. Agranda los ojos y me susurra: ES RAFA.
No sé por qué me pongo nervioso. Al fin de al cabo Eva y yo no hemos hecho absolutamente nada salvo hablar y bueno quedarnos dormidos en el mismo sofá pero eso no se considera algo grave.
—Rafa, hola —Contesta Eva — Si, si tengo tu móvil está bien... ¿Te lo doy en una hora?... Aja... ¿Cómo? ¿Que estas viniendo para acá? ...¡¿Estas llegando?!
Nos quedamos mirándonos como: ¿Qué hacemos?
Me termino rápido la leche y me pongo en pie.
—Vale adiós —Eva cuelga y me ayuda a recoger de nuevo mis cosas —Trae, te doy una bolsa.
—De prisa.
Eva me lanza una bolsa y meto mi ropa de fiesta en ella.
—A ver que quede claro que tampoco pasa nada. Solo somos amigos que se han tenido que quedar en una misma casa por lo que sucedió ayer, pero como no queremos meternos en problemas, ya conocemos a Rafa, a veces saca las cosas mucho de contexto, en ello se parece a tu novia. Lo mantenemos en secreto.
Asiento con la cabeza.
—Solo amigos. No pasa nada.
—Solo amigos —Repito y noto un un extraño pinchazo que decido ignorar.
—Bueno, ten cuidado de vuelta. Ya nos veremos entonces.
Atravieso la puerta y antes de marcharme por las escaleras, para evitar tener un desafortunado encuentro con mi amigo, me doy la vuelta.
—Eva, me lo he pasado bien. Me ha sorprendido que no seas un muermo.
La guiñó un ojo.
—Y tú al final no has resultado ser tan idiota cómo pensaba —Me sonríe y con eso, me doy la vuelta y me marcho.
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Esperando
FanfictionUno no elige lo que siente. A veces no puedes evitar que se te acelere el corazón por la persona equivocada. Sabes que no puedes, pero quieres. Eso es lo que les pasa a Hugo y a Eva. A veces no tienes más remedio que tirarte al vacío para conseguir...