Capítulo 14

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Eva

—¿Te lo estás pasando bien? —Pregunto.

Hugo encoge los hombros.

—Podría decir que sí. Me lo paso bien en todas partes.

—¿Vas pedo? —Vuelvo a preguntar.

Hugo me mira de reojo.

—No, la verdad es que ya se me ha bajado las cervezas de antes.

Suspiro.

—Todos están borrachos. No puedo más.

—Es una fiesta, qué te creías, ¿Qué la gente iba a estar jugando a las cartas? —Dice irónico.

Le doy un pequeño empujón.

—Sé lo que es una fiesta, gracias. Para tu información he ido a muchas.

—Ya, ya —Se burla Hugo.

—¡Que sí! Que no beba no significa que no sepa pasarlo bien en ellas.

—Ya lo veo, te veo tan entusiasmada.

—Sí, mírame estoy trifásica —Doy unos saltos y doy una vuelta —. ¿Ves?

—Trifásica —Dice Hugo despacio, como saboreando la palabra —Que gracia, nunca la había escuchado.

—Es que no sales mucho de fiesta entonces —Le pico.

—Si tu supieras...

Da una gran calada a su cigarro de nuevo.

—¿Sabías que fumar mata?

Me dirige una mirada como si no pudiese creer que le estuviera diciendo eso.

—Gracias por la información Eva, se leer las cajetillas.

—¿Sabes leer? Me estas sorprendiendo.

Hugo se ríe y yo me río con él. Me divierte que siempre haya un poco de pique amistoso entre él y yo. Resulta divertido.

De pronto me coge del brazo y tira un poco de mí hacía atrás. Si me suelta caigo a la piscina así que me agarro con todas mis fuerzas a él para no caerme.

—¡Ni se te ocurra Hugo!

Él disfruta viéndome en esta situación y se ríe. Lo que no sabe es que de pequeña di clases de judo así que consigo zafarme de él e invertir posiciones.

—¿Ahora quién es el que está jodido? —Le digo con voz maliciosa. Hugo me mira fijamente.

—No te atreverás.

—¿No? Tú ponme a prueba —Suelto un poco. Un empujoncito y Hugo acaba en el agua.

—Es que si me empujas... ¡Acabas conmigo en la piscina! —Antes de acabar la frase y antes de que yo pueda hacer algo para escapar, deja caer su cuerpo hacía atrás y me lleva con él.

Dentro de la piscina.

No tardo de sentir el agua fría contra mi piel, calandome hasta los huesos. El vestido flota alrededor mío y empujo con mis piernas para salir a la superficie. Unos segundos más tarde sale Hugo.

—Te juro que te mato —Le digo dirigiéndome a él —Que sepas que estas metiéndote con una nadadora de natación sincronizada. Una patada mía y no puedes tener hijos.

Hugo suelta una carcajada.

—¡Cuidado con Eva!

Me abalanzo sobre él y le hago una aguadilla.

EsperandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora