Hugo
Pensaba que acostumbrarme a vivir aquí me iba a costar más. Estaba acostumbrado a estar con mi madre y mi hermano, en mi barrio, mis amigos y mi novia. Pero me sorprende que me encuentre tan a gusto y apenas llevo dos días aquí.
Estoy tumbado en mi nueva cama. No puedo quejarme. La cama es cómoda, la residencia es una pasada y vivo con uno de mis mejores amigos. ¿Qué puede salir mal?
Escribo a Aurora, mi novia, a ver a que hora viene. Ella está de visita estos días mientras me adapto al cambio. La verdad es que aprecio que se haya tomado las molestias de venir hasta aquí, tener que buscarse un sitio en el que alojarse, es un engorro. Pero al menos con esto ha demostrado que le importo. Cosa de la que no estaba muy seguro últimamente.
Como describiría mi relación con Aurora... podría decirse es como una montaña rusa. Hay muchas subidas. Desde ellas sentía que tocaba el cielo, al principio de nuestra relación al menos. Pero las bajadas. Uf las bajadas. Los dos somos personas con mucho carácter y eso está bien, me encantan las chicas con carácter. Pero cuando se enfada sabe ir a donde más me duele y cuando discutimos busca mil maneras de ponerme celoso. Últimamente estábamos bajando tan rápido que pensaba que íbamos a estrellarnos contra el suelo.
Supongo que este cambio repentino en mi vida haga que vayan mejor las cosas. Por que yo la quiero... o eso creo.
—Genial. Eva llega tarde. No me debería de sorprender a estas alturas pero... —Interrumpe mis pensamientos Rafa. Se pasa la mano por su pelo recién cortado mientras anda de arriba abajo por la habitación.
—¿La chica esa de la que tanto me hablas te ha dejado plantao o qué? —Le digo de broma.
—Que va, solamente es que ser puntual no es su fuerte...
—Quiero que venga ya, así la conozco. Creo que de todas las cosas que me has contado de ella en la última semana puedo suplantarle la identidad.
Rafa suelta una carcajada y se dirige al armario.
—¿Qué me pongo? Hoy quiero decirle una cosa importante y quiero estar presentable.
—¿La vas a pedir matrimonio o algo? —Levanto la ceja.
Juraría que mi amigo se pone colorado durante unos segundos.
—No digas tonterías —Mete el brazo en su pequeño armario y saca dos camisas. Una es de color azul oscuro y la otra es verde muy claro —. ¿Cuál?
Intento visualizar a Rafa con las dos camisas hasta que al final me decanto por una:
—La verde claro.
—¿Seguro?
—Como que me llamo Hugo Cobo.
Rafa deja la camisa que no se va poner de nuevo en el armario y me dice que si nos echamos una partida a la Play. No sabéis lo maravilloso que es tener una tele en la habitación y que Rafa se haya traído su consola aquí. Así no perdíamos viejas costumbres.
Unos veinte minutos después Rafa decide ir a ducharse, como le sobraba tiempo, decía que así aprovechaba. Yo decidí volver a tumbarme en mi cama y matar el tiempo siguiendo con la serie de Netflix con la que me había quedado a medias.
No sé exactamente cuanto tiempo pasó hasta que alguien llamó a la puerta. Tardé en oír los golpes ya que llevaba los auriculares puestos, pero el sonido de una melodía me hizo volver a la realidad. Esperé a ver si Rafa salía de la ducha. La verdad es que estaba en una posición muy cómoda y no me apetecía moverme. Así que siguieron llamando y como mi amigo no salía de la ducha, tuve que hacer un esfuerzo enorme de sacar mi culo de la cama.
Abrí la puerta rápidamente y la chica que tenía frente a mí tenía el brazo preparado para golpear la puerta de nuevo. No pude evitar sonreír internamente, la verdad es que resultaba cómica la situación.
—Em... hola, ¿est-
—Supongo que vendrás por Rafa —Le interrumpo. Pelo largo y castaño, baja estatura y unos increíbles ojos azules. Sí, definitivamente es ella —. Pasa, estará terminando de ducharse.
—Está bien... —Contesta y yo me hago a un lado para que pueda pasar. Ella camina lento, parece que le diese vergüenza entrar. Yo la observo. La verdad es que Rafa no ha exagerado nada cuando dijo que era guapa.
"Tranquila que no muerdo" Pienso en mi fuero interno.
—¡Rafa termina ya illo! Tu...
—Amiga —Yo levanto una ceja al oír eso. ¿Amiga? Contengo una risilla.
—... amiguita está aquí —Me dirijo a mi cama de nuevo sin parar de observarla—. Eres Eva, ¿no?
Cojo mi móvil para hacerme un poco el indiferente.
—Sí. ¿Cómo sabes quién soy?
—Rafa me ha dicho que esperaba la visita de una tal Eva, así que no ha sido muy difícil adivinarlo —Levanto la mirada para mirarla a los ojos. Si ella supiera lo mucho que me ha hablado Rafa de ella fliparía.
Vamos casi hace que me guste hasta a mí.
—Y tu eres...
—Hugo. Soy el nuevo compañero de habitación de Rafa. Ya éramos amigos de antes ya que yo también soy de Córdoba, pero me he mudado aquí para estudiar en la misma escuela que Rafa.
—Ah, no me digas. Yo también voy.
—Pues entonces, encantado de conocerte compañera —La guiño un ojo y veo como el color se le sube a las mejillas. Me dedica una pequeña sonrisa y de pronto oímos como se abre la puerta del baño.
Rafa aparece con el pelo mojado, pero ya vestido con la camisa que le he recomendado antes. La verdad es que le sienta muy bien. Vamos casi está listo para ir a la Feria de Córdoba.
—Por fin has venido. Lo siento por haberte hecho esperar, pero como llegabas tarde he decidido ducharme.
—Sí, lo siento por eso.
—No pasa nada, sé como eres —Rafa se acerca y le da rápido beso en los labios a lo que Eva se pone roja al instante. Esta vez no puedo controlarme la risilla.
—¿Amigos eh? —Digo con voz pícara. El tono de llamada de mi móvil retumba por la habitación y me pongo el móvil en la oreja —¿Ya estas cariño? Bajo en un segundo —Cuelgo y dirijo mi mirada a la pareja—. Bueno, mi novia me espera. No volveré tarde.
Me acerco a Rafa, le doy un suave golpe con el codo y le sonrío pícaramente. Después me dirijo a la pequeña chica de ojos grandes.
—Ya nos veremos Eva —Ella me mira y me susurra "hasta luego".
Antes de salir, decido llevarme la chaqueta de cuero por si las moscas. Aunque estamos a principios de Septiembre se nota como por las tardes va bajando la temperatura. Cierro la puerta un poco más fuerte de lo que me hubiese gustado y me dirijo a las escaleras repasando en mi mente este divertido encuentro.

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Esperando
FanfictionUno no elige lo que siente. A veces no puedes evitar que se te acelere el corazón por la persona equivocada. Sabes que no puedes, pero quieres. Eso es lo que les pasa a Hugo y a Eva. A veces no tienes más remedio que tirarte al vacío para conseguir...