Capítulo 50

2.1K 97 5
                                        

Hugo

—Pues está ha sido vuestra última clase. Espero que vuestras notas hayan salido como esperabais y si tenéis alguna reclamación, por favor no dudéis en hablar conmigo —Nos dice Iván. Hoy es el último día de Academia, y ya todos nos estamos despidiendo. Miro mi nota de la clase de interpretación. Un sobresaliente. Sonrío al verlo. Mi primer sobresaliente en años. Estoy orgulloso de mi trabajo.

Miro a Eva que está a unos metros de distancia de mí. Levanto el dedo pulgar como diciéndole que todo ha ido muy bien. La pregunto qué tal ella, y me responde asintiendo y sonriendo.

Gran parte de mi nota se lo debo a ella lo sé, si no hubiera hecho el trabajo con ella no hubiera tenido ese sentimiento comprimido, que me hizo que básicamente bordara el papel porque era más o menos lo que estaba viviendo en ese momento.

Ya han pasado dos meses de aquello, el tiempo vuela.

El día no tiene mucho que destacar. En todas las clases restantes, hubo más de lo mismo: despedida, entrega de la calificación y simplemente hablar de lo que íbamos a hacer estas Navidades.

En las clases que compartía con Eva no podíamos evitar mirarnos y sonreír ante el hecho de que en unos días íbamos a poner rumbo al norte de España, sin mirar atrás.

Estoy nervioso pero a la vez emocionado. Espero caerles bien a sus padres; sé lo mucho que Eva los quiere y los tiene en cuenta, sobretodo a su padre que, aunque vayamos a pasar la semana con su madre y su novio, conoceré al padre seguro.

Me sudan las manos al pensar qué ocurrirá si acaba odiándome pero ahuyento el pensamiento de mi mente y lo reemplazo por pensar que voy a estar con Eva las veinticuatro horas del día, sin que nadie nos moleste y nos impida estar juntos.

¿Tenemos que contar al resto nuestra situación pronto? Sí. ¿Nos da miedo? Mucho. Pero Eva y yo hemos hablado de hacerlo cuando volvamos de vacaciones.

Creo que ninguno está preparado para lo que pueda pasar, sobretodo con Rafa. Rafa es mi mejor amigo de toda la vida y pensar que puedo perderle me quema por dentro.

—Jo, chicos os voy a echar de menos —Nos dice Anaju mientras salimos de la Academia — Ojalá os pudierais venir conmigo y os enseñaba mi pueblo y todo. Os vais dentro de dos días, tres, ¿no? Pues tenemos que hacer una cena antes de que nos vayamos. ¿Os parece?

Todos decimos que sí, que una cena genial.

—Me parece perfecto y, rescatando lo de tu pueblo, molaría que un día fuésemos de tour por cada una de nuestras casas ya que al final, aparte de Bruno, los demás no somos de Madrid —Propone Eva —. Sam es de Valencia; Flavio de Murcia; Hugo y Rafa de Córdoba; Anne y Mai de Navarra; Anaju de Alcañiz y Gèr de Ceuta. Ah, y yo de A Coruña.

Todos comenzamos a hablar de cuando podíamos realizar ese plan, ya que a todos nos parece una muy buena idea. Yo no he tenido la oportunidad de ir a ninguno de los sitios, salvo Valencia, que nos llevo mi padre cuando era más pequeño, pero a los demás, nunca he ido y tengo muchas ganas.

Nos vamos despidiendo y cada uno comienza irse a su casa. Como Rafa ya no lleva a Eva y Anne a su casa, me ofrecí para llevarlas a veces en mi coche. Ellas lo agradecieron mucho así no tenían que pillar tanto el autobús.

Llegamos al apartamento de las chicas y ellas me dan las gracias tirándome un beso. Anne y Eva comienzan a subir las escaleritas que llevan al portal, pero Eva se excusa un momento diciendo que se le ha olvidado una cosa en mi coche, que vaya subiendo.

A los pocos segundos cuando se cerciora que Anne ya está fuera del punto de mira, entra y se sienta en el copiloto.

—Vale, Sam me acaba de decir que hagamos algo esta noche Flavio, ella tú y yo.

EsperandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora