Capítulo 15

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Hugo

Me pongo la camiseta gris desgastada y los pantalones de chándal que me ha prestado Eva de Rafa. Los pantalones se me caen ya que estoy mucho más delgado que Rafa, pero se compensa con la amplia camiseta de los Rolling Stones.

Eva me ha dejado ducharme primero ya que ella quería lavarse el pelo y quitarse el cloro de paso, y yo he intentado tardar lo menos posible para que no se resfríe más de lo que creo que ya está. Por mi culpa.

La verdad es que me siento bastante mal. Pero la parte egoísta de mi, se alegra de haberlo hecho ya que hemos pasado un buen rato juntos, tanto en la piscina como en el coche.

Eva es una chica bastante interesante y me hace gracia, a pesar de que a la vista somos bastante diferentes, creo que en algunos aspectos nos parecemos bastante. Puede decirse que hemos encajado bien.

Justo en ese momento suena una notificación de mi móvil que interrumpe mis pensamientos. Es Aurora. He estado con ella esta mañana y cuando le dije lo de la fiesta no le hizo mucha gracia. Lo primero porque ella no estaba invitada, cosa que la irritó; lo segundo es que la iba a dejar sola cuando faltaban dos días para que se fuera de vuelta a Córdoba; y lo tercero, que es lo que menos gracia le hacia y lo que a mi me provoca más dolor de cabeza, es que haya chicas que puedan ligar conmigo. Todo eso la provocó un humor de perros que la puso insoportable. Al final acabé marchándome de vuelta a la residencia y no habíamos vuelto ha hablar.

Decido contestarla. No me gusta que estemos peleados, pero estos enfados ya me tienen harto.

La escribo que ya me he ido de la fiesta e inmediatamente recibo su llamada.

—Hola cariño —Me saluda a través de la línea —. ¿Te lo has pasado bien? ¿Vas muy mal? Espero que no estés conduciendo bebido.

—No, tranquila, voy perfectamente —La tranquilizo.

—Te creo... Y bueno, ¿la fiesta bien?, ¿algo que me quieras contar? —Sé que la segunda pregunta va con segundas.

—La casa era una pasada, había mucha gente, hasta han puesto un tubo de humo... había piscina incluso —Me río internamente pensando el lo último.

—Suena guay, ojalá haber ido.

Asiento con la cabeza aunque no pueda verme. La verdad es que hubo un momento en el que me sentía bastante solo ya que cada uno de mis nuevos amigos estaba con su pareja y me aburría bastante. Aunque eso cambio cuando al ver a Eva sola al lado de la piscina.

—Y qué haces ahora, ¿estás en la resi? —Me pregunta Aurora.

Barajo si decirle la verdad a Aurora. Que estoy con Eva en su casa porque la he tirado a la piscina conmigo y casi morimos de hipotermia.

Si le digo eso le va a dar un síncope y se va a montar películas extrañas en su cabeza. Pero si no se lo digo podría ser peor...

Abro la boca para decir algo pero me veo interrumpido por la voz de Eva.

—Hugo ya estoy, ¿te apetece un vaso de leche caliente o algo...?

Abro mucho los ojos y rezo internamente para que Aurora no haya escuchado nada.

—Hugo, ¿acabo de escuchar una voz femenina? ¿Quién es ella? —Dice Aurora claramente enfadada.

—Amor, es una amiga, hemos vuelto juntos de la fiesta porque nos aburríamos y...

—Dime donde estas.

—Aurora no empieces a montar un numerito.. de verdad que no ha pasado nada y no va a pasar nada. Mañana te explico todo.

—¡Hugo Cobo! Como se te ocurra hacer algo con esa chica...

Miro a Eva la cual tiene los ojos como platos y una expresión avergonzada en su cara. Claramente escucha los chillidos de Aurora.

—Amor, solo confía en mí. Mañana nos vemos.

—TE JURO QUE COMO TE PONGA UNA MANO ENCIMA LA ARRANCO LOS PELOS DE LA CABEZA.

Me pongo rojo como un tomate y pido perdón con la mirada a Eva. Ella tiene una expresión indefinible en la cara.

—Mañana hablamos cuando te relajes Aurora, se una adulta por favor.

—Hugo yo-... —No la dejó continuar la corto antes de que se caliente la cosa más aún. Tiro el móvil a un lado y hundo mi cabeza en mis manos y suelto un suspiro.

Estoy harto de los celos, de que no confíe en mi.

—Lo siento de veras, yo... no sabía que estabas hablando si no no hubiera interrumpido — Se disculpa Eva en voz baja. Miro hacia arriba y la veo con la culpabilidad en el rostro y se me encoge un poco el corazón.

—Eva, no es tu culpa de verdad. Aurora es... demasiado celosa a veces y no hay quien la pare cuando se monta películas erróneas en su cabeza. Siento yo que la hayas escuchado de esa manera. Te prometo que la mayoría del tiempo no es así.

Suelto una risilla.

—¿La mayoría? —Pregunta Eva y se sienta conmigo en el sillón un poco apartada de mi.

—Sí verás, no estamos pasando por nuestro mejor momento que se diga. Pero bueno no quiero aburrirte con mis problemas de pareja.

—Vaya, lo siento mucho. Y no me aburres, claro que no.

—No lo sientas Eva, no tienes la culpa de nada.

—Ya, pero me siento mal —Dice y noto como me va a tocar el hombro pero se detiene y vuelve a poner su brazo encima del regazo —. Es mejor que me vaya yendo... no quiero ser una molestia.

Eva me agarra del brazo, impidiendo que no me levante.

—Eh, Hugo. Si quieres quédate a dormir.

Yo miro perplejo a Eva.

—Si quieres vamos, Anne no creo que vuelva esta noche. Saco unas mantas y duermes en el sillón... lo digo porque es tarde, pero si no quieres, no me importa...

—Vale —La interrumpo antes de que Eva coja carrerilla y empiece a vomitar palabras.

—¿Vale?

—Vale.

—Vale —Dice ella y sonríe un poco —Mmm... voy a por una almohada y mantas y también a preparar leche para los dos y si quieres te desahogas conmigo.

Me río, no muy seguro de si quiero hacerlo.

Eva sigue hablando:

—No hay nada mejor que hablar tus penas después de una fiesta. Es muy típico.

—Sí, pero en esos casos estas pedo y no sabes controlar lo que dices.

—Si te apetece añado un poco de Ron a tu leche.

Me vuelvo a reír.

—Déjalo, leche sola está bien.

—Vale pero cuéntamelo. Me interesa. Lo siento no puedo evitar ser un poco cotilla es mi naturaleza.

Me lo pienso dos veces antes de responder:

—Vale, pero lo hago si tu después me cuentas algo también.

EsperandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora