Hugo
—Yendo a la bolera un miércoles, lo nunca visto —Dice Flavio mientras recorremos la avenida buscando el local.
—Aprovechemos que no tenemos cosas que hacer hoy y podemos tomarnos un respiro —. Contesta Sam claramente irritada por el sarcasmo de Flavio. Había sido una idea improvisada que había tenido Sam en una de sus clases y nos lo comunicó en la salida a Flavio, Eva, Anne, Gèrard y a mí más tarde—. Hugo, recuérdame por qué no puede venir Rafa.
—Le tocaba turno en el trabajo.
—Lo que se pierde. ¡Ya veréis chicos va a ser genial!
—Hace siglos que no juego a los bolos —Eva entrelaza su brazo con el de Sam —. Ni se os ocurra reíros de mí, que os veo venir.
—¿Por qué pienso que te refieres a mí? —Dice Sam.
—Porque en parte va para ti.
—Prometo intentar no reírme demasiado —Le digo a Eva.
Ella gira la cabeza y me mira. No hemos hablado desde esta mañana, cuando nos quedamos encerrados en el pequeño almacén del auditorio. Al final quedarnos encerrados fue lo mejor para que aclaráramos las cosas y me lo pasé de escándalo con ella.
De pronto brota en mi mente el recuerdo de Eva cayéndose encima mío y como nuestras respiraciones se enlazaban al estar nuestras caras a penas a unos centímetros de distancia.
No he querido rememorar el momento en mi mente porque sé que no está bien y lo que sentí en ese momento tampoco lo está. No sé que hubiera pasado si no hubieran abierto la puerta, pero tampoco quiero que mi mente divague por esos terrenos. Mejor olvidarlo y ya está.
Creo que Eva está pensando lo mismo que yo porque se sonroja levemente y sus ojos se apartan rápidamente de los míos.
—También lo decía por ti. Ya nos conocemos.
Suelto una pequeña carcajada.
—¿Sabréis jugar no? —Pregunta Sam una vez que ya todos estamos calzados propiamente.
—No es muy difícil, Sam. Solo hay que tirar la bola e intentar hacer pleno —Gèrard se ajusta las gafas y mira a Anne —. ¿Que hago me las quito?
Anne le acaricia la cara de una manera tierna.
—Déjatelas. No creo que nadie te tire una de esas a la cara —Señala las perfectamente colocadas bolas de colores.
—Está bien.
—Vale, me acaba de decir el chico que nuestra pista es esa —Nos dice Eva—. Venga a jugar.
Dejamos nuestras cosas en unos asientos que tenemos para tomar algo mientras, si queremos. Hay una pantalla donde podemos ver nuestros nombres para ver la puntuación.
—El que pierda invita a los demás a tomar algo —Propone Anne. A todos nos parece una buena idea así que decimos que sí. El ganador elige el sitio.
—¡Venga empecemos! —Exclama Sam —. No tenemos todo el tiempo del mundo.
Miro a la pantalla para ver cuando me toca. Primero va Samantha, luego Gèrard, Flavio, Anne, Eva y por último yo.
—Vaya el último —Me dice Eva poniéndose a mi lado, aunque noto como deja un poco de espacio entre nuestros cuerpos.
—El último es el que tiene suerte —Le respondo—. ¿Preparada para perder?
—Ni en tus mejores sueños.
La partida empieza. Sam coge una de las bolas de menos kilos para empezar.

ESTÁS LEYENDO
Esperando
FanfictionUno no elige lo que siente. A veces no puedes evitar que se te acelere el corazón por la persona equivocada. Sabes que no puedes, pero quieres. Eso es lo que les pasa a Hugo y a Eva. A veces no tienes más remedio que tirarte al vacío para conseguir...