Capítulo 39

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Eva

Llevo desde que Hugo se marchó enfadado de mi casa sin saber de él. Le he estado escribiendo y llamando desde entonces y con lo único que he conseguido hablar es con el contestador de su móvil.

A veces me planteo si soy estúpida. ¿Qué necesidad tenía de ocultarle a Hugo la situación con Rafa? Ninguna. ¿Por qué no lo hice? Por miedo a que se enfadase y pensara que lo hacía porque sigo sintiendo por él y no quiero dejarle. ¿Qué ha pasado? Que ahora piensa justamente eso y encima le he estado mintiendo a la cara, lo cual lo hace mil veces peor.

Idiota, idiota, idiota.

Si Hugo no me deja hablar con él para explicarle las cosas bien, ¿cómo lo soluciono?

Solo hay una respuesta y es ir ahora mismo a dejarlo con Rafa. Ya han pasado unos días, ya no hay excusa para seguir alargando el momento.

Quiero estar con Hugo. No tengo ninguna duda. Tengo que armarme de valor y coger el toro por los cuernos.

Cojo el móvil para llamar al que es mi novio. Me tiembla la mano. Al cuarto timbrazo coge.

—Rafa —Digo directamente.

—¿Dime?

—Por favor, dime que puedes quedar en dos horas en el parque de enfrente de mi apartamento.

—Sí, sí, no tengo nada que hacer —Nota el nerviosismo en mi voz así que intenta tranquilizarme —. Eh, ¿que ocurre?

—Te lo cuento ahí.

—Vale, en dos horas.

—Sí.

—Por cierto, ¿no sabrás donde se ha metido Hugo? No le he visto desde ayer por la mañana.

Me quedo helada y comienzo a preocuparme.

—¿No ha dormido allí?

—No. Le he llamado pero no contesta ni llamadas ni mensajes.

Comienzo a dar vueltas por la habitación. Hugo, ¿donde narices te has metido?

—Intenta preguntar a alguien más. Yo no tengo ni idea —Intento que no se me corte la voz. Después intentaré contactarle.

—Vale, nos vemos en un rato. Te quiero.

Cuelgo sin responderlo. Sé que se va a empezar a comer la cabeza por haberle colgado cuando ha dicho que me quiere, pero prefiero que empiece a mentalizarse de que pasa algo antes de que le pille por sorpresa.

Estos pasados cinco días he intentado verle lo menos posible, y he estado más fría que de costumbre, pero no sé si es porque no se quiere dar cuenta o simplemente no capta las indirectas, pero pienso que no se huele nada, lo que lo hace peor porque así le dolerá más.

A veces hay que mirar por una misma y hacer lo que nos haga feliz.

·····

Simplemente me visto con una sudadera gorda y unos vaqueros normales y no me maquillo. Sé que probablemente acabe llorando así evito accidentes con el rimmel.

Anne toca dos veces la puerta de mi habitación. Asoma su carita y sonríe.

—Bicho —La saludo.

—Florecilla —Dice y me río.

—Que si te apetece que hagamos algo hoy. Hace mucho que no hacemos algo y vivimos en la misma casa, quien lo diría. Estás siempre ocupada y no sé con qué. Entiendo que Rafa ha vuelto y blah, blah, blah... ¡pero saca tiempo para tu mejor amiga! —Se acerca a mi cama y se sienta conmigo.

EsperandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora