XLIII

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Emmie y Josephine se mostraron resentidas tanto con la diosa dueña de la Waystation como con sus invitados una vez que les contaron lo que había sucedido con Britomartis. Las anfitrionas se hundieron en la desesperación, no parecían seguras de que la búsqueda de los grifos podría llevar al rescate de Georgina, o que su niña se mantendría con vida hasta el espectacular festival de asesinato que el emperador había planeado en tres días. Pero las mujeres se resintieron a tal grado que les asignaron más tareas. Alegando dijeron que todos los huéspedes tenían que ayudar y la Waystation era un espacio común, no un hotel.

A Apolo le tocó limpiar los retretes del lugar, a Leo le toco que cambiar el heno en los nidos de los grifos, a Calipso y Maggie las pusieron a sembrar frijol mung toda la tarde con Emmie. Claro tanto Apolo como Leo le reclamaron en privado a Maggie porque mientras asignaban las tareas una aureola que conocían bien benéfico a la semidiosa para no tener un trabajo pesado. A la hora de la cena, todos estuvieron en frente de las anfitrionas con sus estómagos gruñendo por el hambre, pero Josephine se fue con indiferencia hacia la cocina.

—Creo que hay unas enchiladas de tofu sobrantes en la nevera. Agameteo les mostrará sus habitaciones.

Ella y Emmie se fueron dejandolos a su suerte.

—Hubiera sido peor y no nos hubieran dejado nada de comer —les dijo Maggie.

El fantasma brillante de color naranja acompañó a Calipso y a Maggie a su habitación primero. Agameteo dejó en claro, a través de la bola Mágica ocho y mucha gesticulación, que las niñas y los niños siempre dormían en diferentes alas. Aunque tanto Maggie como Calipso no presentaron ninguna queja del asunto. Antes de salir, solo Calipso se volvió para decirle algo a sus amigos mientras Maggie se tiraba en la cama que le tocó ocultando su cara en la almohada.

—Nos vemos en el mañana —cerro la puerta en la cara de los chicos volviéndose a su amiga que se estaba quitando sus zapatos y acomodándose mejor en la cama. 

—¿No crees que te estás portando muy frío con los chicos? —le pregunto la chica.

—No quiero hablar mucho de eso —Calipso le dio la espalda tomando su almohada antes de soltar un suspiro sonoro y darse la vuelta para ver a Maggie, quien le hizo la seña se que se sentara en su cama—. Eso de salir a misiones nunca a sido lo mío, ni siquiera soy buena en esta. Tú sabes defenderte, por todos los dioses si hasta conseguiste un puesto en las Cazadoras que ninguna otra ha podido tomar... —Maggie interrumpió a Calipso.

𝐅𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐀 𝐆𝐑𝐈𝐄𝐆𝐀 ━━━ Reyna Ramirez-ArellanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora