Maggie murmuraba una canción en italiano mientras caminaba junto a Annabeth con su daga en manos, en caso de tener convertirla en una espada rápido. Al llegar al pie de los escalones llegaron a una vieja puerta de madera con una anilla de hierro. Encima de la anilla había una placa metálica con un ojo de cerradura.
–¿Crees que lo tengamos que forzar? –murmuró Annabeth a Maggie, pero en cuanto la rubia tocó la anilla, una silueta llame ante apareció en medio de la puerta: la silueta de la lechuza de Atenea. Del ojo de la cerradura salió un hilo de humo. La puerta se abrió hacia dentro.
–Al parecer no –respondió Maggie. Annabeth miró arriba por última vez. En lo alto de la escalera, el cielo era un cuadrado de color azul radiante. Maggie la volteó a ver, puso una mano en su hombro llamando su atención–. Vamos Annie, busquemos la estatua de tu madre para ir a salvar a Nico –Maggie le sonrió.
Annabeth le devolvió la sonrisa antes de cruzar la puerta juntas. Se encontraron en un sótano era como un cíborg arquitectónico. Antiguas paredes de ladrillo se hallaban surcadas por modernos cables eléctricos y tuberías. El techo se sostenía con una combinación de andamios de acero y viejas columnas romanas de granito. En la parte delantera había había montones de cajas de cartón. Abrieron unas cuantas por curiosidad. Algunas estaban repletas de rollos de cuerda multicolor, como la que se usaba para las cometas o para los trabajos de artesanía. Otras cajas estaban llenas de espadas de gladiador de plástico baratas. Al fondo del sótano, el suelo había sido excavado y se podía ver otra escalera que descendía todavía más bajo tierra. Mientras Annabeth revisaba el contenido de las cajas, Maggie se acercó despacio al borde, había sacado su espada para obtener la luz que esta emanaba.
–Annabeth... –la llamó la chica tratando de ver en la oscuridad que ni siquiera se podía disipar con el brillo que emitían las armas de las chicas juntas.
Annabeth encontró un interruptor de la luz. Lo encendió. Unas deslumbrantes bombillas fluorescentes iluminaron la escalera. Debajo, vieron un suelo de mosaico decorado con ciervos y faunos. Bajaron. La habitación medía aproximadamente dos metros cuadrados. Las paredes habían estado pintadas de vivos colores, pero la mayoría de los frescos se habían desconchado o se habían descolorido. La única salida era un agujero excavado en un rincón del suelo en el que el mosaico había sido arrancado. Annabeth se agachó junto a la abertura.
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𝐅𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐀 𝐆𝐑𝐈𝐄𝐆𝐀 ━━━ Reyna Ramirez-Arellano
Fanfic〰 🍀 ꒱ 𝗙𝗢𝗥𝗧𝗨𝗡𝗔 𝗚𝗥𝗜𝗘𝗚𝗔 ﹙ 𝒊 ﹚𝙋𝘼𝙐𝙎𝘼𝘿𝘼 ┈─ 𝐃onde un amor que ni los dioses pudieron imaginar, crece y rompe hasta con las palabras de la diosa del amor. ...