LIV

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Caminaron veintisiete metros después hasta que el corredor se convirtió en un vasto espacio parecido a un estacionamiento subterráneo

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Caminaron veintisiete metros después hasta que el corredor se convirtió en un vasto espacio parecido a un estacionamiento subterráneo.

—Esperen —dijo Apolo—. ¿Esto es un estacionamiento subterráneo?

Parecía eso, excepto por la completa ausencia de autos. Extendiéndose en la oscuridad, el piso de cemento pulido estaba pintado con flechas direccionales de color amarillo y filas de espacios de cuadrícula vacíos. Líneas de pilares cuadrados sostenían el techo a casi siete metros de altura. Publicado en algunos de ellos había señales como PITAR. SALIDA. CEDA EL PASO A LA IZQUIERDA.

—Este es el lugar —dijo Piper.

— ¿Disculpa?

—En donde Jason y yo nos separamos.

El olor a sulfuro era más fuerte, combinado con una dulce fragancia. Apolo se pegó más a Maggie al igual que Meg. Meg frunció la nariz.

—Pfff.

—Sí —Piper asintió—. Así olía la vez pasada. Creí que significaba que... —meneo la cabeza—. Como sea, justo por aquí, una pared de llamas salió de la nada. Jason corrió hacia la derecha, y yo hacia la izquierda. Te lo digo, ese calor parecía malévolo. Fue el fuego más intenso que jamás haya sentido, y he luchado contra Encélado.

Apolo se estremeció al lado de Maggie.

— ¿Y después de que Jason y tú se separaran? —preguntó Apolo.

Piper se movió al pilar más cercano. Pasó las manos por las letras de un cartel de CEDA EL PASO.

—Trate de encontrarlo, por supuesto. Pero desapareció. Lo busque por un largo tiempo, estaba bastante asustada. No iba a perder a otro...

Apolo vio la cara que Piper compartió con Maggie.

—De todos modos —dijo—. Comencé a oler esa fragancia. ¿Ese tipo de olor a clavo?

—Es un olor distintivo —confirmo Apolo.

—Asqueroso —corrigió Meg.

—Empezó a volverse muy fuerte —Piper contó—. Seré honesta, me asuste. Sola, a oscuras, entre en pánico. Y me fui —hizo una mueca—. No muy heroico, lo sé.

—Jason apareció después —dijo Piper—. Simplemente salió por la salida. No habló de lo que pasó, solo dijo que volver al laberinto no serviría de nada. Las respuestas estaban en otro lado. Dijo que iba a buscar otras opciones y que regresaría —se encogió de hombros—. Eso fue hace dos semanas, todavía lo estoy esperando.

—Encontró al Oráculo —supuso Apolo.

—Eso es lo que me pregunto. Quizás si vamos por ese lado —Piper apuntó a la derecha—. Lo sabremos.

—Agave dijo "Ella salió de la nada" —recordó Apolo.

La mano de Piper se apretó en la empuñadura de su daga.

𝐅𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐀 𝐆𝐑𝐈𝐄𝐆𝐀 ━━━ Reyna Ramirez-ArellanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora