XXXIII

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La Atenea Partenos iba brillando al amanecer, volando desde la costa, colgada de las correas de seis caballos alados. Las águilas romanas daban vueltas, pero no atacaron. Unas cuantas incluso se lanzaron en picado, agarraron los cables y ayudaron a transportar la estatua. Reyna iba montada a lomos de Guido. Con la espada en alto. Maggie iba en el lomo de Gart con unas gafas de sol para protegerse de los rayos del sol. Maggie se colgado el arco de Celyn y ahora portaba su arco propio con una de sus flechas especiales esperando a que Reyna le diera luz verde de atacar a los monstruos que rodeaban a los romanos. En el suelo vieron a los dos ejércitos se quedaron mirando, mudos de asombro, mientras la estatua de oro y marfil de doce metros se disponía a aterrizar.

—¡SEMIDIOSES GRIEGOS! —tronó la voz de Reyna como si la proyectara la propia estatua, como si la Atenea Partenos se hubiera convertido en una torre de altavoces de concierto—. ¡Contemplen su estatua más sagrada, la Atenea Partenos, tomada injustamente por los romanos. ¡Se la devuelvo como muestra de paz!

La estatua se posó en la cumbre de la colina, a unos seis metros del pino de Thalia. Inmediatamente una luz dorada recorrió el suelo hasta el valle del Campamento Mestizo y descendió por el lado contrario a través de las filas romanas.

—¡Romanos! —gritó Reyna—. Hago esto por el bien de la legión, por el bien de Roma. ¡Debemos mantenernos unidos con nuestros hermanos griegos! 

—¡Escúchenla! 

Nico avanzó con paso resuelto desde un lugar de las filas. Anduvo entre las líneas de combate, con su espada negra en la mano. 

—¡Reyna ha arriesgado la vida por todos nosotros! —dijo Nico.

—Hemos traído esta estatua desde la otra punta del mundo, romanos y griegos trabajando en equipo, porque debemos unir fuerzas. Gaia se está alzando. Si no trabajamos en equipo... —una voz interrumpió a Maggie.

MORIRÁN. La voz sacudió la tierra. La sensación de paz y seguridad que la estatua transmitía desapareció en el acto. El viento sopló a través de la ladera. El suelo se volvió líquido y pegajoso. Maggie agradeció estar volando aún en el lomo de Gart. UN GESTO INÚTIL. PERO SI LES HACE FELICES, PUEDEN MORIR JUNTOS. 

𝐅𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐀 𝐆𝐑𝐈𝐄𝐆𝐀 ━━━ Reyna Ramirez-ArellanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora