Capítulo 2 Libre al fin

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Al otro día como lo esperaba llegaron dos carrosas con personal y el señor O'connell, Lilian Luthor se encargó de tener todo preparado para su visita y sobre todo tener preparada a su linda esmeralda.

El señor O'connell quedo encantado con la joya de los Luthor la hermosísima Lena había opacado cualquier expectativa, resulto ser la dama más atenta, inteligente y jovial que jamás haya conocido, nunca imagino que solo era la fachada, la ojiverde ya había pensado que su futuro esposo podría ser la salida a todos sus problemas para por fin encontrar la libertad.

A Lena no le importo en lo absoluto todos los halagos que salían de la boca del pariente del ministro y tampoco le importo que el señor en plena estancia se le hincara haciendo relucir un diamante de enorme proporción para proponerle a Lena se fuera de inmediato a vivir con él. El caballero había dejado una de sus relucientes carrosas para el día en que Lena mudara sus cosas a su humilde palacio.

Ni lerda ni perezosa Lena sabia para que realmente de utilizar dicha carrosa, su madre había hecho las maletas para que su hija se mudase lo antes posible a la mansión del político pero la niña le indico que no quería llevar todas sus pertenencias, empacó algunas ropas y joyas sin percatarse que Lena ya había hecho las maletas anteriormente. La azabache le habría propuesto mudarse en cuatro días y propuso que su madre la dejara ir sola hasta con su prometido.

La última clase de historia y literatura la tomaría esa tarde de viernes, James ya había comprado los boletos y sabría cuál era el lugar en el que la esperaría pacientemente para abandonar la carrosa el día sábado por la mañana.

El sábado lo más temprano que le fué posible a Lena pidió a sus empleados prepararán el carruaje para su salida, Lilian insistió incontables veces en acompañarla pero Lena le dijo que no quería llegar acompañada, lamentablemente su madre aun no confiaba en la disposición de su hija y ordeno la siguieran con cuidado hasta la casa del señor O'connell, envió a dos de sus cocheros personales.

–James– saludo la joven al caballero que tenía una maleta con su equipaje dóndee la esperaba ansioso en el puerto

–Lena, que gusto pensé que no llegarías, vamos el barco todo está listo para partir– dijo el moreno tomando sus maletas

–Corre James, necesito salir cuánto antes posible de este lugar–

Ambos entregaron sus boletos y subieron a la pequeña embarcación de solo 100 personas, les tomaría 45 días llegar a América, el carruaje fué abandonado cerca del embarcadero con las pertenencias de la chica excepto las  joyas claro.

El cochero fué sorprendido cuando llego al carruaje y la dama ya no se encuentran dentro, era de suponerse, Lena le había dicho que debería comprar pescado antes de llegar con su futuro esposo así que le pidió al cochero caminara hasta los barcos de pescados para adquirir la cena.

Fue sorprendido por segunda vez cuando vio a dos de los trabajadores de la finca que seguían de lejos a Lena esperar al cochero y a su acompañante.

De seguro el perdería su trabajo y Lilian Luthor estallaría en enojo

–Cuéntame más– exigió Lena al moreno que le platicaba a la joven de cuándo el pertenecía a la familia Spheer, la azabache solo le tomado unos pocos minutos para hacerse a la idea de que tal vez nunca volvería a su lugar de origen

–Cuando el hijo del señor Spheer, Jack fue llevado a la guerra, quedo devastado pensando en que jamás volvería su primogénito y en poco tiempo su esposa también murió entonces quedo solo y pensé que jamás se repondría, vendió algunos acres de terreno y me dijo que lo acompañara por el mundo, quería visitar ciertos lugares antes de morir–

- ¿te llevo como esclavo o como su igual? - preguntó Lena sin querer sonar grosera

–El aún era mi amo y el amo de mis padres, pero por alguna razón nunca me pareció que me tratase como tal, me dio estudios, me dio una casa afueras de sus terrenos en el estado de Luisiana lo cuide hasta el final como cuidaría un hijo de un padre, por gratitud, por lealtad, sintió afecto por el viejo Benjamín– dijo el moreno con un dejo de tristeza en su voz y en su mirada - el murió hace unos años en una casa que tenía en nueva york ya no pudo volver al plantío de Luisiana–

- ¿Cómo es nueva york? - 

–Es una ciudad demasiado poblada muy movida para mi gusto, las calles llenas de carruajes y estiércol de caballo, personas llevando a sus niños o solo caminando perezosamente por las aceras, fumando o bebiendo, desde hace algunos años ha habido más movimiento de militares por la guerra claro, es una ciudad de mucho bullicio, jamás deberás caminar por los callejones o las plazuelas apartadas de los grandes edificios son lugares donde una dama jamás debería estar y menos sola–

- ¿Por qué no? –Aunque su aspecto físico era el de una mujer, Lena creció dentro de una jaula de oro y todo lo que le contaba James siempre despertaba su inquietante conocimiento

–Hay muchas prostitutas, esclavos, vida cruel, las calles huelen muy, muy mal y abundan los animales como las ratas del tamaño de un gato y he visto jaurías de perros comiéndose a personas moribundas–

Lena llevo su mano a la boca y con un gesto de desagrado pregunto– ¿tú qué hacías ahí? -

–Pues yo buscaba algo de diversión– dijo penosamente - me gustaba decirte que estaba por negocios pero se na hace muy difícil mentirte, es imposible verlo está a algunas calles de los edificios importantes, de las grandes posadas y los teatros de la ciudad -

- ¿podríamos ir? - los ojos de Lena brillaban

–Algún día, en estos momentos nos será imposible por la guerra, pero te prometo que algún día–

–Oh bueno, debes de estar pensando que estoy loca por dejarme llevar a ciegas por cualquier hombre–

–Eso me dolió jovencita.... En verdad ¿piensas que soy como cualquiera? -

–No - contesto Lena rápidamente para enmendar el error - solo me gustaría conocerte sabes.... Aprender de ti como hasta ahora lo he hecho –se colocó un mechón detrás de su oreja, Si supiera mi madre que te tuteo estaría dispuesta a enviarme de nuevo a clases de modales–

A Lena le gustaba James pero como amigo, atesoraba demasiado su compañía y sobretodo poder comportarse como cualquier otra persona sin recatos y libre que era lo que valoraba más que cualquier cosa, con él era libre.

–Bueno en ese caso ponte cómoda pequeña porque tendremos más días de conocernos mutuamente–

–Eso espero– dijo Lena conteniendo su alegría

Supercorp del viejo oeste "Esmeralda salvaje"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora