Capítulo 66 El tesoro de Santa Anna

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Apoyadas con una antorcha, subieron hasta la montaña y Sam parecía un poco pensativa, estaba buscando algo.

–Sé que es por aquí, pero no alcanzo a ver la piedra– dijo mirando la maleza que cubría varias rocas, al fin movió una de las piedras y entonces cayeron unas cuantas más –ayúdenme – pido y Maggie no tardo en ayudarla, se imaginaba que estaba buscando Sam

Alex en su modo refunfuñón no quiso ni levantar un dedo hasta que Sam tuviera la sensatez de salir de inmediato de ese pueblo –vámonos Sam, si esas nos encuentran no amanecemos–

–Alex, por primera vez en tu vida ¿puedes confiar en mí? – Volteó a ver a su novia que seguía de pie enojada cruzada de brazos – ayúdame–

Sin tener otra opción la pelirroja ayudo a quitar las piedras que impedían la entrada a la cueva, en cuanto tuvieron un hoyo de tamaño considerable como para que entrasen, dejaron de mover las piedras

–dame la antorcha Maggie– Sam la metió dentro de la cueva y varios murciélagos salieron chillando, Alex se espantó y se pegó a la espalda de su futura esposa – son solo murciélagos cariño, no hacen daño– miro a su mujer espantada por la cantidad de animalitos que salieron del pequeño orificio – vamos– le tomo de la mano para ingresar primero ella, después Alex y luego Maggie

–Sam, es lo que creo– pregunto Maggie y la otra morena asintió gustosa

Caminaron un corto pasillo y después llegaron a una cueva un poco más amplia, la cueva tenia marcas de manos sobre la pared puestas con tinta vegetal –esta mano es mía, esta es de Sebastián, señalo a la mano grande que estaba junto a la d ella, este es Finegan, este Harris y ella es Carol– suspiro profundamente recordando el día que hicieron las marcas– ninguno de nosotros sabia escribir y se supone que hicimos el trato de que el ultimo que quedara vivo se quedaría con todo el tesoro, Sebastián tomo su parte y con esa nos compramos un rancho y una casa, yo no tome ni un doblón hasta el día de hoy– miro a sus compañeras que la veían perplejas– vamos estamos cerca–

Llegaron a una cámara y había dentro tres cruces sobre el suelo, Sam miro la cruz que tenía encima un bello revolver y un sombrero desgastado, trago saliva esperando contener su llanto pero fallo – hola Sebastián– dijo la morena – vengo por mi parte cariño, pero no va a ser para mí, no temas yo jamás romperé mi promesa contigo, Rubí está bien y crece demasiado rápido, se parece tanto a ti– limpio sus lágrimas y sorbió sus fluidos nasales –ella es Alex, me voy a casar con ella y esta de aquí es Maggie mi amiga – la morena más pequeña también lloraba por las palabras de Sam –gracias por cuidarnos cariño y talvez esta será la última oportunidad en que pueda venir a verte– Alex abrazo a su prometida –ya tengo a alguien que me ama y sé que a su lado vamos a estar bien– Sam trago saliva y tomo un puño de arena para esparcirlo por la cruz –te quiero hombre del desierto –

Las tres tomaron camino hacia otra cámara donde se alcanzaban a ver resplandor amarillos, verdes, rojos y azules sobre el suelo, se escuchaba que pisaban metal, Maggie tomo una moneda del suelo y la mordió – diablos Samantha esto es plata– Sam asintió sonriente

–Hoy dormiremos aquí, y por la mañana tomaran la parte que quieran–

– ¿estas segura Sam?–

–sí, toma lo que quieras Maggie, ya no falta mucho para que amanezca y deseo que tomen lo que quieran de él, yo no puedo porque para mí esta maldito, solo tomare unas cuantas cosas que deje antes de irme a hacer mi vida con el que fue mi esposo–

Las tres regresaron a los caballos para tomar las mantas que tenían en sus lomos y con ellas cobijarse, Maggie hablaba dorada mientras Sam se reía de las tonterías que creía que estaba soñando, Alex abrazo a su mujer –que l prometiste a tu esposo Sam? – Alex se tensó un poco esperando la respuesta

–le dije que jamás tomaría nada del tesoro, para él fue la pérdida de su vida, me hizo prometerle en su lecho de muerte que jamás tocaría siquiera un solo doblón–

– ¿en verdad crees que este maldito? –

–todos los que tomaron algo ahora están muertos–

–entonces ¿Por qué quieres que lo tome yo? –

–a ti no te pasara nada, tu no lo robaste– Sam beso a su pelirroja –hasta mañana amor– dijo para acurrucarse en sus brazos y entregarse a Morfeo–

La mañana siguiente Alex despertó sola en la cueva, se escucharon susurros en la otra caverna y se levantó esperando a ver a Sam, la luz entraba por un pequeño agujero sobre sus cabezas y el destello del oro derramado sobre las rocas junto con los zafiros, rubíes, esmeraldas y la plata irradiaban tanta luz que casi dolían los ojos.

Maggie estaba escogiendo las piezas que se iba a llevar – plata, plata no, oro tiene que ser para qué demonios plata si me puedo llevar lingotes–

–Maggie me asustas– dijo Alex haciendo saltar a la morena – ¿y Sam?–

–Dijo que iba por algo allá afuera y por lo que había venido, dijo que no tardaría y que tratara de no despertarte–

–que tanto haces–

–Mira solo tengo un morral pero bien me caben lingotes y varios doblones pero no estoy segura de que mi yegua aguante–

–Maggie deja so vamos a buscar a Sam–

–no, Sam dijo que me quedara con lo que quisiera– dijo con cara de niña malcriada

–entonces has lo que quieras voy a buscarla–

–No, no me dejes sola– dijo y enseguida se distrajo con un baúl el cual contenía dos hermosos revolver Schofield de oro y plata –demonios mira que preciosuras, me los llevo–

–no vas a podrá con todo, llévate lo que puedas y regresaremos después con una carreta–

–esta bien, aguafiestas–

Sam entro con un morral n la mano y muchas flores en la otra –cariño ¿te despertó Maggie? – alex se acerco para besar a su futura esposa – fui por flores para Sebastián y los demás, estuve pensando y creo que en cuanto encontremos a Kara podemos regresar para que tomes lo que quieras y tal vez en un futuro vendremos con rubí y los niños–

–lo que tu desees amor, ahora vámonos antes de que Ava o Sara rastreen nosotras huellas–

–Alex– el corazón de Sam latió demasiado fuerte – voy a enfrentarme a ellas, quieras o no –

–Sam por favor cariño....– busco la mejilla de la morena – vámonos no es necesario que demuestres nada–

–Estoy segura de que no nos dejaran en paz, Alex confía en mi, no me va a pasar nada–

–Sam no lo hagas, por dios – la pelirroja se restregó la cara con las manos –te doy lo que quieras a cambio de que nos larguemos de aquí ahora mismo–

–esta vez te diré que no, esta es por mi amor, si tu estas dispuesta a entregar esa parte de ti solo para que desista, estas mal cariño, cuando me lo entregues va a ser por amor y no para detenerme–

–lo hago por amor, porque te amo y no quiero verte morir – Alex suspiro abatida – ¿Qué quieres? Pídemelo y te lo daré, pero no vayas–

–quiero que me dejes hacer esto y es mi ultima palabra– Sam deposito un beso casto sobre su novia y salió con su morral, escucho que le dijo a Maggie – vayan afuera yo iré enseguida–

Supercorp del viejo oeste "Esmeralda salvaje"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora