Supercorp del viejo oeste "Esmeralda salvaje"

Capítulo 39 Todo va a estar bien

Johnn se había despertado, llegaron al pueblo anterior a fort Smith necesitaba comer estaba demasiado cansado y soñoliento.

Kara lo cuido como suele hacerlo con mucho ahínco dedico horas y horas a su atención, le ofreció un baño caliente y le corto la barba mientras se sumergía en la tina, no había hablado mucho, solo gemía y se quejaba de dolor.

Para cuando Lena había terminado la comida, meció a su hija de diez meses para dormirla, observo que Kara salía de la habitación hasta toparse con ella

– ¿Cómo sigue? – pregunto la azabache

–ya comió y le di un baño, mañana temprano partiremos para llegar lo más pronto al pueblo, necesito ver a Alex para que me indique que suero debo de suministrarle–

–Va a estar bien cariño.... – dijo Lena a su rubia que miraba al piso con cara de decepción – mírame.... tú me encontraste peor y sigo en pie, vivita y coleando–

La rubia rio – solo quiero a mi familia junta otra vez–

–tu madre va a estar bien amor, nos encargaremos de encontrarla– la acerco para darle un beso

–y si es demasiado tarde.... No dejo de pensar en que si nos hubiéramos demorado una hora más no encontraríamos a Johnn con vida–

Lena asintió – te lo pronto Kara no descansaremos hasta encontrarla– la azabache la jalo hasta donde estaban los cuencos listos para ser servidos – ahora ven y come conmigo, Barry, Cat y Alfred fueron al pueblo a tomar un trago – informo

–Me encantas cuando te pones en tu papel de ama de casa–

–no te ilusiones rubia, la que lleva los pantalones soy yo–

Kara rio y se acercó al rostro de su mujer, siempre había luz en medio del túnel con Lena – eres increíble y te voy a besar si no te molesta–

–Bésame cielo – acerco sus bocas para saborear los labios de su rubia –cariño no te conté que Nia ya gatea sola e intenta pararse–

–mi niña, esta creciendo muy rápido.... Apenas ayer fue cuando la tuve por primera vez en mis brazos– Lena asintió – ¿estas segura de que quieres continuar con esto?.... Podemos regresar en cuanto liberemos a mi madre y....–

– ¿y las demás personas Kara? Qué pasa si hay más familias recluidas trabajando para hacer más ricos a esos infames, siendo explotadas, asesinadas, con hambre y sed....¿que pasara con ellos? –

–pero Lena tu seguridad y la de mi hija son lo más importante–

–Si de algo he de servir mi vida para salvar aunque sea a una sola persona, con eso me basta para luchar– Kara se quedó pensativa

–está bien, pero promete que te mantendrás a salvo–

–Es promesa, todavía tenemos que llegar a construir nuestro palacio– bromeo la azabache

–Lena, te amo– la ojiverde se acercó para de nuevo besar a su esposa

–yo tambien te amor mi amor–

Lo primero que llegaron a hacer pisando fort Smith fue a buscar a Queen que bien podía estar escondido en algún lugar con tal de seguir el plan, se suponía que nadie debía de saber que aún seguía con vida, lo hallaron en una posada cerca del burdel.

Ya reunidos todos en la habitación de Kara y Lena propusieron entre tantas cosas esconderse en lo que encontraban la manera de entrar a la montaña y la formas de rescatar a la familia de Queen que permanecía recluida sin saber en donde.

–acabo de platicar con mi amiga Andrea la dueña del burdel, dice que tiene una cabaña cerca del rio entre las montañas Ozark, era de sus padres pero no hay nadie quién la habite desde hace ya diez años, cree que sería un lugar perfecto para escondernos– comento Cat

–bien entonces mañana Barry, Alfred y yo visitaremos el lugar para saber qué tan escondido esta y si nos puede servir como guarida.... Ya me siento mejor ya no me duele más el brazo– comento Oliver moviendo su miembro toráxico

–Nosotras esperaremos a Alex y nos dirigiremos para allá enseguida para comenzar con el plan– dijo Lena

– Necesitamos ir a las montañas– la voz inconfundible de Johnn hizo eco en la habitación – tu madre aún sigue ahí y no abandonara el lugar hasta saber que todas las personas que se encuentran con ella estarán seguras– el increíble instinto de protección se había enseñado a todas las Danvers

– ¿Cuántas personas son? –pregunto Kara jugueteando con su hija

–Hay decenas, tal vez unas 120 entre hombres, mujeres y niños, los primeros en morir fueron los ancianos– Johnn miro consternado a todos – no quiso escapar cuando tuvo oportunidad, ni cuando comenzaron a matar a los insubordinados–

–Eso es horroroso– comento Lena – señor Queen puede adaptar la casa para nuestra llegada lo más pronto posible, no hay tiempo de esperar– Oliver asintió

–mañana mismo comenzaremos con el trabajo señora Danvers– dijo Oliver

–Necesitaran más manos, así que puede Kara ir con ustedes– menciono como dándole permiso a la rubia de asistir

–yo también iré– dijo Johnn

–Bien, entonces Cat y yo nos quedaremos a esperar a Alex–

De camino a fort Smith

Llevaban cuatro días en los que Samantha había aceptado su cortejo, Alex la despertaba cariñosamente todas las mañanas con un beso y cada vez que se presentaba la oportunidad le regalaba tiernas caricias, pero Alex no solo era atenta con Sam si no con Rubí, lo que hizo que la morena no tuviera más remedio que ceder a sus encantos, caminaban de la mano con Abay conduciéndolas por los parajes en lo que los animales trotaban a la par a ellas, Alex quería esperar tomarse su tiempo para conocer a Samantha, ya sabía que no faltaba mucho para llegar a fort Smith y tenía la necesidad de demorar todo el tiempo posible, así que se desviaron un poco en la última parada antes de llegar a su destino.

–Mamá ya te dije que no es necesario que me sigas dando eso, sabe horroroso– dijo Rubí haciendo pucheros con los brazos cruzados sin querer tomarse la infusión que había preparado Alex – ya me siento mejor ¿ves?–

–eso lo decido yo, tómalo o te hare hacer sentadillas y no comerás del pastel de manzana que compre–

–Mira mamá ves, me la estoy tomando– el ya restaurado apetito de la morenita no iba a ceder a tal injusticia

–así me gusta–

– ¿Cómo está todo por aquí?– entraba Alex junto con Abay y el estofado que acababan de preparar en el fogón improvisado – ¿les apetece un plato? –

–mamá ¿después del estofado me darás pastel? –

–Si, después de que leas un cuento– prometió su madre