Ya para la noche la fiebre de Kara era incontrolable, murmuraba cosas sin sentido lo que le hizo pensar a los encargados que había sobrepasado el límite del control de su cuerpo, Lena tanto como pudo enjuagaba el trapo con agua fría y lo volvía a poner en la frente de la rubia, lo peor de todo es que su color ya no parecía muy sano y los hombres con el hielo no vendrían hasta el día siguiente.
Lena sin tener a alguien para decirle que hacer en ese momento decidió cargar con ella sobre la carreta hasta el rio grande donde había agua fría que recién bajaba de las laderas de la montaña con nieve, la desnudo y la metió para bajarle la temperatura
Los dientes de Kara castañeaban –te... tengo frio– dijo en un susurro, Lena sabía que tampoco podría estar mucho tiempo en esa condición. Cuando sintió que la ojiazul ya tenía la temperatura cercana a la normal la rodeo con una manta para subirla de nuevo en la carreta y llevarla a la tienda. Gracias al cielo que la fiebre cedía y con ayuda de los polvos el color de Kara regresaba a la normalidad, cuando recobro algo de lucidez vio la misma piel pálida que imaginaba entre alucinaciones dormir cerca de ella –Lena.... – la llamo con un susurro –tú me cuidaste– y sin más comenzó a llorar desconsoladamente haciendo despertar a la azabache
–Kara.... ¿qué te pasa? ¿Te sientes mal cariño? – Lena se sorprendió por la palabra que acababa de salir de su propia boca
–te vas a ir.... Tú te vas a ir.... Y yo.... Yo te amo, ¡Lena no te vayas! – la declaración sorprendió en sobremanera a la ojiverde que torpe se incorporó de su costado para hacer que los ojos de Kara la miraran fijamente –no te vayas – pidió suplicante– no pudo vivir sin ti–
La esmeralda no sabía si era la reacción normal de una persona con alucinaciones debido a la temperatura pero algo en su pecho sintió alivio de oír esas palabras –no me voy a ir cariño, no hasta que estés bien–
Kara negó con la cabeza –no, no te vayas nunca de mi lado – dijo algo más lucida – ¿no escuchaste que te dije que te amo Lena? – No, no eran alucinaciones de Kara, abiertamente le estaba declarando su amor – ¿acaso no te importa? –
–si me importa Kara ¿pero qué va a pasar cuando yo tenga que irme a casa? – otra vez limón a la herida
–tú ya estás en casa, y yo no encuentro otro lugar al que no quiera pertenecer si no es a tu lado, dime Lena ¿tengo alguna oportunidad? – dijo con sus bellos ojos azules derramándose por las mejillas, no se pudo resistir a esa mirada, de pronto todo el mundo giro a su alrededor y fue así como los labios de Lena se posaban suavemente sobre los de Kara, su beso fue el primero de Lena y Kara fue la primera vez que había dejado todo su corazón en sus labios para hacerle sentir a la azabache lo necesitada que estaba porque ella se quedara – te amo pequeña–
Lena la abrazo y quedo dormida a su lado, cuando Kara despertó por la tarde del siguiente día no encontró a su lado a la pelinegra, se incorporó lo más rápido posible para un cuerpo cansado y la busco con la mirada encontrándola a unos metros recostada sobre unas mantas y con varios trapos sobre la cabeza.
Lena estaba enferma.
–Notamos que estaba ardiendo en fiebre, se quedó día y noche a cuidarte por tres días, nadie la vio comer– Kara se paralizo cuando Sakuna le dijo aquello en su lengua madre
–Voy a cuidarla – dijo Kara quitándose las cobijas – ¿ya le diste los polvos?.... ¿Sakuna porque no han preparado los polvos? – Kara se había levantado para ponerse una cobija sobre los hombros
–halona (nombre que habían elegido los Shawnee para Kara que significa afortunada) ella no puede tomar los polvos–
–no, ¿porque no? – pregunto furiosa
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Supercorp del viejo oeste "Esmeralda salvaje"
ActionLena luthor hija de terratenientes irlandeses, destinada a vivir confinada en una jaula de oro, prometida en matrimonio a sus 18 años de edad, escapa a america con su tutor y buen amigo James Olsen para conocer lugares de los cuales estuvo negada d...