Capítulo 3 Bienvenidos al nuevo mundo

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Lena confiaba mucho en su amigo James, habría dejado que apostara su propia alma con el mismísimo diablo si fuera el caso porque se sintia completamente segura con él, pero había cosas que James jamás podría protegerla, la bella esmeralda era tan codiciada en el barco que habría levantado más que suspiros en altamar pero Olsen siempre estuvo ahí para dejar en su lugar a los descarados tripulantes que veían a Lena como una hermosa distracción.

Llegaron al puerto de Nueva York 46 días después, se desviaron debido a los enfrentamientos ya que el capitán no quiso poner en peligro a la tripulación.

Cuando ambos saltaron del barco el olor a hollín y a salinidad inundo los poros de la nariz, pronto tomaron sus pertenencias para buscar una estancia para la noche ya que en la proximidad tendrían que partir a su destino

–Mañana tenemos que partir hacia Pensilvania después hacemos parada en Virginia y luego bajar hasta Tennessee pasaremos también por Mississippi y de ahí hasta Luisiana– dijo el moreno con un mapa en la mano sentado y observando a Lena con un mazo de cartas es la mano

- ¿es la ruta más corta que encontraste? - dijo Lena barajándolas y burlandose de él

–Sí, hay una por barco pero con la guerra es casi imposible– dijo el moreno y para animarla sugirió que jugaran una partida de póker –se supone que mañana mismo nos recogerá la carreta viajaremos con otras dos personas ellos van a Kentucky– menciono tomando del mazo de cartas

–James– llamo su atención sin quererlo alarmar– tengo hambre– dijo ella tomando dos cartas del mazo

–Se me había olvidado que ya han pasado horas de nuestra última comida, perdóname por mis malos modales, si ganas comeremos lo que se te antoje–

–Hecho –mostro una flor imperial– tú lo dijiste, dijiste que lo que yo quisiera -

–Ow - dijo el enseñando sus pares - iré enseguida a traer algo de pan y de carne fría – se puso la chaqueta listo para salir– para que no te aburras puedes leer un poco empaque algunos de los libros que el señor Benjamín me regalo–

–Bien con eso me basta.... Oh James ¿puedo echar un vistazo a la calle? -

–De eso nada, no deseo exponerte a los militares oa los marinos de allá afuera, perdona por tenerte en esas condiciones pero no podemos atrevernos siquiera–

Obediente Lena se quedó a leer un poco en lo que James iba por algo para la comida, abrió la maleta que contenía los libros del moreno y observo que tenía también algunas cartas que provenían del estado de Luisiana Lena leyó la inscripción de la dirección de donde eran remitidas, no quiso entrometerse en su vida personal solo leyó el nombre y la dirección del remitente.

Kelly Olsen

campo de  plantación Spheer

Baton Rouge Luisiana

–Tal vez sea su esposa– supuso. Lena siempre fue muy buena memoria creyó buena opción memorizar la dirección.

James regreso cargando consigo dos hogazas de pan y leche fresca además de jamón entero el cual partieron para que cada quien tomara una porción, no guardaron nada para más tarde, Lena se durmió en la cama mientras Olsen le leía tiernamente un cuento sentado sobre una silla mecedora cual padre de familia.

Temprano por la mañana avanzaron a la calle en la que les había indicado al cochero tenían que ir a esperarlo, pacientes esperaron al retrasado conductor que casi borracho metía el equipaje al carruaje, cuatro caballos mestizos jalaban de el con coraje mientras ellos disponían de leer algunos libros en su trayecto, las otras dos personas veían con severidad a Olsen pensando que no era adecuado que una dama viajase con un solo esclavo y menos una dama de la belleza de la que Lena poseía.

–No debería llamarla de esa forma señor– dijo airado el caballero de pelo blanco que miraba a la pareja discutir una idea de un libro de poesía

–Disculpe– espeto el moreno – ¿usted quien es para indicármelo?–

–soy el señor Alfred Crane Pennyworth y mi compañero aquí es el señor Bruce Wayne y los dos convenimos en que no es apropiado que tuteé a la señorita de esa forma siendo que es su dueña y ama–

– ¿perdón? – dijo el moreno molesto queriéndose levantar de su asiento para caminar hasta el señor, lna lo detuvo – yo no soy un esclavo y ella no es mi dueña–

–es cierto señor, el señor Olsen es un caballero respetado del estado de Luisiana, es poseedor de un rancho y también es mi protector y maestro– dijo la azabache defendiéndolo

– ¿Y ustedes son?– pregunto Wayne tomando su bastón

–soy Lena Luthor de Cork Irlanda y él es el señor James Olsen– ambos caballeros asintieron –ahora les ruego que dejen de ser prejuiciosos y nos dejen leer en paz–

El pelinegro se le dejo ver una sonrisa maliciosa –perdonen a mi compañero, les ruego que retomen su lectura no queríamos ser entrometidos y puesto que vamos a pasar un rato aquí deberíamos de comportarnos como los tres caballeros que somos y una dama– dijo esto último viendo a Lena con una ceja levantada

El señor Wayne era una persona intimidante, sus ojos penetrantes irradiaban seguridad y galantería, traía un traje frac negro el cual jalo a un lado para que ambos vieran el arma que llevaba a los costados un revolver colt plateado traía consigo un sombrero de copa y un muy bonito y lujoso bastón con mango de algo que parecía como marfil

–nosotros vamos a Kentucky ¿y ustedes? –pregunto Alfred

–vamos hasta Luisiana– dijo el moreno

–Sería bueno llevarnos bien– dijo bruce y todos asintieron sin decir más.

Supercorp del viejo oeste "Esmeralda salvaje"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora