Capítulo 35 Flechazo de amor

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Lo primero que hicieron Llegando al pueblo fue satisfacer sus necesidades alcohólicas llegaron al primer saloon que vieron, pidieron cartas y una botella para ver si alguien acercaba a pedirle un juego y saber algo cerca del tal Kal-el, así esperaron hasta que cayó la primer víctima, un tahúr de Pensilvania que había llegado a tierras más calmadas debido a que la guerra había destruido su casa

–Bueno buen hombre, págueme– ordeno el caballero de sombrero chistoso arrastrando las palabras por la tremenda borrachera

–Aquí está su dinero– dijo Alex observando al Shawnee que se encogía de hombros mostrándole su saquito del dinero vacío– ya nos vamos – dijo al moreno que la seguía hasta la puerta de salida.

–Esto no completa lo que me debe, usted me tiene que pagar– exclamó enojado arrojando unas cuantas fichas a la mesa

–sucede que mi amigo aquí no tiene el dinero que pedí que trajera consigo y no tengo con que pagarle – dijo Alex apenada – vine al pueblo en busca de alguien si e espera a que lo encuentre tal vez le pague–

Esto no convenció para nada al señor– tú tienes caballo.... Me lo das ahora mismo– exigió el hombre pasado de copas

–está bien está bien, le muestro cual es el caballo, pero no se vaya del pueblo por si tengo con que pagarle, querré recuperar mi caballo – dijo Alex saliendo del establecimiento con el Shawnee y el borracho a cuestas, sería fácil aprovecharse del señor pero Alex era una mujer de palabra y lo buscaría en cuanto tuviera como pagarle –es este – dijo señalando al cuarto de milla negro con un lucero y albos blancos– cuídelo mucho mientras lo tenga no quiera saber que algo malo le paso o le prometo que en vez de dinero lo que obtenga será un hoyo en el cráneo– amenazo

–es una preciosura, claro que lo voy a cuidar– dijo tomándole las riendas

–espere– dijo arrebatándole las riendas al hombre – deje me despido de él – Alex lo abrazo del cuello mientras le susurraba cosas que solo ellos podían escuchar, a unos cuantos metros se encontraba una dama morena desatando una carreta, mientras unos tipos mal encarados la asechaban, dos de ellos caminaron hasta ella para tomarla por sorpresa, la estaba amenazando y Alex quiso desenfundar su arma pero la dama tiro un golpe y noqueo a uno de ellos, la pelirroja se sorprendió

– ¿Ya me lo vas a entregar?– pidió el hombre a la pelirroja– ¿Qué tanto ves? – miro hacia donde Alex había perdido la atención

–Déjenme en paz – grito la morena, ignorando que tenía público – lárguense de aquí si no quieren que los parta en dos de un plomazo– gruño la morena tomando una escopeta de adentro de su carrosa

–no vas a hacer nada porque me debes tu vida Samantha, págame lo que me debes y te dejarte ir con tu hija si no, me la llevare conmigo entiendes– dijo el hombre a la morena, aquel sujeto parecía no haber molestado que la alta mujer haya tomado su arma, ni siquiera se inmuto, le gritaba casi tan fuerte como para que Alex pudiera escuchar toda la charla–

–suéltame – pidió la morena en cuanto el hombre la tomo pegándosela a su cuerpo – ya te pague todo lo que les debía, me quede sin un centavo Harris y juro por dios que busque hasta por debajo de las piedras y vendí la granja todo para pagarles a ustedes, ahora déjame ir, mi hija necesita con urgencia un médico, te lo suplico– pidió la morena con lágrimas en los ojos

Alex no desprendía su atención, el Shawnee también estaba en posición de ataque y el señor que los acompañaba solo los miraba con tal de enterarse del chisme, no aguanto más y la pelirroja camino hasta el hombre que tomaba por la fuerza a la pobre mujer– suéltala te dijo– pidió mientras desenfundaba su colt llamando la atención de ambos

–Aléjate de aquí forastera– escupió el hombre

–déjala es mi última advertencia– dijo esto espero solo tres segundos antes de abalanzarse a golpes con aquel hombre, otros dos hombres se paraban de sus asientos para caminar hasta ellas y meterse en la pelea, mientras la morena se metía a los golpes para separarlos y ayudarle a la pelirroja, el Shawnee también se unió al bolón de gente en la polvareda mientras llovían puñetazos y patadas

El hombre que estaba desmayado se comenzó a despertar debido al ruido provocado por los integrantes del tumulto, se paró y camino hasta la carreta para subirse a ella e huir de ahí – se llevan mi carreta– señalo la morena mientras veía como se alejaba aquel hombre con las pertenencias y su hija acuestas

–Déjalo– dijo Alex noqueado al último hombre – tendrás otras– comento Alex restándole importancia a la carreta robada, la morena quiso tomar el caballo de la pelirroja con desesperación, Alex la paro para que no se hiriera n el intento

– TIENE A MI HIJA, SE LLEVO A MI HIJA EN LA CARRETA– le grito y Alex de un brinco subió hasta su equino para perseguir a aquel hombre que se había llevado las pertenencias de la mujer

El cuarto de milla no tardó mucho en alcanzar la carreta, Alex salto hacia ya para noquear al tipo de un golpe y detener el vehículo para llevarlo de regreso con su dueña

–Aquí tiene madame – dijo la pelirroja con galantería

–Oh dios– exclamo la morena yendo hacia adentro de la carreta – mi hija está muy enferma y necesito llevarla con un medico

–Hay uno cerca de aquella colina, él está todo el tiempo ahí– sugirió el hombre que los acompañaba ya se le había pasado la borrachera –solo que es un poco caro–

–Ya no tengo dinero – dijo la morena derrotada – es mejor que me vaya en búsqueda de alguien que la pueda atender

–sucede madame que mis padres son médicos y sé un poco de medicina, si usted me dejara ver a su hija podría recomendar algo –

La morena asintió y Alex se adentró a la carreta, lo primero que vio fue a una niña demasiado atontada de no más de diez años acostada con un trapo en la cabeza, se colocó en cuclillas para observar su respiración y rito cardiaco, puso su mano en la frente para ver si tenía temperatura alta y noto que estaba muy débil

–Abay tráeme sauce, quinina, tomillo y menta– pidió al moreno que se internó de inmediato en el bosque –¿ tiene donde quedarse? – pregunto a la mujer y esta negó – bien tendremos que vender el caballo de mi amigo para pagar el hospedaje mientras conseguimos dinero–

–Yo no tengo con que pagarle solo con mi vida– Alex miro profundamente a los ojos de aquella mujer sintiéndose que se perdía en el ámbar de su mirada.

–Esto detendrá la fiebre pero tenemos que regresar a fort Smith para aplicarle unos sueros– pidió Alex – aquí no tengo lo necesario.... Solo que vine a buscar a cierta persona y regresaremos enseguida–

– ¿puedo preguntar a quien busca? – Pregunto Samantha – yo también vine en búsqueda de mis tíos pero ellos ya no viven y ya no tengo a donde ir perdí mi casa y a mi marido l año pasado.... Lo único que me queda es mi hija–

–busco a Kal-el–

–creo que se de quien habla–

–Bueno.... Como al parecer usted e va a conducir hasta el señor Kal él y yo le cuidare a su hija hasta llegar a fort Smith creo que debería de presentare.... Soy Alex Danvers– estiro su mano

–Soy Samantha Arias, es un placer – 





¿Qué les pareció el maratón?

¿Qué tal los nuevos personajes, ya tienen una idea de por donde va el asunto?

me despido pero actualizare pronto gracias por sus estrellitas y comentarios

saludos

Supercorp del viejo oeste "Esmeralda salvaje"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora