Capítulo 22 Rayos y centellas

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Los días transcurrieron ordinariamente con Kara recuperándose y ella atendiendo las tareas de la pequeña granja, Abay se quedó un poco de más tiempo para ayudar a la pareja, Lena en su compañía iban al pueblo para ofrecer los productor que Kara vendía con el tendero.

Kara se había cansado de estar postrada en la cama, a veces estaba de malas sintiéndose un mueble más en la casa, ahora comprendia a su esposa, quería regresar a ser útil, quería mover su brazos de nuevo, prácticamente en el mes que había pasado no hubieron más incidentes en la granja, y los cazadores habian regresado en barco hasta Irlanda con un mensaje de Lena, le pidio a su madre que se olvidara de ella, kara tenía esa necesidad de proteger a Lena sobre todas las cosas, saco la colt que le había regalado Tayen y practico sus movimientos y tiros con un solo brazo, era un arma muy potente pero se alegró cuando se dio cuenta que no había perdido la puntería.

Cuando Lena regreso no encontró a su ojiazul tirando a botellas de vidrio desde una distancia de 50 metros.

–Tal vez deberías de enseñarme a disparar así– sugirió Lena llegando desde atrás, llevaba unos minutos mirando a su ojiazul tirando a las botellas

–oh, cariño no dejaría si quiera que te acercaras a un arma–

–aja – contesto ofendida y fue al granero a sacar del armero una escopeta wínchester, Kara se quedó boquiabierta cuando miro a su esposa partir en pedacitos las botellas de ron vacías desde la distancia de donde se encontraba

– DIOS LENA– exclamo la rubia– ¿dónde demonios aprendiste a disparar así cariño?–

–Mi padre me enseño, Lex concluyo con las lecciones–

– ¿Entonces para que me pediste que te enseñara yo?–

–Pues porque jamás he usado otra cosa que no sea una escopeta, a veces me gustaría portar un arma que sea fácil de esconder–

–Ven pequeña cazadora– dijo la rubia para posar tiernamente un beso en los labios de su mujer, poniendo las manos en su cintura y acercándose más para tenerla a su merced – oh ¿a quién tenemos aquí? – Dijo Kara en respuesta al movimiento del vientre de cinco meses de su esposa, acariciando sobre su ombligo la protuberancia de su bebé–

–creo que se aloco con el ruido de la escopeta– dijo la azabache

Elú, creo que es hora de irme, si no me largo ahorita es probable que me alcance la tormenta y no me deje continuar– dijo Abay a Lena señalando las nubes grises que se acumulaban sobre su cabeza, ella apenas entendió – halona me dio gusto saber que te encuentras mejor, después veremos qué tal va esa mano y nos podemos echar una partidita de póker – dijo al momento que se subía de un brinco a su caballo pinto para irse a la aldea–

–Ve con cuidado– contesto la azabache – y muchas gracias por todo– Abay solo movió sus manos en forma de despedida para arrancar carrera hacia la montaña– ¿Qué pasa amor? – pregunto a Kara que estaba más pálida que Lena

–no me había fijado que el clima cambio de repente– Lena capto de inmediato, no se había acordado del pavor que le tenía la ojiazul a las tormentas eléctricas – será mejor que encerremos a las gallinas y cabras y nos metamos pronto a casa.

Pasaron dos horas antes de que la llovizna arreciara y comenzaran a caer relámpagos más y más cerca a la casa, Lena había encendido las lámparas de petróleo he ido por la olla de café que había puesto en el fogón cuando llamo a su esposa no hubo respuesta alguna y decidió irla a buscar a la recamara, Kara estaba hecha bolita en el suelo tapándose los oídos con los ojos cerrados y sollozando.

–mi vida ¿Qué tienes? – Lena la sacudió para que por lo menos abriera los ojos como respuesta Kara abrazo de inmediato a Lena – estoy aquí cariño, no pasara nada–

–Solo deseo que pase rápido– dijo la rubia a su oído y Lena noto que temblaba mucho

–Estas temblando– Lena la acerco más a su pecho – amor deja de llorar, no va a pasar nada– Kara negó repetidas veces aun sollozando

–no hay nada.... No hay nada que me saque ese recuerdo de la cabeza– apretó fuertemente los ojos al momento que se escuchaba un relámpago tronar –Lena.... Lena.... – Kara sacudía la cabeza desesperada tapándose los oídos

Debía de sacarla de ese estado

Estaba a punto de desmayarse y Lena hizo lo único que se le ocurrió en el momento para distraerla.

Se levantó despacio sin alejarse de kara se quitó las botas, desabotono su blusa de mangas largas y la tiro al piso mostrando su abultado vientre, desato los lazos de la falda larga poco a poco y dejo caer tras ella sus enaguas bajo sus pies, Kara con las manos en los oídos fue alzando la vista hacia su esposa que la miraba desde arriba, la azabache tiro de un tirante de su fondo amplio, para luego tirar sobre el otro brazo el otro tirante, dejo que resbalara sobre sus blancos brazos mostrando sus perfectos pechos.

Kara abrió la boca en reflejo, sin quitar sus manos de sus oídos, Lena desabotono su pololo (calzón largo) y lo fue bajando con un movimiento muy delicado y seductor, se dejó caer en cuclillas enfrente a Kara completamente desnuda, la rubia la miraba con la boca abierta tan seca como el desierto, Lena acerco una mano hasta su barbilla para cerrar su boca y besar sus labios suavemente cosa que Kara no pudo resistirse, poco a poco fue bajando sus manos hasta conducirlas a sus pechos, Kara gruño bajo y Lena sonrió.

Por lo menos ya tenía toda su atención.

Supercorp del viejo oeste "Esmeralda salvaje"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora