Ingreso al edificio, subo por el ascensor como todos los días, esta vez acompañado por varias personas. Entre ellas sacan conclusiones de quién será el que maneje la empresa. Deslizan, entre tantas teorías alocadas, una ellas que lo enviaron aquí por haber golpeado a un empleado cuando le trajo el café frío. Yo dejo salir una pequeña sonrisa, que luego escondo al darme cuenta que una mujer me mira con desprecio. Desciendo, camino lento dejando que ellos se adelanten y luego ingreso con calma. Todos estan reunidos en el hall central, seremos veinte personas, donde con dificultad puedo ver a Cristina que se come las uñas. Su forma de vestir hoy es elegante, seguro quiere impresionar al nuevo jefe, no sabe que su inteligencia es su mayor arma.
—Mi nombre es Dan Shepard — comienza a decir para acallar el murmullo molesto luego de su ingreso. Es un hombre de estatura baja, calvo, de caminar tranquilo. Su piel bronceada y su contextura robusta dan indicios de ser una persona que adora hacer actividad física al aire libre. Esta vestido con un traje, pantalones y mocasines blancos, en su muñeca izquierda tiene un reloj dorado. Mueve las palmas de sus manos hacía abajo, como aún hay gente murmurando, se sube a un silla, mira molesto — ¡Silencio por favor! —se mira el reloj, la gente se calla— He venido aquí por lo que ya saben, por la desdicha que envolvió a estas oficinas. Pero las tragedias a veces nos abren puertas. Y es ahí donde los necesito, quiero que trabajen en equipo para llegar lo más lejos posible, quiero que borren de sus mentes los malos recuerdos y se enfoquen en dar lo máximo para transformar las muertes de sus compañeros en trabajo duro. Los precisos enfocados, tenaces y, sobre todo, ágiles. Quiero más que empleados, necesito compañeros que caminen a mi lado.
Me agotan esos discursos vacíos en donde un jefe quiere imponer ideas, miedo y demás para tenernos como esclavos, desde tiempos inmemorables los esclavos son necesarios. Aunque se abolió la esclavitud en casi todo el mundo, el capitalismo genera otro tipo de esclavos, los mentales y los del miedo. Veo a mis compañeros con tanta ansiedad por ser aceptados por Dan Shepard que siento pena por sus pobres mentes débiles y necesitadas de aprobación. Yo lo único que deseo es que se me deje hacer mi trabajo tranquilo.
—Muchas cosas van a cambiar desde el día de hoy —continúa— Vamos a ingresar una hora antes y el horario de salida va a ser una hora después. Quiero que me informen todas las tareas que quedaron pendientes y siempre que tengan una duda me pregunten antes de tomar una decisión. Se habló este último tiempo de despidos por falta de presupuesto, ese tema lo llevaba Jefferson, pero por el momento solo va a haber períodos de prueba... Deseo hablar— una mujer le acerca una hoja doblada a la mitad, le sonríe, seguro vino con él. Es alta, corpulenta y tiene un rodete en medio de su cabeza. Se posiciona a su lado con sus brazos detrás. Dan observa el papel y levanta la cabeza —con Ethan O'Neill, ¿esta aquí? —Levanto mi mano—, lo espero en mi oficina.
Cuando ingreso, luego de dejar pasar un par de minutos para que Shepard se acomode en su nuevo búnker, al mejor estilo mafioso, un aire de recuerdos me golpea el rostro, estuve ahí no hace mucho tiempo apreciando el cuerpo de Jefferson casi decapitado y no puedo borrar de mis retinas sus ojos blancos y faltos de vida. No puedo olvidarme y no creo que lo logre, todos los olores juntos: a muerte, a hierro, a desesperación. Fue tan macabro el descubrimiento, por alguna razón siempre pensé que estaría preparado para ver gente sin vida, pero no fue así, algunas noches tengo pesadillas pero de las peores, donde yo soy el que asesina a Jefferson. Soy yo el que saca un cuchillo de guerra, se posiciona en frente y de a poco le abro el cuello, su sangre brota como un río furioso, me empapa íntegro y me río a carcajadas mientras lo miro sofocarse hasta dejar de respirar.
—Siéntese —con un movimiento de manos me invita a hacerlo— Lo he citado por varias razones. Sé que hace un par de semanas fue partícipe de un accidente por salvar la vida de una mujer en las afueras de este edificio y que esa circunstancia le trajo algunas complicaciones físicas. Quiero que sepa que tiene todo mi apoyo y mi ayuda para lo que necesite. Lo segundo, sé que usted encontró los cuerpos de sus compañeros y según veo en esta ficha —es un cuaderno de color marrón claro donde tienen toda la información personal— está llevando a cabo sesiones psicológicas y me gustaría que se dirija a recursos humanos para que la empresa se haga cargo de los costos de la terapia.
—Le agradezco sus palabras —digo con una leve sonrisa.
Estoy envuelto en llamas, odio que se sepan tantas intimidades mías. No quiero la limosna de nadie. Lo mataría si pudiera. Y ahí estaba el señor Frykt buscando salir, pero no lo voy a dejar.
—Muchas gracias por brindarme su ayuda, se me estaba haciendo muy difícil poder pagar la terapia. Y señor —carraspeo— sobre lo primero, no se preocupe, me estoy recuperando favorablemente. Aparte, aquí no se hace trabajo pesado, el dolor ya forma parte de mi rutina.
—Comprendo —se acomoda en su silla como buscando fuerzas para decir algo importante—. Quiero que mejores tu rendimiento, no estás dando un cien por ciento, Jefferson dejó buenas referencias de ti pero también dejó anotado que estabas fallando en este último tiempo.
De la nada este humano se hace dueño de conocerme y querer ser mi psicólogo... ¿Mejorar mi rendimiento? Jefferson dijo puras mentiras, en estos momentos se me complica manejar a Frykt, quiere salir, quiere sangre... Me imagino apuñalando a Dan Shepard entre los ojos con una navaja, luego cortándole todo el rostro desde la frente hasta el labio, para finalizar cosiéndole la boca, así deja de decir mentiras. Necesito irme a casa y relajarme... Necesito de un cigarrillo...
—Entiendo señor, pido disculpas por mi falta de profesionalismo y por supuesto que voy a mejorar, tiene mi palabra. —Le estrecho la mano buscando terminar la conversación, él entiende lo mismo y luego de algunas tonterías que dice, me devuelve el saludo.
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Oscuros pensamientos: El misterioso señor Frykt
Mistero / ThrillerEthan O'Neill, un hombre apacible y de bajo perfil, se enfrenta a un asesino que azota su ciudad: Coverwall. Su personalidad asesina inmanejable y el juego psicológico al cual se enfrenta parece ser la receta perfecta para su mente desequilibrada. ¿...