Capítulo N°9 : La razón y la locura son mis aliadas (II)

63 10 132
                                    

Cometiste un error señor perfecto, es minúsculo y casi lo paso por alto. Sabe que perdí a mi familia es alguien más cercano de lo que pensé, ahora mi lista se reduce a cinco personas, antes eran diez. Agarro una hoja de papel y escribo sus nombres teniendo la esperanza de pronto reducirla a solo una.

Esta sería la circunstancia perfecta para planear todo más profundo, con sutileza y sigilo, a la mínima sospecha, él se escapará y buscará represalias. Pero llego tarde a mi cita con Gerbero... Solo espero que sea una sesión tranquila necesito energías para terminar con todo. Agarro mi abrigo y salgo apresurado.

Llego puntual, me mira y me hace pasar. Lo noto decaído, su mirada no es la misma. Hoy se muestra más humano; al parecer los psicólogos también tienen problemas, cosas que solucionar, duelos que cerrar.

¿Cómo te encuentras hoy Ethan? —Si le dieran dinero por cada vez que me hace esa pregunta viviría en una isla privada.

—Bien... Mi familia me abandonó, no obstante estoy muy bien —me acomodo en el asiento.

Hubo un silencio corto, la tensión puede palparse en el aire...

—¿Me puedes contar más sobre por qué te abandonó tu familia?

—Por algo simple, me enojé con mi vecino, le di un par de golpes en su rostro y a Jess no le gustó en lo que me convertí.

—¿Y en qué te convertiste?

—Solo defendí a mi hija —me cruzo de brazos.

—No me respondiste... ¿En qué te convertiste?

—En nada... en especial...

—En pocas palabras, te convertiste en algo, sin embargo para ti no es especial —se sienta más erguido.

—No me convertí en nada, fue una situación que me superó... Antes, tal vez lo hubiera manejado con la palabra pero, me brotó la violencia... —me acomodo el anillo.

—¿Y qué situación verdaderamente te lleva a estar tan furioso?

—Solo... Creo que es mi novela...

—¿Tu novela? —sus ojos se abren, no sé si es sorpresa o decepción.

—Sí, me centré mucho en el personaje principal y no me di cuenta que tomó parte de mí... A veces, sin darme cuenta, pienso que soy él

—¿O será que tienes miedo de convertirte en alguien que contigo fue violento?, ¿Y lo proyectas con tu personaje?

—Quizás... —bajo la mirada.

—Y esa persona ¿quién sería? —no me deja ni respirar tranquilo.

—Puede ser mi padre... Él me encerraba en el sótano cuando me portaba mal... Me llegó a quemar con cigarrillos —no levanto la mirada.

—¿Y no crees que es un tema importante para tratar aquí?

—Sí, no sé... nunca le di importancia...

—Sí se la diste, solo que no lo ves... Escribes sobre violencia, sobre muerte... Y tuviste un arranque de ira.

—El cual está justificado —digo rápidamente.

—Digamos que el fin justifica los medios, según tu criterio.

—Sí, en ciertos casos, sí —ahora puedo mirarlo sin vergüenza —. Yo jamás voy a permitir que una persona trate de estúpida a mi hija, admito que me enceguecí, no obstante no siento culpa —muestro una leve sonrisa la cual utilizo cuando no quiero que se note que estoy angustiado.

—¿Y no podías solamente ignorar esa situación?

—¡No, Jamás! —digo furioso—, que mi padre ejerciera violencia sobre mí y yo no me sintiera protegido, no significa que no deba defender a Emma.

—¿Y consideras que lo que hiciste fue defenderla?

—Absolutamente. —Ninguno de los dos demuestra alguna emoción.

—¿No te estarás convirtiendo en tu padre? —adelanta su cuerpo en la silla.

—No... En nadie me convertí, solo hice lo que se debía hacer...

—¿Seguro? —carraspea.

—Muy seguro...

—¿Y qué sentiste cuando se fue tu familia?, ¿cuando te abandonó por ser violento?

Me clavó un puñal en lo más profundo de mi corazón sin embargo sé manejar estas situaciones, esconder mis emociones en frente de los demás.

—Sentí abandono pero, no me dejaron por violento, solo me dieron espacio para que pueda acomodar mi vida y mis energías.

—¿No te consideras violento entonces? ¿No consideras que te dejaron por esa circunstancia?

—No me considero violento ¿sabes por qué? —no dejo que responda—. Cuando me convertí en padre, las primeras palabras que le dije a Emma fueron que siempre la iba a proteger y así lo hice. Si para los ojos de otras personas actúe mal, es otro tema...

—¿Y tú piensas que ella estaba en peligro con este hombre?

—Sí, él se aproximó con una postura violenta y me increpó, insultó a mi hija simplemente por no entender que ella es un ser inocente...

—¿No habrás proyectado con él lo que querrías haber realizado con tu padre? —se acomoda los lentes, estudiándome.

—No... Solo vi peligro y reaccioné ¿Vamos a seguir con este tema?

—Sí, excepto que quieras dejar la sesión aquí mismo...

—Creo que sería lo mejor —me levanto y me retiro sin saludar.

Oscuros pensamientos: El misterioso señor FryktDonde viven las historias. Descúbrelo ahora