Capítulo N°14 : Mi gran enemigo es el puerto de las esperanzas perdidas (II)

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Me apresuro en salir hacia la casa de Oliver Taylor, un viejo amigo de la secundaria, nos separamos por una pelea estúpida de adolescentes y nunca más nos volvimos a hablar. Lo peor de todo es que seguramente los dos nos olvidamos de la razón de nuestra disputa, por lo menos yo lo hice. Intente por mucho tiempo recordar no lo logré, mi mente lo bloqueó. En un momento intente ir a un especialista en hipnosis para desbloquear ciertos recuerdos que necesito para cerrar las peores etapas de mi vida, sin embargo en el momento de llamar a la puerta, me arrepentí, di media vuelta y me apure en escapar. Tal vez, no fue el momento indicado para enfrentar mis problemas, sin embargo ahora han vuelto con más fuerza.

La casa de Oliver no se encuentra lejana a la mía, solo a doscientos metros, espero que siga viviendo con sus padres, sino será un gran problema. Me dijeron en una reunión de ex compañeros que tenía una empresa de computadoras y que era muy famoso en la red. Nunca dudé que él llegara tan lejos, tenía una pasión por la electrónica y la tecnología. Siempre hablaba de lo que crearía y como ayudaría a las personas para que su vida fuera más sencilla. Una vez con varias cosas en desuso que sus vecinos desecharon, creó un sistema de alarmas para su hogar, fue fantástico verlo y saber que sobresalía del resto.

Llego al destino y subo las escaleras. Su casa es bellísima, siempre el césped corto al ras, colmado de rosas rojas a los costados cubriendo todo el cerco de madera, su perfume dulce te invade en el momento que ingresas. Todo combina con el color del hogar, un rojo pálido con el tejado blanco. Observo con asombro que aún sigue en pie el columpio, colgado de un gran árbol, viejo y fuerte. Era usado por todos los niños de las cercanías, yo sabía hamacarme con todas mis fuerza imaginando que podría dar un gran giró alrededor de la rama, nunca lo logré sin embargo fui feliz.

Llamo a la puerta, espero que atienda. No recibo respuesta, los nervios me consumen, no sé cómo saludarlo. No puedo decirle «Hola Oliver, necesito tu ayuda, es urgente...», es hipócrita hasta en mis pensamientos. Desciendo los escalones y miro desde lejos las ventanas por si observo algún movimiento pero las cortinas no me lo permiten. Subo de nuevo, en un segundo intento y llamo unas tres veces más, no obtengo respuesta. No me queda otra opción que esperar que regrese de donde sea que haya ido.

Decido descansar en un escalón y me enciendo un cigarrillo. Estoy preocupado, aunque no haya tenido tiempo para pensar, porque a días de escribirle, Jess aún no me ha contestado, pensé que podía no tener batería o crédito. Sin embargo, ahora, asumo que no quiere saber más nada de mí. Y, aunque la gran mayoría del día el señor Frykt ocupa mis energías, siempre tengo un tiempo para pensar en mi familia. Disimulo lo que verdaderamente me sucede con Gerbero, o con quien sea, no quiero que me moleste o me digan que debo hacer. Solo siento que mi mundo está acabado, que nada tiene solución y solo estoy alagando mi agonía.

El ruido del motor de un automóvil que ingresa a la casa me devuelve a la realidad, estaciona cerca de la puerta de la cochera, y del lado del conductor desciende Oliver. Esta vestido de negro, con lentes oscuros y con un corte de cabello diferente a como lo recuerdo. Tiene otro aspecto al de la última vez que lo vi. Su semblante es otro, hasta su caminar modificó. En su rostro veo tristeza y desolación. Él aún no me vio, del baúl extrae un pequeño bolso de color marrón.

Me coloco de pie, me acerco y le digo:

—Oliver, ¿Cómo te encuentras?, luego de tanto tiempo —estiro mi mano.

—¡Ethan! —Se quita los lentes y me mira con sorpresa—, he tenido días mejores —suspira— ¿Y tú? —no me devuelve el saludo, y escondo mi mano.

—Bien, vine a solucionar nuestros problemas pasados... —Estoy nervioso, no es para menos, no creo que él busque reconciliarse. Necesito de su ayuda buscaré la forma de convencerlo.

Oscuros pensamientos: El misterioso señor FryktDonde viven las historias. Descúbrelo ahora