SIEMPRE FUISTE TU

SIN SALIDA

¡Bien me casaré!

Wei Wuxian sabía que tenía que ayudar a su familia, a ellos les debía toda su vida. Después de la traición que sufrieron por parte de la familia Yu, al llevarse casi a todos sus clientes a la nueva empresa que formaron a base del dinero ellos, dejándolos casi en la ruina. Wei Wuxian se miraba al espejo, pisoteo el hanfu rojo que tiro al piso, y pensó para sí mismo.

— ¿Por qué? ¿Por qué la gente tiene que ser así, codiciosos, llenos de ambición por el dinero y el poder?

Suspiro solo le quedaba encargarse de todo el desastre que la familia de su madre había hecho, sin siquiera pensar en el bienestar de ella.

— ¡Sigue! Si todavía estás furioso, los Lan mandaron 3 tipos de vestimenta más

Le dijo Jiang Cheng viéndolo desde la puerta cruzado de brazos. Wei Wuxian sintió desfallecer en el corazón, se quedó quieto y respiro hondo.

— Necesitamos el dinero de la dote para la empresa y la fusión que al unirnos en matrimonio conlleva, un bienestar común para ambas familias. No hay más que hacer así, evitaremos la banca rota y la vergüenza que le traería eso a nuestros padres

Dijo esto mientras se tiraba boca abajo en la cama.

Con una sonrisa irónica, Jiang Cheng se acercó

— Sabes que madre no te lo pediría y padre no está de acuerdo, no supongamos que pasara cuando Yanli regrese de su viaje y se sorprenda al ver todo lo que vas a hacer.

Se sentó al lado Wei Wuxian en la cama dándole palmaditas en la espalda

— Sabes que no estás obligado hacerlo, casarte con el muro de hielo no es emocionante.

Wei Wuxian río a carcajadas con el rostro en medio de los almohadones de la cama.

Jiang Cheng recogió el hanfu del suelo y lo dejó en una silla, miró los otros que habían enviado, estaban colgados en el armario, encontró uno diferente a todos, tenía bordados dorados de lotos que era la flor representativa de los Jiang, terminando en mangas bordadas con apliques de nube que representaba a los Lan.

— Si ya decidiste todo y te vas a casar, al menos podrías ser el novio más hermoso que hayan visto, que todos te tengan envidia de tu belleza

Le aseguro Jiang Cheng con una media sonrisa.

Su hermano trataba de levantarle el ánimo y eso le agradaba, le calentaba su corazón dolido, sabía que él no estaba de acuerdo, pero no se iba a imponer, su hermano siempre respetaba y respaldaba sus decisiones, aunque no sean las mejores.

Con una mirada abatida miró el hanfu, era hermoso, si era sincero consigo mismo era el más bello que había visto, así que tomó aire y se recompuso su sonrisa y actitud para no preocupar a su hermano.

— De verdad Lan Wangji debe ser un inútil o está loco para querer casarse contigo, eres la persona más odiosa que conozco

Acotó Jiang Cheng riendo. Wei Wuxian puso cara a de ofendido. Acto seguido una lluvia de almohadazos cayó encima de él, empezando así una pelea muy divertida entre ellos, como era costumbre desde que eran niños, sus padres veían desde la puerta abrazados lo felices que eran sus hijos jugando, pero sentían un dolor en el corazón por la decisión que tomó su segundo hijo para salvar a la familia de la ruina. Con quien se iba a casar, Wei Wuxian, nada más y nada menos que con el segundo heredero de los Lan, era un hombre rico y poderoso, frío como el hielo, de mirada penetrante y distante con todos, aparte que su belleza era como el de un Dios griego pulido en jade, una muy mala broma para Wei Wuxian que no podía obviar su belleza.

Sus padres entraron a la habitación sonriendo al verlos así como cuando eran niños, los jóvenes ni se percataron de sus presencias hasta que oyeron un gritito ahogado de sorpresa del otro lado de la habitación, una almohada había caído en el rostro hermoso de su madre. A los dos se les apagó la risa enseguida, poniéndose serios y agachando la cabeza, esperando el grito de su madre, un golpe o un castigo talvez. Fue grande la sorpresa de los jóvenes al no escuchar nada, sus progenitores avanzaron a ellos con un semblante tierno y lleno de amor en sus ojos, con gran tristeza en el corazón los abrazaron y besaron sus cabezas.

— Son el mejor regalo que nos dio la vida

Dijo Jiang Femiang, nunca lo duden nada es más importante que ustedes tres

Madam Yu asintió.

— Bueno chicos a lo importante

Dijo Madam Yu, volviendo a su semblante normal de rectitud

— Me siento muy mal hijo por lo que estás por hacer, pero ya que no puedo hacerte cambiar de opinión, solo queda darte nuestra bendición y recordarte que en cualquier momento, si no estás a gusto o ese hombre no te trata bien, aquí siempre estaremos para brindarte cobijo y apoyo, olvídate de la empresa y las deudas, lo importante es tu felicidad

Sentenció Madam Yu, viendo directo a los ojos a sus 2 lotos como ella les decía. Wei Wuxian no pudo evitar llorar, su madre siempre era estricta y casi nunca demostraba amor a sus hijos, pero sus palabras siempre los reconfortaban y los hacía saber cuánto los amaba y cuidaba. Les dieron un último abrazo y besaron sus mejillas y se retiraron, se sentían muy cansados.

—¡Bien!

Dijo con convicción limpiando sus lágrimas

— En nombre del apellido Jiang, de ahora en adelante los ayudaré como ellos hicieron conmigo, trabajaré duro para recuperar lo de ellos

Sonrió de manera genuina.

— Mientras se case por su voluntad y no porque lo obligan, nadie podrá contradecirlo

comento Jiang Femiang a su esposa, ella solo suspira en signo de derrota por la decisión de su hijo, lo único que podían hacer era apoyarlo, salieron más triste de lo que entraron. Los chicos se tiraron a la cama cansados

— Mañana es el gran día ¿Qué se siente casarte con el amor de tu vida y que él ni siquiera lo sepa?

Wei Ying ladeo un poco la cara para que su hermano no vea sus lágrimas, dolía y mucho, su corazón se destroza a cada segundo que pasa, pero tenía que arriesgarse por el bien familiar.

— No lo sé

Dijo como un susurro.

Jiang Cheng no dijo nada más, coloco su brazo extendido, para que su hermano se acostará a en él y lo abrazo para que pueda dormir, mañana todo cambiaría y no sabía exactamente cuando podría volver a estar así, con esa complicidad de hermanos.