CAPÍTULO XII

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Mientras tanto en la zona norte del pueblo, Mara, la hija del oficial Keller se adentraba al oscuro bosque. En su mano llevaba un mapa de la zona el cual intentaba comprender. A su lado su mejor amigo se encontraba aterrorizado y con cada ruido que escuchaba sentía que se orinaba de miedo.

—Mara de verdad —suplicó el chico de ojos azules —. Me vas a matar de un infarto, además tu padre ya estuvo en la escena, no debe haber nada.

— ¡Ay Kevin por el amor de dios! —rodó los ojos —es solo un bosque —se detuvo unos instantes para mirar nuevamente el mapa —. Es por aquí —señaló una zona entre los árboles.

— ¡No! dicen que los asesinos siempre vuelven a la escena del crimen —en este punto Kevin ya quería salir corriendo —. Lo vi en un documental en Investigation Discovery ¿Qué tal si vuelve mientras estamos ahí y nos mata? —preguntó perseguido mirando a su alrededor.

—No seas tonto Kevin, deja de mirar televisión, son programas armados— Rodó los ojos.

El sonido del agua le hizo saber a Mara que ya habían llegado a ese arroyo de aguas cristalinas donde en verano los adolescentes suelen nadar. Hoy, a pesar de que apenas eran las tres de la tarde, había perdido ese color que lo caracterizaba. Tal y como había pasado con el mismísimo pueblo.

La chica rubia se acercó a la orilla del arroyo sintiendo una fuerte opresión en el pecho. Le dio un vistazo a su alrededor y no pudo contener las lágrimas cuando se imaginó a Trevor tirado como si fuera basura.

Y otra vez cayó en la realidad, Trevor, su Trevor había muerto.

Kevin quien se había apartado un poco para darle espacio a su amiga, se encontraba un poco abrumado. Los escalofríos no paraban de recorrerle la espalda, y fue cuando recordó las palabras de su abuela "Cuando te da escalofríos es por qué la muerte te pasó por detrás"

Sacudió la cabeza tratando de concentrarse y fue entonces cuando algo le llamó la atención.

— ¿Se te cayó eso? —preguntó Kevin señalando con su dedo a la orilla donde había una pulsera roja de hilo seco mancha con sangre.

—No, yo ni siquiera pasé por ahí —contestó un poco nerviosa, las ideas de Kevin llegaron al punto de asustarla, aunque no quería demostrarlo.

—Entonces el asesino volvió a la escena del crimen —afirmó Kevin casi seguro.

—Si, o mi padre y su grupo de come rosquillas son unos incompetentes—Tomó su kit de investigaciones forense, siempre tomaba uno cuando iba a la oficina de su padre. Agarro el empaquetado de evidencias y una pinza para tomar la pulsera sin contaminar las huellas digitales —. Te tenemos—Aseguró mirando la pulsera dentro de esa bolsa.

—Okey Nancy Drew —suspiró Kevin un poco temeroso —. Tenías razón.

Se alejaron un poco más de la escena, casi volviendo a la urbanización, pero algo los detuvo. En el suelo se podía ver una mancha de aceite y al parecer un auto la había pisado, esto dejó una huella. Era extraño ya que por esa zona los coches no llegaban a circular debido a la tierra que cubría cualquier cosa que se le pusiera en el camino.

—Tenemos que seguir esto —dijo la chica rubia señalando el camino que dejaron las marcas de neumáticos.

—No, puede que el asesino nos esté esperando —dijo Kevin temeroso

—Kev, ¿Por qué eres tan dramático? No puede estar ahí, no creo que sea tan idiota —afirmó la nueva Nancy Drew.

Siguieron las huellas hasta llegar a una cabaña, se veía vieja, casi a punto de derrumbarse con un aspecto desolador que le daban los largos pastizales a su alrededor.

Falling In Your LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora