Capitulo XLI

2 1 0
                                    

Kevin había salido de su casa sin siquiera pensar en las consecuencias, no tenía ni un centavo para sustentar sus gastos, ni siquiera había pensado dónde dormir y la casa de Mara no era una opción, el oficial no dejaría que se quedara más de un día.

Siguió vagando por las calles del pueblo sin un destino fijo, pensaba dormir en el parque esa noche hasta decidir qué hacer.

Su celular sonó y estaba aterrado de que fuera su padre furioso llamando para que vuelva, aunque sabía que después de la forma en la que se dirigió a aquel hombre, jamás lo aceptaría devuelta en su casa.

Miró su celular y vio un número que no tenía agendado así que decidió no contestar.

El celular siguió sonando y a pesar de que no conocía el número, la curiosidad pudo más. Deslizó su dedo para desbloquear la pantalla y contestar la llamada, colocó el móvil en su oreja y esperó a que la persona del otro lado hablara.

—Hola... —se escuchó del otro lado, era una voz que le resultaba familiar pero no era la voz de su padre. — ¿Kevin Cooper? —preguntó.

—Si ¿Quién habla? —Preguntó el rubio tratando de recordar esa voz.

—Vaya que te olvidas rápido. —Río. — soy el chico del otro día, Joaquín.

—Ah sí... —recordó el chico de ojos azules. —disculpa, ha sido un día complicado. —contestó tratando de justificar por qué lo había olvidado.

— ¿Es desubicado de mi parte invitarte a salir ahora? —preguntó el castaño con ánimos de salir.

—No, —contestó. ni siquiera tenía planeado donde iba a pasar la noche. — ¿Te parece encontrarnos en el parque del otro día? —preguntó Cooper ya que se encontraba en ese lugar.

—Está bien, en unos minutos estaré ahí. —contestó el chico al otro lado del celular.

Se dirigió al lugar donde se encontraron la vez anterior y espero al otro chico tranquilamente, aunque estaba un poco nervioso de volver a verlo, ese chico le parecía muy atractivo.

Hacía frío por lo que Kev tiritaba, maldecía el hecho de no haber sacado sus cosas de la casa antes de irse.

—Si mi abuela estuviera aquí no estaría pasando nada de frío, estaría comiendo una rica sopa de tomate. —rezongó en un tono considerable, no quería que las personas que pasarán ahí creyeran que era un loco.

Escuchó una moto acercarse al lugar, ya quedaban pocos vehículos pasando por la zona y reconoció rápidamente al joven que llegaba en su moto con el cabello desarreglado por el viento.

Se acercó al lugar donde Joaquín estaba estacionando la moto y le saludo.

—Hola. —dijo cálidamente. el castaño se bajó de la motocicleta y saludó al joven.

Se dirigieron a sentarse sobre el césped para platicar, justamente en donde la caída del rubio tuvo lugar. La gente comenzaba a irse y ellos eran los únicos que continuaban allí, el frío comenzaba a helar las extremidades de los chicos.

— ¿Quieres ir a un bar? —preguntó el castaño intentando calentarse las manos.

—Si, pero invitas tú porque yo tengo cero dólares. —habló en un tono gracioso.

—Está bien. —sonrió el chico amablemente.

Se acercaron a la motocicleta y subieron al vehículo para buscar algún bar cercano al parque en el que se encontraban. Cuando Joaquín aceleró la. Moto Kevin se fue para atrás hasta el punto que su espalda tocó el asiento.

Falling In Your LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora