CAPÍTULO VIII

23 6 0
                                    

No era ni media noche y Nicolás se encontraba ahogando sus penas en alcohol, como si eso le funcionara. Hacía tiempo que no se sentía de esa forma y odiaba el hecho de que fuera así. Él se había convertido en esa clase de persona que no demuestra sus emociones, así se estuviera muriendo de dolor. Sin embargo, Clarie lo hacía vulnerable, su hermana lograba algo en él que ni siquiera la mujer que amaba con el alma, podía. La chica hacía que pudiera sentir y expresar su dolor, eso para Nicolás era un punto débil, su hermana era un punto débil que podía llegar a destruirlo.

El sonido de su celular lo sacó de sus pensamientos, al ver la brillante luz sus ojos le dolieron, se pasaba todo el día en la oscuridad.

Un mensaje de un número que no conocía, se le hacía raro, él no era de compartir su número con nadie.

Cuando abrió el mensaje había una imagen, cuando se terminó de descargar vio que era su hermana y... Charlie, quienes se estaban besando.

— ¡Hijo de puta! —gritó haciendo que su voz retumbara en toda la sala.

De la rabia que sentía aventó su celular haciendo que éste se hiciera pedazos contra la pared.

JP escuchó todo desde la plata alta, así que se apresuró a bajar bastante preocupado.

Ahí se encontró a un Nicolás demasiado encabronado, como nunca lo había visto.

— ¿Jefe está todo bien? —preguntó el chico un poco desconfiado de que le tirara con lo primero que encontrara.

— ¡Nada está bien desde que mi hermana llegó a este pueblo de porquería! —gritó — ¡Trevor está muerto y me están echando la culpa! ¡Mi hermana me cree un matón y ahora algún idiota sin nada que hacer me manda una foto de Charlie besándola! —pasó las manos por su cara en un intento de controlarse — ¡No JP, nada está malditamente bien!

El ruido de la puerta abriéndose terminó con la conversación.

Clarie atravesó el umbral, observó a su hermano y a JP, ambos la miraron como si la estuvieran por matar.

—Esta va a ser la última vez que te vas así Clarie, desde ahora no vas a salir a ningún lugar sin la compañía de JP —sentenció el castaño señalando al chico a su lado.

— ¿Qué? —preguntó JP confundido.

—Si, tú la vas a cuidar y que te quede claro que no la quiero cerca de Draco- Nick miró a su hermana con reproche —TolBoy también.

— ¿Que yo qué? —dijo TolBoy apareciendo de la nada.

Nick rodó los ojos ante lo patético de la escena.

— ¿Qué, que? —chilló Clarie desde dónde estaba parada. Le pareció toda una verdadera locura.

JP y TolBoy se dieron una mirada cómplice, a ambos les parecía una idea un poco tonta, pero no estaba en sus planes desobedecer al líder.

—No eres mi padre para hacerme esto, apenas eres mi hermano y es como si no te conociera. Cambiaste mucho Nick, no eres el chico que solías ser antes de esta maldita pandilla —dijo Clarie lamentándose.

Los otros dos chicos la miraron mal.

A Nick le dolió un poco su comentario, pero prefería que su hermana lo odie antes de que algo malo le suceda por su culpa.

—Puedes quejarte todo lo que quieras Clarie, no me interesa —fue la última palabra de Nicolás antes de encerrarse en su habitación.

Clarie se quedó ahí mirando a los dos sujetos desconocidos con los que al parecer pasaría más tiempo del que le gustaría. Por un lado, JP un tipo que a simple vista da demasiado miedo y por el otro, un Tolboy demasiado serio, pero con nombre chistoso. La chica se imaginaba lo aburrido que sería pasar el tiempo con esos dos.

Falling In Your LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora