Capitulo XXVII

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Luego de varios días intentando evitar a Clarie, se decidió por buscarla, ya no iba a dejar que su pasado lo condene.

Estaba cansado de actuar por impulso y desperdiciar las buenas oportunidades, Clarie era una de ellas y no estaba dispuesto a perderla por algo que ya no tenía sentido.

A pesar de que amaba a Clarie, su relación con el hermano de la chica no era color de rosa, todavía le guardaba rencor, aunque estaba dispuesto a olvidar aquello con tal de ver a Clarie feliz, después de todo el verdadero culpable de la muerte de su padre se estaba pudriendo en la cárcel y con eso le bastaba, sabía que no le devolvería a su padre, pero al menos le permitiría seguir adelante.

Aunque todavía se preguntaba en qué momento había cambiado tanto, ¿Qué había hecho esa chica para que él quiera abandonar todo el rencor que había acumulado por años?

Si bien pensaba que esa chica sólo había traído problemas al pueblo, se había equivocado por completo... con tan solo una dulce mirada, la chica había logrado derretir la capa de hielo que cubría su corazón.

Clarie había llegado a ese pueblo del mal para cambiarlo todo, para demostrar que no todo lo bueno es bueno, ni todo lo malo es malo.

El moreno salió de su tráiler a pesar que el día estaba nublado y se avecinaba una tormenta, no le importaba mojarse ni enfermarse con tal de ver a la chica de sus sueños, mucho menos después de haberla evadido durante varios días.

Ya no le importaba nada, solo quería ir por su chica subirla a su moto y llevársela lejos solo por un rato, pero primero debía enfrentarse a su hermano, era la única manera en que podían dejar de esconderse y ser libres para demostrar su amor.

Así que ahí estaba, de pie afuera de la casa de los Stuart y a pesar de que sabía que era una locura estaba completamente seguro de que era lo necesario.

Golpeó la puerta sin dudarlo y espero que alguien le atienda. Cuando Nick abrió y lo vio parado frente a su casa no pudo fingir ser amable, sus ojos se llenaron de furia y perdió el control total de su boca.

— ¿¡Qué mierda haces acá!? —preguntó casi gritando.

—Tranquilo no vengo a pelear —lo frenó antes de que siguiera con sus típicos berrinches.

— ¿Ah no? —se detuvo unos segundos —¿Entonces a qué vienes? —preguntó el chico de ojos verdes mostrando lo impaciente que estaba.

—Quiero que hablemos de Clarie —afirmó seguro de sus palabras logrando que el rostro de su rival se desencaje.

—¿De mi hermana? ¿La que secuestraste? —preguntó irónico.
Odiaba a Charlie y no lo quería cerca de su hermana de ninguna forma. Nicolás en ese punto solo quería pegarle una patada en el culo y sacarlo de su propiedad.

—Se que no me vas a creer una mierda— suspiró —ero voy a ser honesto contigo... amo a tu hermana —soltó sin pelos en la lengua.

— ¿Qué? —Nicolás lo miró atónito, no podía entender en qué momento se había enamorado de su hermana y de ninguna manera le iba a creer.

Clarie, quien bajó por un vaso de agua, escuchó la conversación, pero no intervino, sólo se quedó escuchando detrás de la puerta.

—No se trata de una estúpida venganza personal Nicolás, ni de ti. Yo tampoco quise que fuera así, pero pasó —pasó una mano por su nuca, le costaba horrores hablar con las palabras adecuadas.

—Supongo que tienes razón, pero fuiste el primero en declararme la guerra formando a los lobos y no estoy seguro de que ellos quieran bajar la guardia, mis búfalos no lo harían —aseguró.

—No me importa nada de eso, no me interesa pelear contigo ni con tus chicos —negó con la cabeza —ya no quiero enfrentarme contigo solo quiero estar con ella, es lo único que me importa.

Nick reflexionó un poco, si él era capaz de cambiar e intentar ser mejor por Mara ¿Por qué Charlie no podría cambiar?

No estaba seguro de bajar la guardia por completo, pero tal vez podían hacer una tregua, por su hermana y porque en la mirada de Charlie podía notar su honestidad. Había conocido a ese chico, habían sido mejores amigos en el pasado y antes de que las peleas comenzarán se conocían como a las palmas de sus mano.

—Está bien, voy a hablar con mi hermana y te voy a dar una chance —por primera vez después de muchos años se estrecharon las manos.

—Te extrañe Nick, extrañé nuestra amistad —confesó Charlie no muy seguro —y te pido perdón por todo el mal que te cause.

Esas palabras lograron que una opresión de anhelo se instalará en medio de su pecho, ya que el también lo había extrañado, pero su orgullo era más grande y no era capaz de admitirlo.

Cuando Nick cerró la puerta y se dio vuelta, vio a Clarie con lágrimas en los ojos, no dudó ni un segundo en abalanzarse sobre su hermano y lo abrazarlo con fuerza logrando que este esbozara una sonrisa —Gracias Nick —susurró.

—Gracias a ti, desde que llegaste no hiciste más que abrirme los ojos para que me de cuenta lo necio y oscuro que he sido —comentó honestamente —y veo que no solo lo hiciste conmigo, también cambiaste a Charlie para bien —agregó con orgullo. Su hermana había hecho mucho más que él en los últimos años.

—También lo amo Nick, me enamore de él sin darme cuenta —las palabras de la chica hicieron que su hermano se diera cuenta de que lo único que había logrado era destrozar un amor al intentar separar a los dos enamorados, pero se alegraba de no haberlo logrado y admiraba los huevos que había tenido Charlie para enfrentarlo.

Nick también estaba decidido a enfrentar sus miedos por amor, a dejar a Sharpey para siempre e intentar enamorar a Mara, esa chica le transmitía algo especial y quería estar con ella.

Se había dado cuenta de la relación tóxica que tenía con la peli rosa y que lo único que ella lograba era engatusarlo. No pudo evitar sentirse un idiota porque todo ese tiempo se creyó el rey cuando solo era un peón en el juego de ajedrez de la persona que más subestimaba.

Falling In Your LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora