Estaba tranquilo en mi casa pensando si confesarle todo lo que siento por mi mejor amiga, Morgan Brown. Nos conocimos hace dos años cuando me cambie de colegio. Ese día que llegue al colegio yo no sabía ni a donde ir hasta que ella acerco a mí y me ayudo. Desde ese día nos hicimos inseparables.
Luego de pensar en todo eso me levanté decidido de mi cama y me fui manejando hasta la casa de Morgan. Después de media hora de viaje llegue a la casa donde se encuentra ella. Decidida toco la puerta y en cuestión de segundo ella me abre la puerta
- Hola Quinn – me abraza fuertemente – Que haces acá? - se corre para que pueda pasar.
- Nada no podía venir a visitar a mi mejor amiga – me traspiraban las manos de lo nervioso que estaba – Y también venía a decirte algo muy importante.
- Si me doy que estas nerviosa porque tus manos están muy traspiradas – se ríe haciendo que yo también me ría – Veni vamos a mi pieza.
Mientras subíamos las escaleras estaba pensando cómo decirle todo esto a Morgan, como le iba a decir que estaba enamorado de ella.
- Bueno, que querías decirme – dice ella sonríete sentándose en la cama.
- La verdad no sé cómo arrancar – digo soltando una risita nerviosa - Cuando te vi por primera vez, desde el otro lado del pasillo del colegio, me pareciste la chica más perfecta del mundo – ella ya se estaba sonrojando y mirando para todos lados menos a mí.
- Quinn... - la interrumpí.
- Puede que nunca sea tu caballero en una armadura brillante, puede que nunca sea el que lleves a casa a conocer a tu mamá y puede que nunca sea yo quien te traiga flores – suspiro - Pero yo puedo ser el indicado, el indicado esta noche.
- Que me estas tratando de decir con todo esto? - me miro con duda.
- Pero si te gusta causar problemas en las habitaciones de hotel, si te gusta tener unas pequeñas citas secretas y si te gusta hacer las cosas que sabes que no debemos hacer – se lo estaba diciendo mirándola a los ojos - Amor, soy perfecto para ti.
- Así que empecemos ahora mismo – dijo mirándome a la cara por primera en vez – Y se perfecto para mi esta noche.
Después de eso no sabía que decir. Estaba que me moría de alegría. Mientras la miraba con una sonrisa de oreja a oreja y con un brillo en mis ojos, no me estaba dando cuenta que nos estábamos acercando. Hasta que nuestros labios chocaron en un beso delicado y con mucho amor.
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