Ya había pasado una semana de la separación. Por las noches me costaba dormir sabiendo que no iba a ver a Eva al otro, o no iba recibir sus besos ni sus abrazos. Después de todo lo que había pasado junte todas mis cosas y me fui a mi departamento sola. No podía estar en la misma casa que ella, me era imposible.
Justamente eran las 11:30 de la noche. Yo ya debería estar dormida ya que mañana tengo muchísimas cosas que hacer y me tengo que levantar temprano. Como no podía dormir, otra vez, me pare de un salto de la cama, me puse lo mas rápido que pude unas zapatilla y un buzo. Baje corriendo las escaleras, agarre las llaves del auto y salí directamente hasta la casa donde antes vivía.
Pasada la media hora de viaje, llegue y baje lo mas rápido posible y toque el timbre de la casa. Pasaron unos minutos y cuando abrieron la puerta me dejo ver a una hermosa Eva en pijama como yo. Sin pensarlo me tire a sus labios, ya era una semana sin sus besos y ya los extrañaba.
-Ruby - dijo una vez que nos separamos - Que haces acá y porque hiciste eso.
-Vine porque te extraño - dije eso entrando a la casa - Y te bese porque no sabes lo mucho que extraña tus besos.
-Pero Ruby - nos sentamos en el sillón - Lo nuestro ya termino, no creo que sea - no la deje terminar.
-Ya lo se - dije bajando la cabeza un poco triste - Esta semana me di cuenta que no podía estar ni un minuto sin vos, sin tus besos, sin tus abrazos ni tu sonrisa - nos miramos a los ojos - Te necesitaba.
-La verdad - se acerco y me acaricio una mejilla con su dedo pulgar - Es que me siento igual que vos sin vos - ella se sonrojo - Extraño verte y estar todos los días con vos acá en la casa.
-Hay una casualidad de este amor que tenemos las dos funcione otra vez - me acerque a ella - Y esta vez quiero que sea para siempre.
-Tal vez le podríamos dar otra oportunidad - una enorme sonrisa apareció en mi cara - Pero deberíamos ir lento para que no pase lo de antes - dijo agarrando mis manos y mirándolas - Quiero que esto vaya muy en serio por eso te pido eso.
-Estoy totalmente de acuerdo - me tire arriba de ella cayendo las dos arriba del sillón y otra vez bese su labios en un muy extrañado beso - Te juro que te extrañe muchísimo.
-Yo también, y no sabes cuanto - me dijo.
Las dos terminamos abrazadas cariñosamente en el sillón y durmiendo.
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