Mi compañero | LIZKOOK

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Todo tú corto y a tu cama me acerco
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•Japón: Tokio [12:17 a.m.]•

No sabía cuantos días habían pasado, no sabía su habían pasado días, horas o semanas. Estaba en un estado que comería o dijera cualquier cosa.

Otro balde de agua azoto el cuerpo de la rubia. Abrió los ojos rápidamente mientras temblaba de frío y miedo. Por un lado estaba agradecida de que no le habían puesto un dedo arriba, cuando no quería hablar la castigaban sin darle el miserable plato de comida que le daban.

Tenía las muñecas y pies hinchados y a doloridos debido a las cuentas que ataban su cuerpo a la silla. Tenía días sin mover su cuerpo cosa que la angustiaba.

— Solo queremos una última pregunta de ti y serás libre.

Dijo a que hombre entrando de nuevo a la habitación.

Mina salto de felicidad al escuchar que sería libre. Pero la angustia se hizo presente, se preguntaba si sería llevada a Corea de nuevo, o la dejarían tirada en un callejón de Japón. Lo más probable muera, sus padres estaban en Corea, su abuela muerta y no conocía a ningún otro de sus familiares ya que siempre fue la oveja negra de la familia.

— Quiero que me digas si hay relaciones sentimentales entre los chicos.

-Que yo sepa no, todos son muy buenos amigos. Nunca a habido algo cerca de lo sentimental.

Aunque hasta donde ella sepa, no hay amoríos actuales pero en el pasado si hubo.

— No mientras, Mina, ¿Acaso no quieres salir de aquí?.

— Ya lo dije, no hay relaciones entre ellos, ¿acaso piensas que mentiré ahora, cuando quiero salir de aquí?.

— Bien. Recuerda que si nos enteramos de que mentiste se acabaron tus días en esta tierra, ¿de acuerdo?.

— De acuerdo.

Trago seco. Vinieron 2 hombres más, la liberaron de más sogas y la cargaron como si fuera un muñequito de trapo.

Soltó un gemido de dolor debido a la brusquedad de los tipos. Tenía barios días sin mover su cuerpo, tenía que parase lentamente y caminar poco a poco. Pero los tipos no tomaron esto en cuenta.

La tiraron sin piedad alguna unas cuadras más adelante de donde ella estaba. No pudo reconocer el lugar ya que tenía una venda en los ojos.

Solo un una sonrisa ya que por fin había sido libre. Pero ahora, ¿Cómo volvería a Corea?.

Se sentó en un rincón a llorar mientras las personas solo la miraban y algunos hasta la ignoraban. De pronto una mujer se acercó a ella preocupada.

— ¿Te conozco?.

De inmediato, Mina, alzó la mirada encontrándose con una chica muy guapa, de cabellera negra, ojos hermosos y un cuerpo envidiable. Sabía que la había visto, pero no sabía donde.

— Soy Momo, miembro de el clan. ¿Tú eres amiga de los chicos verdad?.

De pronto la memoria de Mina se aclaró. Sabía que la había visto en algún lado. Antes habían intercambiado algunas palabras, pero se consideran desconocidas, ya que ninguna sabía nada de la otra.