Mi compañero | LIZKOOK

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El diablo nunca está en su casa
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— Si, ya felicitamos a los novios, vimos a Jackson hacer lo suyo, les dejamos los regalos, vámonos de aquí.

Pero al momento en el que terminó de hablar ya un disparo resonó en la habitación ganándose gritos de las personas presentes.

— ¿Enserio, ni por qué estamos en la boda de Seok-Jin? —Dijo Lisa sacando una pistola de su bolso.— Comienzo a creer que esto es personas.

— No me digas.

Dijo Jungkook rodando los poniendo a Lisa detrás de el ganándose un quejido de la pelinegra la cual se quitó rápidamente.

— No debes cuidarme. Sé cuidarme sola.

— Como digas, Lalisa —Jungkook es rodó los ojos.— Solo salgamos de aquí lo más rápido posible.

Jungkook la tomó de la mano mientras encorvaban sus espaldas para que su presencia no fuera tan notoria.

— ¡Mami! —Lloriqueo un niño sentando encima de unas de las sillas.

— Mierda.

Susurro Jungkook mientras le daba las llaves del carro a Lisa para que fuera abriendo para acercarse al niño. No podía dejarlo ahí, solo es un niño.

— ¿Dónde están tus padres, niño? —Susurro Jungkook pero el niño no dejaba de llorar.— Deja de llorar, no llores —Susurro desesperado mientras lo tocaba, pero todo era en vano, el niño no dejaba de llorar.

—¡SooBin! —Grito una mujer que al parecer era la madre del chico la cual estaba siendo toqueteada por 4 hombres.

— ¡Mami!

El niño rápidamente bajo de la mesa para correr rápidamente hacia su madre pero otros hombres tomaron al niño. Jungkook no iba a permitir que separen a un niño de su madre, no, nunca.

— ¡Hey, ustedes hijos de perra! Suelten al niño y dejen a su madre libre si no quieren cavar tu propia tumba.

Uno de los chicos río mientras arrastraba su bate.

— Mejor vete por donde viniste, mocoso.

Ahora fue Jungkook el que río.

— Pues este mocoso te dará a ti a tus amiguitos la paliza de sus vidas.

Jungkook le dio un puñetazo en la mandíbula del chico viendo como los demás soltaban al niño y a la mujer para ir contra el.

— ¡Maten a este hijo de perra!

— 6 hombres contra 1, eso me parece muy cobarde. Mejor peleemos tú y yo solos, como dos hombres.

— Ni en tus más dulces sueños, esto te pasa por meterte donde no te llaman —Dijo el chico dándole un puñetazo a Jungkook.

Jungkook tocó su boca mientras sentía el sabor metálico en su boca y miraba su mano con sangre. No debieron meterse con el.