No pudo evitar que una sonrisa pintará sus labios al verlo despertar y mostrándole el botiquín de primeros auxilios caminó a donde él.
Su comportamiento lo confundía y miles de preguntas se formaban en su mente.
¿Por qué si era su raptor se comportaba con tanta consideración a hacia él? ¿Por qué sentía esa corriente eléctrica tan fuerte correr por su cuerpo al tenerlo cerca? y ¿Cómo es que se quedaba sin palabras ante su presencia? No entendía, la única lógica era que el golpe que le dio ese hombre lo trastorno.
Su Ángel se sentó junto a él y lo tomó de la mano, pero Joaquín asustado la retiró inmediatamente. No debía confiarse, su amabilidad podría ser solo un engaño. Él sabía que se sentía atraído por él y podría usar eso en su contra.
¿Pero en su contra? Aun no tenía idea de lo que buscaban ¿Entonces porque juzgarlo? Tal vez en verdad era diferente a los demás. No tenía idea si ese era el caso, lo que si sabía era que a su lado sentía paz y tranquilidad.
Emilio notó su desconfianza y entendía que no se dejará tocar, pero necesitaba curarlo.
— No tengas miedo solo quiero curar tus heridas. — extendió su mano ofreciendo ayuda. — Permíteme ver tus manos por favor. — Joaquín lo observaba fijamente a los ojos. — Prometo no lastimarte, pero si no te curo ahora te puede caer una infección.
Joaquín optó por dejarse curar, la verdad es que dolía como los mil demonios. Levanto su temblorosa mano y con un poco de desconfianza se la dio.
¿Desconfianza? Si, había muchas razones para tenerlas. En primer lugar: él estaba ahí por su culpa y las heridas aunque no fueron causadas directamente por él, si por sus compinches. En segundo lugar: No le gustaba lo que sentía cada que se le acercaba o lo tocaba.
Él le tomó la mano con gran delicadeza y aunque tenía miedo y quería jalársele era imposible. ¡No tenía control de sus acciones frente a él!
Ese hombre era peligroso y lo tenía bajo su control. La intensidad de sus ojos lo hipnotizaban, haciendo que accediera a lo que él pidiera.
Lo aterraba imaginarse lo que sucedería el siguiente día, pero en ese momento estaba dispuesto a jugarse su sanidad mental y física con tal de sentir el calor de su piel.
Una leve sonrisa se formó en los labios de Rudo al sentir su calidez de piel. Tenía unas manos muy suaves y un olor que lo enloquecía y al igual que él tenía miedo de lo que sentía. Sabía que vendrían días muy difíciles y no quería encariñarse con su tritón, pero eso parecía imposible.
Lo curaría, hablaría con él y se alejaría, porque por más hermoso que fuera, era el hijo del asesino de su padre y el querer estar cerca de él se estaba convirtiendo en su adicción.
Le limpio las heridas con alcohol y no pudo evitar llenarse de ternura al ver sus gestos de dolor.
— Perdón sé que arde. — sopló suave, para aliviar un poco el ardor. — Pero es necesario. — su aliento invadió su fosas nasales, haciendo que un escalofrío corriera por su espina dorsal. Acción que no pasó desapercibido a los ojos de ese maravilloso hombre.
Una hermosa sonrisa se le formó en los labios una vez más, conocer la reacción que causaba en ese tritón le agradaba, porque era exactamente lo que él le causaba a él.
Esa sonrisa era la más sexy que Joaquín haya visto jamás y lo desarmaba completamente. Él lo observó unos instantes y tomando valor se decidió a hablarle.
— Escucha bien lo que te voy a decir, como ya te mencioné anteriormente creo que el que estés aquí es un error. Lamentablemente los que mandaron traerte no lo creen. Como te has dado cuenta esos hombres son unos sanguinarios y no se tocan el corazón ante nada. Tienen en mente algo y si no lo consiguen son capaces de muchas cosas, peor de las que ya te han hecho. — guardo silencio. — En pocas palabras es muy importante que cooperes con lo que te pidan. Sé que soy la persona menos indicada, pero no tienes otra opción. Te prometo que haré lo imposible para que no te hagan daño, pero tú tienes que poner de tu parte. Yo no estaré aquí todo el tiempo, tengo muchas cosas que hacer, así que por favor ¡hazlo por ti! — sintió como el Ángel se ponía de pie, pero lo detuvo con su mano. Tenía que hablar con él antes que saliera de ese cuarto.
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Tu Amor Es Mi Redención *Emiliaco* (Adaptación)
FanfictionJoaquín, hijo de uno de los magnates más poderosos de la industria en los Estados Unidos. Alegre, extrovertido, vivía una vida cómoda y sin preocupaciones, pero todo cambió de la noche a la mañana. Una llamada telefónica puso su mundo de cabeza, al...