Una vez que se había recuperado se acomodó en él, bajando lentamente. Sus cuerpos vibraban al sentir como lo llenaba y sin poder evitarlo sus gargantas emitían gemidos lleno de placer.
Él por su lado estaba feliz, después de haber andado con tantos hombres sentía que al fin había encontrado a alguien que lo complementaba. Lo que esté hombre le causaba, nunca nadie lo había logrado.
Lo asustaba lo intenso de sus sentimientos, porque aún no sabía que sucedería en el futuro. No quería pensar en que tal vez no lo volvería a ver una vez que regresará a casa de sus padres. Se había convertido en alguien esencial en su vida, en su corazón.
En ese momento tan lleno de pasión y lujuria, Joaquín llevo sus manos al pasamontañas y lo arrancó instintivamente, necesitaba sentirlo. Enredo las manos en su pelo y besó su cara una y otra vez, lo reconocía con sus labios, con sus manos.
El lugar en donde se encontraban estaba muy apartado de la ciudad y la luz se cortaba temprano, lo que permitía que pudieran sentirse completos, sin tener que esconderse.
Fue una noche salvaje, por primera vez dejaba salir a esa bestia que llevaba en él. Siempre era tierno con Joaquín, pero esa noche se dejó llevar por lo que sus cuerpos pedían y fue la mejor de todas las noches para ambos. A esas alturas su cuerpo ya se había adaptado perfectamente al de él y lo gozaba al máximo.
La noche de pasión termino y los dos quedaron exhaustos, pero él no podía dormir. Se encontraba en una encrucijada ¿Qué haría? Satán sospechaba de sus sentimientos hacía Joaquín y no podría permitir que lo tocaran. Sabía que usaba a su primo para sacar información y lo más seguro es que esperaba que pasaran la noche juntos.
Parecía algo difícil de conseguir, después de haber estado con su Tritón. No creía poder servir como hombre con ningún otro. Debía pensar bien en lo que haría y lo mejor sería complacer a Leandro, para que Satán no dudara más ¿Pero podría hacerlo?
Joaquín despertó y vio su sombra parado en la ventana, su vista perdida en la obscuridad viendo la nada, se paró preocupado y fue a donde él. No habló, solo lo abrazo por la espalda, recargando su mejilla en él. Emilio al sentir su cuerpo caliente se dio la vuelta y enredo sus brazos en él.
— Está haciendo frío te vas a enfermar. — dijo acurrucándolo.
— ¿Te sucede algo? — preguntó consternado, le preocupaba verlo así.
— No, no te preocupes, todo está bien...
— ¿Hay algún problema con mi padre o con Satán? porque si es así no quiero que te preocupes...
— Tritón no quiero que pienses en ellos, no pasa nada, yo te cuidare lo prometo. Ahora vamos a la cama te vas a enfermar. — se agacho y alzándolo en brazos lo llevo a dormir.
La mañana siguiente se despidió de él con un beso y le prometió que iría a verlo en cuanto pudiera.
Como era de esperarse todo ese día y noche no pudo dormir. Al mediodía Pecas entro al cuarto a ver como se encontraba y creyéndole dormido salió, dejando la puerta abierta. Pidió a Ratón que estuviera al tanto de él, porque él iría a traer algo de comer.
Todo era silencio hasta que sonó el teléfono de Ratón, el cual contestó poniéndolo en altavoz.
— Bueno. — contesto casi a gritos.
— Ratón soy Leandro ¿Sabes en donde está Satán? Lo he tratado de localizar, pero no me contesta.
— Salió hace un rato, tenía que ver a alguien importante, yo le digo que lo buscas. Pero dime ¿Cómo te fue anoche con Rudo? Por fin quitaste tus dudas o todavía crees que está enamorado del gringo. — preguntó riendo.
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Tu Amor Es Mi Redención *Emiliaco* (Adaptación)
FanficJoaquín, hijo de uno de los magnates más poderosos de la industria en los Estados Unidos. Alegre, extrovertido, vivía una vida cómoda y sin preocupaciones, pero todo cambió de la noche a la mañana. Una llamada telefónica puso su mundo de cabeza, al...