— ¿Quién es el güero? — preguntó Pecas.
Sergio volteo a ver a Joaquín a los ojos, pidiendo disculpa. Rudo que estaba consciente del cambio en su Tritón, supo inmediatamente que era un tema que no quería hablar en ese momento. Debía ser él, su ex. No podía evitar sentir celos.
Ese desgraciado fue el que disfrutó de sus besos y caricias y no solo eso, también disfrutó de su hijo.
— Bueno él es... — no sabía que decir. Emilio le cogió la mano y dio un leve apretón, dándole seguridad.
— No tienes que contestar, sé que tu vida siguió...
— Te equivocas Emilio, mi vida paró, deje de existir... pero este tema es algo que quería hablar contigo a solas. — sonrió, volteo a ver a Sergio y decidió hablar. — Cuando Sergio me dijo que habías muerto mi vida paró, pero debía seguir adelante, porque ahora llevaba en mi vientre un pedacito tuyo.
Emilio sentía la tensión en sus manos y veía el dolor en sus ojos.
— No lo tienes que hacer mi amor, yo sabré esperar. No quiero que te lastimes más recordando algo que te hizo daño, cuando estés listo aquí estaré para ti.
Joaquín sonrió, le agradecía de gran manera su comprensión, pero quería hablarle un poco de lo que fue su vida.
— Quiero hacerlo, necesito sacar lo que traigo dentro, tal vez eso ayude a cerrar la herida que llevo. Creo que es lo mejor.
Él le apretó la mano y la llevó a su boca. Le dio un tierno beso, asegurándole que fuera lo que fuera él estaba ahí para él. Joaquín agradecía su comprensión, regalándole una tierna sonrisa continuó.
— Cuando Ángel nació fue el día más feliz de mi vida, era como volver a tenerte junto a mí. Te podía ver en él, pasaba horas observando su rostro, imaginando que dirías si supieras de su existencia. Me dolía saber que eso nunca sucedería, nunca lo abrazarías y él nunca tendría la oportunidad de conocerte. — suspiró profundo tratando de controlar sus emociones. — Cuando me enteré que habías muerto, mi mundo cambió. No era el mismo, me convertí en una persona solitaria, aislado. No quería convivir con la gente y ver que eran felices. Nunca he sido bueno para mentir y no quería fingir que me alegraba su felicidad, porque no lo hacía. Ver el dolor que mi comportamiento causaba en mis padres, me motivó a tratar de cambiar. Hacía todo lo posible por mantenerme ocupado y llegar a casa cansado, para no tener tiempo de pensar o llorar. Estaba vacío, mi corazón ya no latía con deseos de vivir, si seguí vivo fue por él, por nuestro hijo.
Sergio movía la cabeza, asintiendo cada palabra que decía. Él mejor que nadie sabía lo difícil que fue su vida desde que lo creyó muerto.
— Varias veces estuve a punto de venir a México a buscarte, corroborar si en verdad habías muerto, pero era ilógico. ¿A quién iba a buscar? No tenía idea de cómo te llamabas, no sabía en donde vivías, sería como buscar una aguja en un pajar. —respiro profundamente y volteo a ver a Rudo a los ojos. — Cuando creí que perdía la razón, que ya no podía seguir luchando...llegó él y ... hizo que mi corazón volviera a latir... que sintiera ganas de volver a vivir. Me hizo sentir que la vida aún tenía algo que ofrecerme. Que debía vivir un día a la vez y tal vez así se haría cada vez más fácil respirar y ya no dolería tanto tu muerte.
Emilio sentía ahogarse, quería gritar, golpear algo ¡como que su corazón volvió a latir por otro hombre! Cuando el suyo no lo hizo, hasta que lo volvió a ver. Necesitaba tragarse su orgullo, en ese momento Joaquín necesitaba tranquilidad y se la daría.
— Nuestra relación era tranquila, exactamente lo que necesitaba en ese momento. Me quería y daba paz y lo más importante, quería a mi hijo. Nunca busque otro padre para él, no lo necesitaba. Yo era los dos, además estaba Sergio y mi padre que lo amaban como propio. Nunca nadie tomaría el papel de su otro padre, aunque nunca tendría la dicha de conocerlo, yo siempre le hablaría de ti. A los siete meses nos comprometimos, era feliz dentro de lo que cabía... pero... no eras tú. — apretó su mano una vez más y sonrió. Esa sonrisa no era más que una máscara, máscara que se quebraba junto a su voz y las lágrimas que empezaban a salir de sus ojos. Ponían al descubierto su dolor, mostrando que había algo más, algo que le dolía, que le hacía daño. — Después me enteré de una gran traición que me volvió a romper, de la cual no quiero hablar ahora, pero se enteraran en su momento. Me convertí en un hombre frío y calculador, decidido a hacer lo que fuera con tal de conseguir lo que quiero. Por mi hijo soy capaz de todo, de destruir al que se ponga en mi camino. — limpio las lágrimas que corrían por sus mejillas. — Después de enterarme que vivías, no podía más con la felicidad, mi corazón te necesitaba. Hicimos planes para volver a buscarte y terminar con esta mierda. Terminé mi compromiso con... el güero, como lo llama Sergio y aquí estoy una vez más a tu lado.
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Tu Amor Es Mi Redención *Emiliaco* (Adaptación)
ФанфикJoaquín, hijo de uno de los magnates más poderosos de la industria en los Estados Unidos. Alegre, extrovertido, vivía una vida cómoda y sin preocupaciones, pero todo cambió de la noche a la mañana. Una llamada telefónica puso su mundo de cabeza, al...