Capítulo 3

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Lo observo unos segundos, eran verdaderamente hermosos, grandes y muy intensos. Le daban gran paz y lo hacían sentir algo extraño que no sabía cómo descifrar. Se sentía protegido, tranquilo, no había palabras que explicaran ese sentimiento.

Todo fue un sueño. Joaquín sabía que no podía haber sido real todo lo que sucedió. Solo debió ser una pesadilla.

Volvió a cerrar los ojos, pensando que soñaba, imaginando que tal vez era un ángel protector creado por su imaginación. Un hermoso ángel que velaba sus sueños que lo protegería de sus pesadillas. Pero de ser así ¿Porque tenía su rostro cubierto por un pasamontañas? Su corazón se aceleró descontroladamente una vez más al darse cuenta de la realidad.

¡No! no fue un sueño, la muerte de su amigo y de su chófer...y todo... ¡Fue real!

Abrió los ojos una vez más, tratando de reconocer su alrededor. Esperanzado que estuviera en casa descansando, pero no fue así, todo era desconocido para él.

Volteo a ver una vez más esos hermosos ojos chocolate, esta vez lleno de miedo y terror.

¡El secuestro fue real! Y el hombre sentado frente a él contemplando su sueño no era un ángel, si no un demonio.

Él por su parte, cuando pudo ver esos profundos pozos cafés lo deslumbraron. Sintió como su corazón salto un latido automáticamente robándole el corazón.

Lo estuvo observando por un largo rato sin poder despegar la vista de Joaquín ni un segundo.

Aun con la cara llena de moretones podía ver sus facciones a la perfección y era verdaderamente hermoso. No, hermoso era una palabra que se quedaba corta ante su belleza.

¡Era perfecto!

Como pudo se levantó, impulsando su cuerpo con los pies hasta quedar sentado en la esquina de la cama. Abrazó sus rodillas tembloroso y lleno de terror.

Sabía que la muerte sería lo mejor en ese momento, pero tenía claro que no sería tan fácil la salida. Ellos querían algo de él y lo torturarían con tal de conseguir lo que buscaban.

¿Ahora que pasaría? ¿Qué es lo que querían? Empezó a hiperventilar. Su corazón, sus manos temblaban incontrolablemente y no podía respirar. Él ángel no se movía, lo observaba tranquilamente y en silencio.

Él se encontraba sentado en una silla frente a la cama, con las piernas flexionadas y los codos apoyadas en sus rodillas. Sus manos entrelazadas, las cuales soltó y extendió a Joaquín al verle como se contorsiono su rostro de miedo.

El verlo tan asustado logró que sintiera una gran necesidad de protegerlo.

— No temas no te voy a hacer daño. — dijo con voz suave. No se levantó, ni hizo movimientos bruscos que lo pudieran exaltar aún más.

Joaquín no lo volteó a ver, se tapó la cara con las manos opacando los sollozos.

Levantándose de su silla caminó hacía él con precisión. Se sentó a su lado y queriendo tranquilizarlo un poco, posó su mano sobre la de él.

El sentir su piel rosando la suya causó que una corriente eléctrica corriera por todo su cuerpo. Automáticamente se jaló. Esa sensación no la había sentido anteriormente con nadie y el sentirla por uno de sus raptores lo asustó.

Él de igual manera sintió lo mismo, su corazón se aceleró descontroladamente queriéndose salir del pecho.

¿Qué es lo que pasaba? ¿Por qué este chico lo hacía sentir estas sensaciones?

Tu Amor Es Mi Redención *Emiliaco* (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora