Las pesadillas continuaron de noche a noche y Emilio siempre estaba ahí a su lado, ofreciéndole tranquilidad. Al principio Joaquín se negaba, pero conforme pasaban los días fue cediendo.
Aunque creía odiarlo no podía negar que a su lado se sentía tranquilo y sería egoísta, aprovechándose de ello.
Una noche despertó asustado y los brazos con los que se encontró no eran los de Rudo y esos ojos no le daban la tranquilidad que buscaba. Se impulso con sus manos hasta quedar sentado.
— ¿En dónde está tu amigo? — preguntó asustado. ¿Qué quería ese hombre ahí? Aunque él no lo intimidaba tanto, sabía exactamente quien era y no le confiaba tampoco.
— No te asustes no te voy a hacer daño, estoy aquí porque Rudo me lo pidió. Me llaman el Pecas...
— ¡Se exactamente quién eres, tú eres él hombre que mató a mi amigo! — lo interrumpió.
— No lo mate, tu amigo está vivo. — Joaquín sintió como su corazón se aceleró. ¿Su amigo vivo? ¿Será que logro sobrevivir o solo lo estaba engañando? — Le di en un lugar no letal y está sano y salvo en su casa.
Sus lágrimas comenzaron a salir sin poder evitarlo, pero esta vez eran de felicidad.
— Rudo me dijo que tienes pesadillas ¿Qué sueñas? — preguntó el Pecas avergonzado.
Joaquín dudo al principio en contarle, pero necesitaba sacarlo de su pecho. Respirando profundo decidió hablar.
— Reavivo la tarde del secuestro. — guardó silencio y volvió a respirar profundo. — Pero el que dispara no eres tú, sino tu amigo Rudo y el que va sentado a mi lado no es Rodrigo, si no mi padre. Lo extraño es que antes de que dispararé me ve a los ojos y dice que me va a ayudar, que confíe en él. Cuando dispara y volteo a ver el cuerpo de mi padre, ya no es él, sino tu otro amigo. — arruga su entre ceja en confusión. — También sueño que me viola, pero una vez más es tu otro amigo, Satán creo que se llama.
Sin más ni más cambio de conversación.
— Me he dado cuenta que estas aquí la mayor parte del tiempo. ¿Tú no tienes familia con quien ir? — preguntó con gran curiosidad.
— Rudo quiere que esté aquí cuando él no está. — contesto de lo más tranquilo.
— ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Tiene miedo de que me escape? — dijo sonriendo y levantando su manos, para mostrarle las esposas. — No creo que llegaría muy lejos con esto puesto. — Pecas negó con la cabeza.
— Quiere asegurarse que estas bien.
— ¿Qué? ¿Me quiere proteger? Entonces que me proteja de él. — escupió.
— Aunque no lo creas así es. Puede que ahora pienses que él es el que te ha hecho el peor de los daños, pero te aseguro que lo único que quiere es protegerte. — Joaquín se limpió las lágrimas que corrían por sus mejillas con la parte de atrás de su mano.
— Se que no me crees, pero él nunca ha querido hacerte daño, te lo juro. — le causaba dolor verlo ahí en esa condición. Era un chico muy fuerte y Rudo tenía razón en querer protegerlo.
— ¿Entonces por qué me trajo? ¿Por qué me hizo lo que me hizo? ¡Me violo maldita sea! — gritó.
— Él también fue engañado. — lo defendió.
— ¡Mentira! Si estoy aquí es por él. El más interesado en que mi padre acceda a sus demandas es él.
— Le tendieron una trampa, él nunca planeo ningún secuestro. Sé que no debo de decirte nada, pero creo que es mejor que lo sepas. Hay gente muy poderosa que planeó toda esta basura y cuando yo me enteré que lo querían involucrar decidí participar. Él es mi mejor amigo y es un hombre honesto. Yo no lo podía dejar solo en esto, él no lo haría.
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Tu Amor Es Mi Redención *Emiliaco* (Adaptación)
FanfictionJoaquín, hijo de uno de los magnates más poderosos de la industria en los Estados Unidos. Alegre, extrovertido, vivía una vida cómoda y sin preocupaciones, pero todo cambió de la noche a la mañana. Una llamada telefónica puso su mundo de cabeza, al...