Capítulo 7

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7. De verdad.

Hace una semana que fue el funeral de mi madre.

La casa se siente más sola de lo que estaba y eso no ayuda mucho con mi ánimo. Mi hermano había continuado con su rutina y yo al aún seguir sin trabajo seguía igual, solo me levantaba para hacer unas cuantas cosas y después volver a la cama, a llorar hasta quedarme dormida de nuevo.

Un día me encontraba así, recostada de lado intentando abrir mis ojos al escuchar el timbre resonar por toda la solitaria casa. Pensé que si lo ignoraba la persona se iría suponiendo que no habia nadie en casa, o al menos nadie con el humor para bajar a abrir, pero cuando escuché el timbre sonar por sexta vez supe que aquella persona no se iría hasta que alguien le atendiera.

Poniéndome una bata salí de mi habitación hacia el pasillo, bajo las escaleras con pereza y en el camino suelto unos cuantos bostezos. Detengo mi camino frente a la puerta y segundos después llevo mi mano hacia la perilla para girarla, tiro de la puerta hacia dentro y me encuentro con un castaño rojizo quien me sonríe animadamente.

— Hola linda.

— Joe — intento sonreírle pero solo logro hacer una mueca.

El chico se acerca para envolverme en un cálido abrazo que me debato entre corresponder o no hasta que finalmente lo hago mientras suelto un sollozo. Siento los brazos del chico pegarme más a su cuerpo y yo me aferró a su chaqueta, nos mantenemos así por un rato y cuando creo que ya está suficiente rompo el abrazo sintiendo un enorme vacío de inmediato.

Sus ojos avellana me examinan el rostro mientras sus pulgares van hacia mis mejillas para secar las lágrimas.

— ¿Ya has desayunado? — me quedo quieta por unos segundos y me limito a asentir a lo que el chico me da una pequeña sonrisa — mentirosa. Vamos, te prepararé algo.

Sin más lo veo pasarme por un lado y comenzar el camino hacia la cocina.

— No, Joe, está bien — lo sigo unos segundos después — de verdad.

El castaño rojizo me ignora y lo veo abrir y cerrar gabinetes sacando algunas cosas para preparar algo.

— Ve a darte una larga y relajante ducha y cuando termines bajas.

Sus ojos vuelven a posarse sobre los míos y sus mirada luce demandante. Al no querer ni tener el ánimo para contradecirlo me limito a asentir y dando media vuelta me dirijo escaleras arriba hacia mí habitación. Una vez ahí me adentro en el baño y hago lo que el me dice, la ducha me sirve de mucho y todo el cansancio que tenía se va, una vez que terminó salgo del baño y me dirijo hacia mi armario. Tomo un vestido floreado y ropa interior, me cambio tomándome mi tiempo y después solo me desenredo en cabello dejándolo suelto.

Tomo un abrigo y me lo coloco una vez que salgo de mi habitación. Bajo con cuidado las escaleras y camino hacia donde el chico, pero al entrar al comedor me detengo. La mirada verde avellana del chico da conmigo y siento un nudo en la garganta.

— Oh, Joe — siento mis ojos cristalizarse y me llevo las manos a la boca.

Me acerco a pasos pequeños hacia la mesa y dirijo mi mirada hacia esta aún sintiendo la del castaño rojizo sobre mi. Observo con cuidado los platos sobre la mesa y veo a Joe correr una silla para que me siente y así lo hago con su ayuda, miro el plato con huevos revueltos y tocino con la vista nublada, levantó la mirada hacia el chico a mi lado y le doy una pequeña sonrisa.

— Vas a seguir mirándome o vas a comer — siento mis mejillas arder y desvío la mirada hacia el plato escuchando la risa relajada del chico a mi lado.

Tomo el cubierto junto al plato y me llevo un bocado a la boca mientras Joe toma asiento al otro lado de la mesa frente a mí.

— ¿Esta rico?

Asiento un par de veces mientras continúo mi comida sin mirar al castaño rojizo frente a mi.

El desayuno es tranquilo y de ves en cuando Joe hace comentarios graciosos para hacerme reír un poco. Una vez que terminamos el desayuno ya me siento diferente y un poco más animada por la compañía del chico. Juntos limpiamos lo que ha utilizado para preparar el desayuno y cuando terminamos le agradezco mucho por todo.

— De que, lo hago con mucho gusto — me da una ladina sonrisa y puedo sentir los latidos de mi corazón acelerarse — aunque, hay algo...

Frunzo ligeramente los labios y espero a que continúe. Lo veo dejar el trapo que trae en manos sobre la barra y se dirige hacia la puerta para salir de la cocina.

— Vamos, salgamos un rato — sujeta mi mano en su camino hacia la salida y antes de cruzar la puerta me libero de su agarre. El chico se vuelve hacia mí y niego con lentitud.

— No Joe, yo...

— Por favor — el chico hace un puchero y no puedo evitar la pequeña sonrisa que se dibuja en mi rostro, pero tan pronto to llega se va.

— Enserio no puedo — hablo en un tono bajo — si Sam se entera...

— ¿Quien dijo que Sam tiene que enterarse?

Me muerdo los labios mientras miro la súplica en la mirada del chico. Por un lado estaba la ________ que se negaría y sería obediente, y por el otro estaba la _________ que por una vez en su vida quería hacer algo más que seguir reglas y ser obediente. Y había algo que unía ambas partes, y es que yo estaba enamorada de Joe con cada pedazo de mi.

— Una mentira piadosa no hace daño a nadie... ¿Verdad?

El castaño rojizo sonríe ampliamente y no puedo evitar devolverle el gesto sintiendo una cálida sensación en el estómago.

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¡Hola linduras!

Y aquí es donde arrancamos con todo en la historia jsjs.

Quiero ofrecerles una disculpa por no haber actualizado en una semana completa, tuve un problemita de salud por parte mía y de alguien más cercano a mí. Pero ya estoy bien, no se preocupen.

Casi lo olvido, también quería comentarles que hice un grupo de facebook para que convivamos, nos conozcamos y podamos ser libres de expresar nuestro amor por Joe bb. El enlace del grupo está en mi perfil para quién guste unirse.

Les mando un abrazito a la distancia, esperando que se encuentren bien.

Las tqm ❤️

White Lies [Joe Mazzello Y Tú] COMPLETA ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora