White Lies [Joe Mazzello Y Tú] COMPLETA ✔️

Capítulo 19

19. Cosas en común

— ¿Trabajarás?

La mirada de mi hermano va hacia mí a través del espejo frente a él y me da una pequeña sonrisa mientras termina de acomodarse la camisa.

— Saldré con unos compañeros del trabajo — su voz suena como siempre y también percibo cierto tono alegre.

Me acerco a paso relajado hacia él y me posicionó detrás, me pongo de puntitas para acomodarle el cuello de la camisa y una vez que le acomodo como se debe bajo mis manos y las descanso sobre sus hombros.

— Compañeros, eh.

— Sí, _________, compañeros — ruedo los ojos con diversión cuqndo recalca la última palabra y me apartó de él — ¿Que hay de ti?

Levantó ligeramente las cejas mientras voy directo a tomar asiento sobre la cama y me encojo ligeramente de hombros.

— No lo sé, creo que me quedaré aquí.

— ¿Los amigos de Joe no te han invitado a salir esta vez?

— No Sam, creo que el día de hoy tendrían que grabar una escena, y esta semana únicamente me mantuve en contacto con Ben.

Ante la mención del rubio mi hermano se vuelve hacia mí y lo veo entornar la mirada.

— Con Ben, eh — asiento un par de veces mientras frunzo los labios.

— Sí Sam, con Ben — imitó su tono usado antes y me fulmina con la mirada mientras suelto una risita divertida.

— ¿Y que opinas de él?

Posó mis manos sobre mi regazo y comienzo a balancear mis pies que cuelgan sobre la cama.

— Pues, me parece un chico agradable.

— Lo es, ¿Verdad? — veo a mi hermano acercarse en mi dirección y detenerse a unos pasos de mí.

— Ajá — arqueo una ceja.

— Y parece que se llevan muy bien, además de que tienen cosas en común.

— ¿Ah sí? — mi hermano asiente frenéticamente — ¿Cómo cuáles?

— Bueno, pues... Tienen la misma edad, el cumpleaños de los dos es en enero...

— Mi cumpleaños es en mayo.

— No me interrumpas — hago un gesto exagerado y antes de que pueda continuar lo interrumpo.

— ¿Y a qué vienen todas estas cosas, Sam?

— ¿Qué a que... Hermanita, conmigo no tienes porqué guardar las apariencias. Ya lo sé.

Frunzo el ceño y me inclino un poco hacia el frente.

— ¿Ya sabes que Sam?

— ¡Lo de Ben y tú!

Abro mis ojos tanto como puedo y en el rostro de mi hermano se dibuja una amplia sonrisa. Pero antes de que pueda decir algo lo veo sacar su teléfono y encenderlo.