White Lies [Joe Mazzello Y Tú] COMPLETA ✔️

Capítulo 43

43. Un paso adelante, dos atrás.

— Joe, por favor, abre la puerta.

Mis palabras van acompañadas de dos ligeros golpes en la puerta y vuelvo a pegar mi oído contra está.

Después de mi repentina confesión Joe me miro perplejo y dando media vuelta camino a paso tranquilo hasta encerrarse en baño.

De eso hace media hora.

Suspiro mientras me giro sobre mi lugar y pego mi espalda contra la puerta, cierro mis ojos tratando de entenderlo. Y entonces un fuerte sonido proveniente del interior de la habitación me hace pegar un brinco el cual me hace volver a girarme hacia la puerta.

— ¡Joe! ¡Por favor, abre la puerta! — mi petición ahora es más desesperada y los golpes en la puerta más firmes e insistentes.

Y no es hasta que veo la puerta abrirse y mi mano golpear hacia el aire que me detengo. Me quedo mirándolo fijamente y Joe mantiene su mirada clavada sobre mi.

Abro la boca un par de veces en un intento por decirle algo pero nada viene a mi mente en este momento.

— Cámbiate.

— ¿Qué? — mi tomo de voz es incrédulo y un poco desorientado.

— Cámbiate. Iremos a hacer una visita con la ginecóloga.

Y con esas últimas palabras lo veo pasarme por un lado y perderse por la puerta. Camino hasta la cama y una vez ahí tengo que sujetarme para tomar asiento y no caerme.

...

El viaje en auto de camino hacia el consultorio de la doctora Bridget es más silencioso de lo que quisiera.

Dirijo mi mirada de la ventana hacia Joe el cual únicamente se centra en mirar el camino. Trato de no darle importancia aquello pero me parece casi imposible, el temor y la curiosidad de saber que era lo que pasaba por la cabeza de Joe no me permitía estar tranquila.

Cada vez que sentía que estábamos un paso adelante, retrocedemos dos más.

Una vez que hemos llegado Joe se baja del auto primero y yo le sigo casi de mala gana. La recepcionista me saluda animadamente al ya conocernos y nos pide que tomemos asiento y esperemos a que la doctora termine su consulta de esta hora.

Camino hasta el pasillo donde se encuentran las sillas y veo a Joe hacer lo mismo y tomar asiento a mi lado.

— Joe... — trato de hablar con él pero levanta una mano en mi dirección haciendo que me calle.

— No, por favor, no estoy de humor ahora.

— ¿Y entonces cuando lo estarás? — me animo a decir com seriedad — Porque si solo vas a seguir evitándome entonces lo mejor será que estemos separados.

Finalmente la mirada de Joe va hacia mí y sus ojos se abren ligeramente en sorpresa.

— ¿Eso es lo que quieres? Bien.— responde sin importancia una vez que retoma su postura.

Arqueo ambas cejas ante sus palabras y después frunzo el ceño apartando mi mirada de él con brusquedad. Cruzo mis brazos sobre mi pecho y trato de guardar la calma y no molestarme.