Capítulo 8

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8. No.

— Ven, es por aquí.

Siento la mano de Joe sujetarme con delicadeza el brazo y juntos doblamos una esquina.

Después de unas cuantas insistencias más por parte de Joe cuando estoy por retractarme finalmente decidí hacerlo, y antes de que pudiera arrepentirme ya me encontraba muy lejos de casa caminando por la calle junto a Joe quién no paraba de sonreír.

Entramos a un lugar que parece bastante común y tomamos asiento uno frente al otro en una de las mesas del fondo. Nos sonreímos ligeramente, un joven se acerca a tomar nuestro pedido y después de aleja no sin antes darme una ladina sonrisa. Bajo la mirada avergonzada y me remuevo sobre mi lugar mientras acomodo un mechón de cabello detrás de mi oreja.

Siento la mirada del chico frente a mí pero no me siento segura para levantar la mirada, estoy feliz de estar aquí y con él, no hay rastro de algún sentimiento de arrepentimiento al haber accedido a salir con él.

Cuando finalmente me decido levantó la mirada encontrándome con los ojos de Joe puestos sobre mi. Veo su rostro tomar un tono carmesí y aquello solo hace que soltemos un par de risitas. Un par de minutos después el chico vuelve con nuestro pedido que han sido un par de malteadas y decido ignorarlo un poco por esta vez.

— Parece que le gustas.

Vuelvo la mirada hacia Joe y este me sonríe con un poco de burla.

— ¿Qué? No, no, no, no — bajo la mirada hacia mi regazo mientras escuchó la suave risa del castaño rojizo.

— Oh, vamos __________. Apuesto a que en donde vivías tenías muchos chicos detrás de ti.

— ¿Porque piensas eso? — mi tono de voz es más bajo de lo que quería pero aún así el chico logra escucharme.

— Porque eres hermosa — las palabras abandonan sus labios con tanta tranquilidad, como si estuviéramos acostumbrados a decirnos aquellas cosas.

Siento el corazón darme un vuelco y nos miramos durante unos cuantos segundos para después volver a escuchar la voz de Joe.

— Y además eres muy amable, tranquila, obediente — lo último lo dice con una pizca de burla y frunzo los labios para reprimir la estúpida sonrisa que quiere aparecer.

— Vaya... P-pues, gracias — me golpeó mentalmente cuando tartamudeo y aquello solo hace que la sonrisa en el rostro de Joe se ensanche.

Disfrutamos de las malteadas tranquilamente y cuando terminamos pedimos la cuenta a lo que joe no me permite darle dinero ya que el dijo que se ofrecería a pagar.

Salimos del lugar mientras veo a Joe volverse a colocar la gorra y yo mantengo la mirada sobre nuestro alrededor, siento su mano posarse en mi espalda mientras caminamos por las calles y los latidos de mi corazón aumentan con aquel simple gesto.

Seguimos caminando hasta que llegamos a un pequeño parque y tomamos asiento. Mantengo mis manos sobre mi regazo mientras miro a las personas en el lugar con nosotros, todos ya acostumbrados al tipo de vida aquí y yo sigo sintiéndome fuera de lugar.

— ¿Y como has estado? — la pregunta me sale en un tono bajo y dirijo la mirada hacia el chico a mi lado.

— Bien, no me puedo quejar — suelta una pequeña risita y yo me limito a asentir — creo que nunca me había sentido así como me siento ahora.

Su mirada se mantiene sobre la mía en cada palabra y me muerdo los labios.

— ¿Así como?

— Tranquilo, feliz, enamorado.

Sus palabras hacen que la sonrisa en mis labios se borre y antes de que pueda terminar de procesar todo siento los labios de Joe atrapar los míos en un tierno beso. Sus labios se mueven sobre los míos con delicadeza y yo me quedo en shock sin hacer nada, por un momento pienso en apartarlo, pero estaría mintiendo si dijera que no había esperado esto toda mi vida.

Siento su mano posarse sobre mi mejilla y segundos después se separa de mi. Abre con lentitud sus ojos y estos chocan con los míos, nos miramos por un momento en silencio y después aquellas palabras salen de mis labios.

— Pero, tú tienes novia — el nudo que se ha formado en mi garganta hace que las palabras me salgan en un hilo de voz pero aún así el chico parece escucharme ya que comienza a negar con lentitud.

— Ya no, terminamos hace dos meses — mis ojos se abren con sorpresa mientras siento su mano sobre mi mejilla dar ligeras caricias.

Por un momento me imagino que sería estar con él, lo que tanto había querido tal vez se estaba presentando ahora, y yo sabía que aprovecharía esto, si la situación fuera otra.

— No — digo para mí misma mientras apartó la mano de Joe de mi mejilla y me pongo de pie para comenzar a caminar hacia el lado contrario a él.

Escuchó su voz llamarme mientras las lágrimas se acumulan en mis ojos pero no me detengo en ningún momento. Me llevo una mano al pecho y me detengo con brusquedad cuando veo al castaño rojizo detenerse frente a mí negandome el paso.

— Perdóname si hice algo que no te gusto, n-no fue mi intención — niego frenéticamente mientras sorbo de mi nariz.

— Ha sido el segundo mejor día que he tenido en mi vida Joe, y lamento haberlo arruinado.

Me abrazo a mí misma ante los pequeños escalofríos que pasan por mi cuerpo y el chico vuelve a hablar.

— ¿Y cuál ha sido el primero?

— El día que te conocí.

Aquellas palabras me salen sin antes pensarlas y pasando por un lado de Joe comienzo mi camino hacia mi casa. Esta vez, ya no escuchó sus pasos siguiendome y su voz pidiéndome que espere.

White Lies [Joe Mazzello Y Tú] COMPLETA ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora