46. Carajo.
Recuerdo que mi padre y yo nos encontrábamos caminando por las calles de Calí, Colombia. Una pequeña costumbre que teníamos era que cada fin de mes salíamos a dar un largo paseo por la ciudad e ir a un restaurante a cenar.
Justo ahora íbamos de salida de uno de nuestros lugares favoritos para llevar está pequeña tradición a cabo, caminábamos sobre la cera mientras sobre nosotros las luces de la calle iluminaban esta. Mi padre sostenía mi mano la cual iba enganchada a la suya, nuestro recorrido se estanca en un pequeño y bello parque donde compramos un helado y tomamos asiento en una banca para disfrutarlo.
— Zarzamora y queso, mi favorito — recuerdo haber dicho luego de probar mi helado.
— El de galleta siempre será mejor — escucho decir al hombre sentado a mi lado con cierta burla.
Continuamos nuestra conversación entre los gustos distintos que tenemos mi padre y yo sobre dulces y comida hasta que un espeso silencio nos invade. Mismo silencio que mi padre rompe:
— __________, hace mucho tiempo que quiero contarte algo…
— ¿Qué sucede papá?
Recuerdo que estaba a punto de hablar, cuando sus labios se cerraron abruptamente.
— ¿Papá?
El intenta darme una mirada tranquilizadora, pero lo veo encogerse sobre su asiento mientras se lleva una mano a su costado izquierdo.
— Papá, ¿Qué tienes? — en este punto me encontraba totalmente asustada. Ya que no era la primera vez que le pasaba esto.— Papá, ¡Papá!
Exclamo con fuerza cuando lo veo desplomarse sobre el suelo.
— ¡Papá, papá! ¡Ayúdenme por favor!
Mis gritos logran llamar la atención de un par de personas que transitaban el lugar y se acercan a ayudarnos.
— L-Llama… Llama a Mateo.
— No hables más papá. La ambulancia ya viene.
En ese momento no comprendía las palabras de mi padre. Ya que Mateo era un buen amigo de él, el cual es un abogado de prestigio. No fue hasta que después de dos largas semanas las cuales mi padre paso luchando por su vida, termino falleciendo.
Y entonces Mateo fue el que vino a mi, para hablar sobre el testamento dejado por mi padre y con una confesión que me haría prometer que seguiría actuando con normalidad, hasta que volviera a estar cara con cara con Sam.
Joe me mira con total desconcierto, haciéndome notar que lo he mirado con naturalidad.
— Joe, déjame explicártelo.
— Por favor, — me responde en cierto tono sarcástico.— y no omitas nada.
Comienzo a jugar con mis manos frente a mi. Debía contarle todo con la mayor claridad posible para que pudiera comprender y seguirme el paso. Suspiró silenciosamente y me tomo unos segundos.
— Cuando mis padres se casaron eran aún jóvenes, mi mamá era novia de mi padre desde preparatoria. Mientras estaban en la universidad mi mamá quedó embarazada de Sam y los padres de ella les exigieron que debían casarse. Mi padre lo hizo, no fue fácil pero lograron estar bien, pero mi madre parecía estar bastante distante con él, hasta que Sam nació, mi padre lo adoraba con su vida.
— Sí, recuerdo cada uno de los cumpleaños de Sam, antes de que naviera tú.— admite Joe en un murmuro — Lo consentía demasiado.
Asiento lentamente y sonrío para mí misma.
— Y bueno, años después nací yo. Y desde entonces las peleas entre ellos comenzaron. Y Sam siempre estuvo para mí, para protegerme de esas peleas entre mis padres. O eso pensaba yo… Ya que al final el solo quería ocultarme la razón por la que ellos peleaban. Sam no es hijo de mi padre, sino de uno de sus amigos de la escuela con el cual mi madre lo engañaba hasta que se casaron.— aquella confesión logra sorprender a Joe y continuo — Terminaron por divorciarse cuando mi madre le dijo que jamás dejó de verse con el sujeto. Después paso lo que ya sabes, mi papá tomó sus cosas y decidió que yo no podía quedarme con ellos dos, porque después de todo yo era su única hija.
— Carajo — escucho al castaño rojizo murmurar.— Entonces, ¿Ya has hablado con Sam?
— No de la forma que me gustaría, pero sí.
Joe se limita a asentir y nos quedamos en silencio, contarle a alguien todo me hizo sentir un poco mejor, como si un peso más me fuera retirado. Y es que me sentía en confianza con él como para contarle algo tan importante.
— Bueno, lo siento si te abrí algunas heridas. Imagino que no fue fácil para ti procesar todo eso.— dice Joe mientras se lleva una mano a la nuca.— Incluso yo aún trato de procesarlo, rayos, tus padres parecían tan… Yo jamás imaginé que eso fuera posible.
— Ya somos dos Joey, — lo llamo por aquel apodo que comencé a utilizar cuando salíamos y él parece recordarlo, ya que por un momento su mirada se llena de un fugaz brillo mientras me mira a mi.— pero aún hay muchos problemas y temas legales que hablar con Sam, a pesar de todo sigue siendo mi hermano y no le guardo rencor.
Y eso era cierto, ya que aunque fuera para su beneficio o una forma de poder sacarme de aquel problema mientras podía, Sam se portó como un verdadero hermano en mis años anteriores de vida. Protegiéndome del caos que había en nuestra casa, permitiéndome que sus amigos se volvieran los míos, y aunque aún no terminaba de comprender porque jamás me quiso cerca de Joe tampoco le odiaba por eso.
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— Estás seguro de esto?
— Si, ya deja de preguntarme. Solo haces que me ponga más nervioso.
— Perdón, pero llevar a la causante de tus problemas personales y ahora casi laborales no me parece lo más correcto que la lleves a tu trabajo.
Joe me da una rápida mirada para después volverla hacia el camino mientras suelta un pesado suspiro.
— Diciéndolo así parece malo, pero es mi decisión. Y no quiero que estés sola en el departamento, los chicos no han dejado de preguntar por ti y la situación con Ben ya se ha aclarado.
— ¿Y si preguntan por nosotros?
Aquella pregunta lo hace reflexionar un poco más y removiéndose sobre su asiento responde:
— Les explicaremos porque estamos juntos — su mirada va un breve momento hacia mi ya notorio vientre el cual cubro con mi abrigo.
Prefiero no seguir haciendo preguntas y me dedico a mirar por la ventana. No sabía porque seguía haciéndome ilusiones, o al parecer yo estaba confundiendo las intenciones de Joe, o al parecer él tampoco parecía saber que sucedería entre nosotros.
Lo único que sabía, era que quería olvidarme de toda esta situación por un solo momento.
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Holis linduras!!!
Aquí, reportándome un poco enferma (repentinamente jsjsjs) pero con un nuevo capítulo.
Por cierto, si alguien me lee desde Colombia, un abrazo!! ✨
He estado leyendo algunos d sus comentarios del cap anterior y quiero agradecerles profundamente su apoyo y el amor que le tienen a esta historia.
Déjenme aquí sus comentarios respecto al cap y nos leemos pronto!!
Las tqm ❤️
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White Lies [Joe Mazzello Y Tú] COMPLETA ✔️
FanfictionSi creía que mi vida sería difícil cuando mis padres se divorciaron y mi padre de quedó con mi custodia para llevarme lejos de mi madre y mi hermano, no creería que sería aún más difícil, volver años después y encontrarme con mi amor desde la infanc...