Capitulo 36

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Un mes después

Los primeros días Adam me llamaba todos los dias, vino a casa varias veces pero me negué a verlo, después se dió por vencido. Conseguí un trabajo de mesera en una cafetería, no era mucho pero pagaba las cuentas, gracias a dios Adam no me quito el apoyo para Harry y no tenia que preocuparme por eso. Mi madre seguía con la venta de sus choco cupcake y yo cuando no trabajaba le ayudaba. Los primeros días lloraba hasta quedarme dormida, poco a poco los llantos se hicieron menos intensos pero igual de dolorosos. Mi madre varias veces entro a mi cuarto a calmarme porque tenía horribles pesadillas, hace apenas unos días empece a dormir un poco mas pero Adam seguia en mi mente, siempre.

—Reese ¿Puedes decirle a tu madre que necesito mas Choco Cupcake?— mi jefa la dueña de la cafetería, Dana, le compraba pastelillos a mi madre.

—si claro— limpiaba una mesa mientras Dana acomodaba pan en la vitrina.

—pero dile que necesito el doble que la ultima vez, sus choco cupcake se venden muy rapido.

—claro Dana, yo le digo, es mas, voy a llamarla de una vez.

–perfecto.

Salí a la banqueta y saque mi celular de mi mandil, marque el numero y al segundo timbre contesto. Le dije que Dana queria mas pastelillos para mañana y ella se emociono mucho, me dijo que se pondría a trabajar en ellos de inmediato y termine la llamada, regrese a la cafetería y me puse a atender las mesas.

A las 4 de la tarde Dana y yo cerrábamos la cafetería, siempre me quedaba a ayudarla ya que la cortina de metal era muy pesada. Terminamos de cerrar el local y me despedí de ella. La cafetería no estaba lejos de casa así que me iba a caminado hasta ella. A las 4:20 ya estaba llegando a mi casa, mi madre estaba en la cocina, caminé hacia ella y besé su mejilla.

—¿Necesitas ayuda?— me coloque a su lado.

—si, pero descansa primero, hay comida en el horno.

—no tengo hambre— mi madre me miro molesta —comi algo en la cafetería.

—si claro— volteo hacia mi —¿hasta cuando Reese? debes comer, vas a enfermarte.

—mamá.

—nada de mamá, saca la comida del horno y siéntate a comer— movio sus manos apuntando al horno.

Puse los ojos en blanco y saque la comida del horno. Tenía muchos días que no comia bien, pero solo de pensar en Adam el apetito se iba, mi madre varias veces me grito desesperada por que me veía deprimida sin probar bocado. Coloqué la comida en la barra y comence a comer muy despacio, solo lo hacia para complacer a mi madre, cuando mi estomago ya no podia con mas deje la comida y me puse a ayudar a mi madre.

Casi a las 9 de la noche terminamos los cupcakes, ambas estábamos cansadas y nos dejamos caer en el sillón de la sala. Suspiré, me gustaba mantenerme ocupada porque así no pensaba en Adam, mi madre se levanto del sillón y caminó hacia el refrigerador, saco una botella de vino y tomo dos copas de la alacena. Volvió a la sala y me dio una copa, abrió la botella y lleno mi copa y después la de ella.

—fue un dia productivo Reese, brindemos por eso.

—salud mamá.

—salud amor— choco su copa con la mia —salud por una nueva vida y por que encuentres a un hombre que te haga olvidar a Adam.

—mamá— mi voz se quebró.

—quiero verte feliz amor, desde hace un mes eres como un fantasma que ronda la casa, trabajas mucho y no duermes bien, no comes y— mi madre toco mi mejilla —no sonríes.

—te prometo que estare bien— mis ojos se humedecieron.

—eso espero— beso mi frente —me duele verte así.

Le sonreí triste a mi madre y me tome la copa de vino, ella hizo lo mismo y me sonrió con cariño. Deje la copa en la mesa y me recargue en el sillon cerrando los ojos, mi madre se sirvió mas vino y siguió bebiendo. Un poco mas tarde mi madre y yo nos fuimos a nuestras habitaciones. Me quite la ropa y me puse solo una playera grande, me meti en la cama y me lleve las manos al collar que me regalo Adam, jamas me lo quitaba era mi único recuerdo. Lo acaricie y empece a llorar nuevamente, recorde su aliento en mi cuello y sus besos, cerre los ojos y empecé acariciar mis piernas, mis manos subían y bajaba e imaginaba que era Adam quien lo hacia. Extrañaba tanto su tacto y sus caricias, extrañaba su olor fresco y su labios en mi boca. Poco a poco me quede dormida, me enredé en la sabana y me deje caer en un profundo sueño. Unos ojos verdes y hermosos me miraban con ternura, el brillo de ellos endulzan mi corazon en el sueño.

A la mañana siguente en punto de las 6 de la mañana mi madre y yo subíamos los cupcakes a su vosvaguen rojo, mi madre se sento en el lado del copiloto y yo me acomode a su lado. Encendio el auto y nos dirigimos a la cafetería llegando 5 minutos después. Dana estaba abriendo, nos sonrío y me baje del auto para ayudarle. Cuando levantamos la cortina ella metió la llave en la puerta, después regrese con mi madre a ayudarle a bajar los choco cupcakes, entramos a la cafetería y empece a acomodarlos en la vitrina.

—gracias Ana— Dana miro a mi madre —tus panecillos se venden muy rapido ¿Has pensando en hacer pasteles?

—la verdad no— mi madre sonrio —¿Crees que sea buena idea?

—claro, deberías poner un local o algo mejor, podríamos ser socias.

—¿Que?— dijimos mi madre y yo al mismo tiempo.

—si— continúo Dana —puedo poner una cocina aqui en la cafetería y tu preparar aqui los cupcakes y los pasteles, los venderíamos recién horneados y ademas venderíamos en pedidos grandes ¿Que dices?

—¡Sii! ¡Me encanta la idea!

—¡perfecto! hay que juntar para la remodelación.

—yo tengo dinero ahorrado— dijo mi madre —he juntado todo el dinero que me has dado este mes Reese.

—¿En serio mamá?— le dije sorprendida.

—si amor, solo pago los gastos de la casa y lo demas lo guardo, tu me das todo tu suelo así que siempre me sobra, ademas tengo lo de los cupcakes.

—¡Genial!— exclamo Dana —yo tambien tengo algunos ahorros, mañana mismo vamos a poner el local a nombre de las dos y empiezo a buscar alguien que construya la cocina.

—¡perfecto!— mi madre estaba feliz.

Dana y mi madre se abrazaron, esto era algo muy bueno para nosotros, significaba mas dinero y mas trabajo. Mi madre se despidió y yo me puse a limpiar para abrir la cafetería al publico. En punto de las 7 abrimos las puertas, rápidamente el lugar se lleno y me puse a atender las mesas. Estaba feliz por la nueva sociedad de mi madre y de Dana, era una buena noticia para mi en medio de tanto dolor. Todo el día mantuve una pequeña sonrisa, estaba feliz por mi madre, pronto tendria su negocio al lado de Dana. Me sentía muy orgullosa de mi madre, ella se merecía eso y mas.

Después de eso...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora