Después de eso...

capítulo 54

Día de la boda

Desde que Adam salió del hospital todo a ido de maravilla, si antes era atentó, amable, cariñoso y amoroso hoy lo era el doble. No hay día que no me diga que me ama y siempre esta al pendiente de mis necesidades. Cuanto salió del hospital fuimos a visitar a su madre, ambos le pedimos perdón y encontramos un poco de paz. La exposición de Harry fue un éxito, Adam le compro una pinta y ahora adorna la sala de mi nueva casa. Mi madre sigue trabajando en la cafetería, les va muy bien a ella y a Dana, que hasta estan pensando abrir otra sucursal.

Estoy frente al espejo mirando mi vestido de novia, con 4 meses de embarazo fue difícil encontrar uno que me agradara. Adam me acompaño de tienda en tienda buscando el vestido perfecto. Sofía sera mi dama de honor, ella y yo nos volvimos muy unidas, a veces cuando tengo oportunidad la visitó en la empresa de Adam. Fue una de las cosas positivas que dejo el accidente de mi dulce hombre. Mi vestido era sencillo de tirantes y tenia una suave caída que cubría mi pancita, para mi era perfecto. Me deje el pelo suelto y me coloque un tocado de flores sencillas en la cabeza. Sofía me ayudo en todo, peinado, maquillaje y accesorios, la mujer tiene mucho talento. Mi madre entra a la habitación del hotel donde sera mi boda y me ve de arriba abajo.

—¡Oh por dios Reese!– se llevó sus manos a sus mejillas —estas perfecta mi amor.

—mamá— toque nerviosa el collar que me había regalado Adam tiempo atras.

—siempre desee verte vestida de blanco casándote con el hombre que amaras, esto es...

—mamá, me vas a hacer llorar.

—lo siento amor.

Mi madre se acerco y me abrazó delicadamente, la puerta se abrió y Sofía entro, me miro con la boca abierta y después separó a mi madre de mi.

—¡Por dios Ana! Arruinara mi obra de arte.

—¡Oh lo siento! Es solo que no pude evitarlo.

Ambas reímos, Sofía se acerco a mi y acomodó mi vestido y peinado. Ella y mi madre discutían por de que lado debería ir la pequeña flor que adornaba mi pancita. No podia dejar de mirarlas y sonreír, era lindo verlas discutir por una cosa tan pequeña. El sonido de alguien tocando la puerta hizo que las tres levantamos la vista a ella.

—si.— contesto Sofía.

—hay personas abajo— se escucho la voz de Ben detras de la puerta —dicen algo de donde poner las flores.

—¡Oh por dios!— exclamo frustrada Sofía —¡Ya bajo!— miro a mi madre —ayudame Ana, la ceremonia empieza en pocos minutos y debe estar todo listo.

—claro Sofi, vamos.

Ambas me sonrieron y salieron de la habitación, volví a mirarme en el espejo feliz. Ahora todo tenía sentido, todo lo que había pasado valia la pena, Adam y yo nos casáramos y haremos una vida juntos. Toque mi vientre abultado “ya quiero que nazcas, vas a amar a papá igual que yo” el sonido de la puerta me hizo voltear, pense que era Sofi o mi madre pero al ver quien era mi alma cayó al piso.

—hola— Julia llevaba ropa de prisionera, estaba muy sucia y su rostro estaba afligido.

—Julia— susurre —¿Que haces?

—ven— saco una enorme navaja —camina.

—Por favor Julia.

—dije que camines— me miró molesta —tengo que sacarte de aqui, no permitiré que te cases con Adam y menos que— miro mi vientre —le des un hijo.

—no lo hagas, puedo ayudarte.

—camina— apretó los dientes —o te clavaré esto en esa estúpida panza que tienes.