capitulo 53

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Dos semanas después

Adam mejoraba día a día, la operación salió bien y él poco a poco recuperaba totalmente su memoria y volvia a ser mi Adam, tanto que ya se habia desecho de las batas, le pedí de favor a Nora que le trajera ropa comoda, tambien comia y a veces hasta se levantaba a dar algunos pasos. Los días eras mas tranquilos para mi, aunque estaba demasiado cansada, aún no podia dormir bien. Adam recibía visitas a Diario, gente de su empresa, Sofía, Ben, mi madre y Harry, hasta el doctor Milton el director del centro de rehabilitación donde estuvo Harry. Mi hermano cada día estaba mas feliz porque se aproximaba la fecha de su exposición, mi madre ya trabaja con Dana en la cafetería horneando sus choco cakes y  haciendo pasteles, además esta empezando a salir con George.

—por favor Ana, llévatela.

—Lo siento Adam, ella no escucha a nadie.

—Reese, necesitas dormir, yo estoy bien, por favor vete a casa a descansar— Adam parecia molesto y preocupado.

—no me ire.

—al menos duerme en el sillón— me miro mi madre.

—si, esta bien.

—ya quiero salir de aqui– Adam suspiro —estoy arto de este hospital.

—¿El medico no les dijo para cuando te daban de alta?— pregunto mi madre.

—en unos dias— contesté —solo quieres cuidar que ya no aparezcan coágulos y para eso tiene que sanar bien la herida.

—bueno, ya es tarde— mi madre me miró —¿te ayudo a acomodar el sillón?

—no mamá gracias, yo lo hago.

—si claro— sonrío —no lo haras, te conozco.

Me encogí de hombros, mi madre y Adam sonrieron. Mi madre se despidió de nosotros y se fué. Cerré la puerta y recogí las cosas de la cena, tire todo la basura, note que Adam me miraba atentamente.

—¿Que?— le dije mientras sacaba la manta del clóset.

—ya se te empieza a notar el embarazó, te ves hermosa con esa pequeña pancita.

—espero que sigas pensando lo mismo cuando ya no entre en estos vestidos.

—puedes quedarte desnuda— se encogí de hombros.

—eso te encantaría— me acerque a él.

—mucho.

Apague las luces y me recosté al lado de Adam, él se movio un poco para darme mas espació, me rodio con sus brazos y escondí mi cabeza en su pecho, oliendo su aroma, el que me encanta el que jamás pense que volvería a oler.

—amor, deberías dormir en el sillón, quiero que estes comoda.

—¿no me quieres aqui?— fingí un puchero.

—no hagas eso— sonrío —sabes perfectamente que si.

—entonces cállate— volví a olerlo.

—¿Me estas oliendo?

—siempre.

—perdoname Reese— beso mi cabeza.

—¿Por que?

—por todo esto, estas embarazada, deberías estas tranquila en casa, no aqui.

—no voy a dejarte, nunca— empece a besar su pecho.

—te amo demasiado, no se que hice para merecerte, eres una mujer incleíble.

—tambien te amo— mis besos subieron a su cuello, Adam sonrío.

Después de eso...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora